Fan Bingbing

La china más famosa

La modelo y actriz encabeza la clasificación Forbes de las celebridades del gran país asiático. Las marcas se la disputan y aunque aún vive en Pekín ya asoma en Hollywood

NÚMERO UNOA sus 33 años, Fan es una potencia en sí misma. Actriz y modelo cotizada.

NÚMERO UNOA sus 33 años, Fan es una potencia en sí misma. Actriz y modelo cotizada.

POR ADRIÁN FONCILLAS

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Fue en la ceremonia de apertura del Festival de Cannes del 2010. Una ignota china desfiló con un vestido de seda amarilla de una manga con bordados de dragones y furiosas olas. Era Fan Bingbing, ya entonces la mayor estrella china y un icono de moda global desde entonces. Fan acaba de encabezar la lista Forbes de famosos chinos a través de un método que calcula su influencia estudiando su valor comercial, ingresos y presencia en prensa, televisión e internet. Es la primera que lo consigue dos veces consecutivas y la única de los 10 primeros que nació en los años 80. Más metas cumplidas por Fan, quien ya fue la primera china en la lista de mejores vestidas de Vanity Fair desde la esposa de Chiang Kai-Shek, aquel que perdió la guerra civil contra Mao.

Una china poco corriente

Fan no es una belleza china al uso. Altura y tamaño de ojos la emparentan a las maniquís occidentales. Su piel de nácar se explica por su origen y su esfuerzo: dos máscaras faciales revitalizadoras diarias. También encabezó la lista de chinas más guapas del diario Beijing News en el 2010. Un año antes había obtenido una indemnización de 100.000 yuanes (casi 12.000 euros) de una clínica pequinesa de cirugía plástica que usó su imagen para animar a pasar por ella. A Fang la corteja cualquiera que pretenda vender en el mercado chino de lujo, el mayor del mundo con 35.000 millones de euros, desde los diseñadores más punteros a marcas como Mercedes-Benz, L'Oréal, Louis Vuitton o Chopard. Existe poco riesgo de que un fotógrafo la pille en un mal día porque nunca sale de casa sin maquillar.

Ha contado que su pasión por la moda se remonta a cuando pasaba horas probándose la ropa de la tienda de su madre. Fan, de 33 años, nació en una familia de clase media de Qingdao y se mudó a Yantai, ambas en la provincia costera de Shandong. Estudió piano, flauta y danza clásica, pasó por la Academia de Teatro de Shanghái y se mudó a Pekín, donde aún vive. El productor de un popular drama televisivo la fichó tras ver su foto cuando tenía 17 años y su papel de sirvienta durante la dinastía Qing le proporcionó fama inmediata. Desde entonces su rostro es ubicuo en la televisión y en algunas de las películas más célebres y premiadas de los últimos años.

Su salto al cine occidental es más lento que el de predecesoras como Gong Li o Zhang Ziyi. Debe de influir que su inglés dista de la fluidez. Ha aparecido en una escena de Iron Man 3 que solo se vio en China y este año ha interpretado a la mutante Blink en la última entrega de X-Men, dirigida por Bryan Singer. No parece muy preocupada Fang por acelerar el traslado, a pesar de sus intenciones de comprar una mansión en Los Ángeles. Más de 1.300 millones de fans parecen bastarle, por ahora. H