LIBRO POLÉMICO

Cervera, la memoria de Thyssen

La baronesa supervisa de cerca y edita la biografía de su marido, y aparece por segunda vez en cinco años con su hijo y su nuera

Carmen Cervera, junto a su hijo Borja y su nuera, Blanca Cuesta.

Carmen Cervera, junto a su hijo Borja y su nuera, Blanca Cuesta.

JUAN FERNÁNDEZ / MADRID

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Carmen Cervera acaba de hacer realidad uno de sus sueños más perseguidos: ver las memorias de su marido convertidas en un libro: Yo, el barón Thyssen (Planeta). La obra, presentada por la baronesa la semana pasada en su pinacoteca madrileña, llega con polémica, ya que en ella quedan en un dudoso lugar las cuatro primeras mujeres del acaudalado mecenas. En cambio, Tita brilla en sus páginas como la persona más decisiva de su vida. «Sí, creo que para él fui su obra de arte más preciada», declaró Cervera.

Escrito en primera persona, el libro recorre la vida del barón desde su indeseada llegada al mundo -«cuando nací, solo me estaba esperando mi abuelo», se lamenta Heinrich Thyssen al comienzo del relato»- hasta sus últimos días y se detiene con generosidad de detalles en su intensa trayectoria amorosa.

La documentación del libro proviene de escritos y grabaciones que el barón dejó registrados antes de morir en el 2002, que han sido ordenados por el periodista de ¡Hola! José Antonio Olivar bajo la estrecha vigilancia de Cervera. De hecho, es ella la que aparece como responsable de la edición.

Pero ni las más directas insinuaciones de su posible manipulación del contenido borraron en Tita su perenne sonrisa. «Lo que aparece en el libro son opiniones de mi marido, no las mías. Si alguien se molesta, yo no tengo la culpa. El barón nunca dijo una mentira», declaró satisfecha.

CON SU HIJO Y SU NUERA / Nada ni nadie iba a ser capaz de arruinar uno de sus días más felices, en el que, además, iba a poder poner fin a otra de sus cuentas pendientes: sus desavenencias con su hijo Borja. La presentación de las memorias del barón sirvió para que los fotógrafos levantaran acta del segundo posado oficial en cinco años de Tita, su hijo y su nuera, Blanca Cuesta, embarazada del cuarto nieto de la baronesa.

A punto estuvo de irse al traste la foto, ya que los futuros papás llegaron tarde al acto, justo cuando Cervera terminaba su breve discurso, que no dudó en interrumpir para declarar micrófono en mano: «Borja, Blanca, gracias por venir». Exultante, la viuda del barón Thyssen se permitió hacer confidencias a los periodistas, a los que confesó lo poco que le gusta la barba de capitán de barco que se ha dejado su hijo -«porque pica al besarle»- y el cariño que le tiene a sus nietos: «Pero no me llaman abuela, me llaman tita», reveló.