Ideas

A de Adrià, de Albert Adrià

Albert Adrià, entre los cocineros Kyoko Li y Jorge Muñoz, ayer en el Pakta, donde sirve cocina japoperuana.

Albert Adrià, entre los cocineros Kyoko Li y Jorge Muñoz, ayer en el Pakta, donde sirve cocina japoperuana.

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Imaginemos que Edson Arantes do Nascimento, Pelé, tiene un hermano pequeño que se llama Lionel Andrés Messi. O Rei lo ha ganado todo, y ahora se dedica a difundir por el mundo los valores del fútbol y todo lo que aprendió de este deporte. Imaginemos que La Pulga le toma el relevo, y que demuestra cada día lo buenísimo que es, tal como había gritado a los cuatro vientos su hermano mayor. Habrá quien dirá que el benjamín no ha ganado tres Mundiales ni ha marcado más de 1.000 goles. Pero habrá quien verá en Leo al nuevo mesías del fútbol, al crack que, aun siendo el mejor, se supera cada día que pasa. Y rompe sus récords, y no se le adivina techo.

Ahora, en vez de imaginar, cambiemos los nombres y el deporte. Hablemos de Ferran y Albert Adrià, y de gastronomía. Ferran cerró El Bulli para crear la fundación que defenderá el legado del local de Cala Montjoi y compartirá sus descubrimientos culinarios por todo el mundo. Mientras, Albert lleva tiempo independizado (se fue de El Bulli antes del cierre) y demostrando que, como dice su hermano, tiene el talento y la sabiduría para ser el number one. Y eso no se mide en estrellas Michelin ni listas de la guía Restaurant. Le basta y le sobra con ir abriendo un local tras otro, a cuál más deslumbrante.

El último, el Pakta, en la calle de Lleida de Barcelona, que abrirá el 2 de abril. Los penúltimos, el Tickets, el 41º y el Experience. Y el anterior, el Inopia. Y los próximos, el Yauarcan (mexicano), el nuevo 41º (tapas a partir de 3 euros y cócteles a partir de 12), el nuevo Experience (menú de 200 euros con 41 snacks y cócteles) y una vermutería antigua-moderna (producto, salazones, ahumados actualizados) frente al Tickets.

En el Pakta, propone cocina nikkei (japoperuana) con guiños a la gastronomía local. «Estamos al 40% de nuestras posibilidades», lanza antes de que te sientes a probar bocado. Le crees porque te lo dice él. Pero lo confirmas cuando, levitando por una gyoza (ravioli) de cochinillo y un nigiri de papada, razona su argumentación. «Estos platos salen de un peruano [Jorge Muñoz] y una japonesa [Kyoko Li] que viven en Barcelona, y aquí hay cochinillo y papada». Y avanza su plan: nigiris de espardenya y de jamón ibérico. La mezcla de la mezcla sublimada como solo puede hacerlo Albert. Aaaahh. La A es su letra: A de Adrià. De Albert Adrià.

Deslumbra en el Pakta, donde propone un nuevo lenguaje a partir del rico abecedario que le ofrece la gastronomía del país andino y de un equipo de campanillas, con Muñoz y Li al frente. Eso sí, con una caligrafía finísima (80 euros el cubierto). Vas a otros peruanos de la ciudad y disfrutas, sí, pero el trazo es más grueso. «Cada plato debe ser un cuadro», alecciona Albert a un camarero. Y lo limpia hasta darle esplendor.

Bach o Beethoven

Su hermano Ferran está en el pequeño restaurante, con aforo para 34 personas. Calla, come y sonríe. Y de repente, se te acerca al oído y te pregunta qué tal todo. Y tú le respondes con otra pregunta: cómo Albert es capaz de hacer lo que hace si cinco años atrás no sabía de cocina peruana. «Cuando eres un superdotado como él, da igual tocar Bach que Beethoven. Sonará igual de bien».

Si O Rei fuera modesto como Ferran, diría que Messi triunfaría en cualquier equipo. Albert lo hace en la zona alta del Paral·lel, convirtiéndola, de la mano de los hermanos Iglesias (Rías de Galicia, La Cañota, Espai Kru), en un parque temático de la gastronomía de referencia mundial (Tickets, Pakta, 41º, Experience, la futura vermutería...). Y lo hará en el Raval, donde instalará el Yauarcan en junio.

A Albert le da igual el sistema táctico; los goles están asegurados.