AUTOBIOGRAFÍA DEL ACTOR NACIONALIZADO RUSO

Depardieu fue ladrón y chapero en su juventud

Depardieu fue ladrón y chapero en su juventud_MEDIA_1

Depardieu fue ladrón y chapero en su juventud_MEDIA_1

EL PERIÓDICO
PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Gérard Depardieu es el enfant terrible del cine francés. Antes de aparecer en la gran pantalla ya ejercía como tal en su vida privada. En realidad, desde que era pequeño fue un chico problemático. Leyendo los extractos de su autobiografía, Ça s'est fait comme ça (en castellano, Así sucedió), se puede comprender su comportamiento rebelde: borracheras (asegura que se bebe 14 botellas al día), ataques a los fotógrafos, meadas en un avión...

Todo empezó hace 65 años, cuando estaba en el vientre de su madre. Ella no quería dar a luz e intentó abortar. Se autolesionó con agujas de coser. Sin éxito. El actor fue el tercero de seis hermanos que tenían un padre, Dédé, alcohólico. La madre le recordaba a menudo que no le quería. «He sobrevivido a las agujas de mi madre. No debería haber nacido. Soy un superviviente», confiesa.

Así que no resultaba extraño que con 10 años estuviera más tiempo en la calle que en la escuela. Con todo lo que ello supone: delincuencia, peligro, contacto asiduo con las fuerzas del orden... «Los únicos que han sido un poco padres para mí cuando era niño no son los profesores ni los curas, sino los gendarmes. Siempre me he entendido bien con los gendarmes y los polis. Eran condescendientes, autoritarios pero condescendientes. Son bastante menos gilipollas de lo que quieren aparentar», relata en su libro. Con 16 años, estuvo tres semanas en prisión por robar un coche. Explica que su faceta como ladrón iba más allá. Ayudó a sustraer joyas y zapatos a los muertos enterrados en tumbas, y también sisó a los manifestantes que dormían en la calle durante las protestas de mayo del 68 en París. Y a algunos de los homosexuales con los que tuvo sexo a cambio de dinero.

Porque también se metió a chapero. «He sabido desde muy joven que gusto a los homosexuales». De ahí que decidiera sacar beneficio de ello: si le pedían sexo, él les satisfaría a cambio de dinero. Tuvo la suerte de conocer a un actor gay que le pagó unos estudios de interpretación. Así, aquel «campesino tosco» pudo ir abandonando su conflictiva vida hasta el punto de conocer y casarse con Elisabeth Guignot, actriz de familia acomodada con la que tuvo dos hijos (tuvo dos más de otras parejas). Con su primogénito, Guillaume, vivió una relación problemática. También fue chapero y pasó por la cárcel, y murió de una neumonía en el 2008 a los 37 años. El actor lamenta no haber tenido mejor relación con él. «No pude responder a sus demandas y sufrimiento».

El intérprete, nacionalizado ruso porque se rebeló contra la subida de impuestos a los ricos del gobierno de François Hollande, explica que tiene contacto frecuente con Vladimir Putin, con quien tiene gran sintonía: «Podríamos habernos convertido en matones. Creo que de inmediato le gustó mi lado gamberro».