"Prometí que jamás sería una fulana"

El mito sexual español más exportable ha levantado ampollas desvelando secretos

ELENA HEVIA / Barcelona

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Entrevista publicada en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA el 27 de diciembre del 2000.

Despliega el catálogo de sus amores con la misma delectación que Don Juan. Ha necesitado dos biografías, dos, para contar su ajetreada vida sentimental. De creer esta última, Sara Montiel, que fue prácticamente una analfabeta hasta los 22 años, habría sido la musa carnal de un buen puñado de cerebros masculinos, incluido todo un premio Nobel.

--Menudo barullo ha organizado con lo de su lío amoroso conSevero Ochoa.

--Aunque le pese a muchos, no fue un lío, sino una relación duradera. En el libro he dejado muy claro que yo no era una chica fácil. Así que no me acosté un par de veces con él, como va diciendo por ahí su sobrina. Fueron cuatro años maravillosos y muy intensos. ¿Pero, mujer, ¿qué gana con revelar esas cosas? Aparte de vender muchos libros...

--Durante años,Pepe Tous, mi marido, me dijo que me callara, que la prensa me iba a malinterpretar. Sólo me he decidido a contarlo ahora que Severo y su mujer, Carmen, han muerto. No lo he hecho antes por

respeto a la memoria de ella.

--Describe a Ochoa como un «monumento de cine».

--Yo me sentí atraída sexualmente por él desde el primer momento. Fue todoun flechazo. Era un hombre guapísimo y encantador. Humano cien por cien. Jamás le oí criticar a nadie. Bueno, en realidad, solo parecía interesarle la ciencia.

--La ciencia... y usted.

--Nuestra relación fue muy tranquila. Conocí a Severo a principios de 1951 y entonces ni él ni yo éramos famosos. Y por eso, pudo llevar una segunda vida sin que su mujer, a la que adoraba, se enterase.

--Según sus memorias, él quiso divorciarse.

--Separarse en Estados Unidos era tan fácil como tomarse un café, pero mi madre me hizo ver que no estábamos hechos el uno para el

otro. Yo no pertenecía a su mundo.

--Se perdieron la oportunidad de emular aArthur MilleryMarilyn.

--Dónde va a parar... comparar a Arthur Miller con Severo... ¡Uy! Miller no le llegaba a la suela de los zapatos. Le conocí personalmente y

me pareció un mal tipo. Lo que le hizo a Marilyn estuvo fatal.

--¿Sarita, la fantástica?

--No he fantaseado, sencillamente me he limitado a contar todo lo que ha ocurrido en mi vida.

--Su madre le decía: «Fíjate hasta dónde has llegado sin saber nada de nada...»

--He sido siempre una intuitiva. Como mi madre, que era médium y sabía predecir el futuro. En las tertulias de los escritores aprendí a callar

y a escuchar. Me quedaba sonriendo como una estatua, y luego se enamoraban de mí.

--Su nómina de amantes es de impresión: Miguel Mihura,León Felipe,Ernest Hemingway...

--Todos mis hombres han sido intelectuales, con mucho cerebro. Todos menos Giancarlo Viola. Pero cuando le conocí estaba leyendo la obra completa de ese poeta de Granada...¿cómo se llama?

--García Lorca.

--Eso. Y luego en Roma nos hicimos muy amigos deRafael Albertiy Gianca tuvo conversaciones muy profundas con él. Que digo yo que si no hubiera sido un hombre culto, no podría haberlas tenido.

--¿Se guarda algo para una próxima biografía?

--Sí, tengo un secreto. Sólo puedo decirle que en el año 69 me enamoré de un best-seller español.

--Un escritor importante. ¿Eso es lo que quiere decir?

--De un 'bestseller'. No le puedo revelar más porque él todavía vive y está felizmente casado...

--Alardea de que nunca se acostó con nadie por interés.

--Mi madre siempre me pedía que no fuerani borracha ni puta. Y yo le prometí que jamás lo sería. Puedo decir con la cabeza bien alta que así ha sido. Ni Miguel Mihur ni León Felipe eran millonarios, sencillamente vivían de su trabajo.

--Hemingway le enseñó a vincular puros y sexo. Como Clinton.

--Me enseñó a fumar. Le parecía muy sexy la imagen de una mujer tan bella como yo con un puro en la boca. Ernesto era un tipo algo

mandón, pero muy salado.

--Fue usted una abanderada de la liberación sexual.

--Y eso que era muy difícil en la España de los 50, donde todos eran unos ridículos y unos antiguos.

--En su momento dijo que Aznarno tenía «ni medio polvo».

--Eso fue un chiste. Ahora prefiero no pronunciarme políticamente. En estos momentos sólo me preocupan mis hijos.