LA PRIMERA DAMA NO DESMIENTE QUE ESTÉ ENCINTA

Bruni: "Ya no soy para nada de izquierdas"

Bruni, el pasado mes de junio en Londres.

Bruni, el pasado mes de junio en Londres.

ELIANNE ROS / PARÍS

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Se acabaron las veleidades izquierdistas de la primera dama francesa. En una entrevista con los lectores del diario Le Parisien, Carla Bruni se proclama «ultrasarkozysta» y admite que, tres años después de casarse con el presidente de la República en el Elíseo, sus convicciones políticas se inclinan hacia la derecha. «Ya no soy para nada de izquierdas», revela la cantante, que fue una de las musas de la gauche divine parisina. Sobre los rumores de embarazo, mantiene un elocuente silencio, que justifica por una voluntad «de proteger».

Suena a bebé en el horizonte, tal como afirma la revista del corazón Closer. Pero Carla se muestra prudente -a los 43 años la fragilidad de los primeros meses de embarazo es mayor-. «No responderé a cuestiones familiares, si estuviéramos en un café las dos, se lo diría francamente», responde a la lectora que le plantea la cuestión. Madre de un niño de 9 años, Aurelien, fruto de su relación con el filósofo Raphaël Ennthoven, la cantante ha expresado en más de una ocasión su deseo de tener un segundo hijo con Sarkozy, padre de tres varones nacidos de dos matrimonios anteriores. Pero, ahora, la primera dama prefiere tener «la boca cerrada, no por arrogancia ni por gusto por el secretismo» sino para «proteger algo», así como el trabajo de su marido. Bruni insinúa que la labor de Sarkozy, que «dedica el 180% de su tiempo a su país», quedaría eclipsada por una noticia así.

Para quienes participaron en el encuentro, celebrado el viernes en el Elíseo, no hay duda sobre el embarazo. «Ocultaba su vientre con un chal cada vez que se acercaba un fotógrafo, y no desmintió cuando le hicimos la pregunta fuera del micro», confia un asistente.

Lo que no encaja mucho con una segunda maternidad -de confirmarse, el nacimiento se produciría poco antes de Navidades, a cuatro meses de las elecciones presidenciales- es su voluntad de participar en la campaña. Tras haber dicho que prefería que Sarkozy se limitara a un mandato, ahora defiende que su reelección es «lo mejor para el país» y que se implicará: «Quiero acompañarle sobre el terreno, escuchar a la gente, ayudar a quienes lo necesitan, participar más en la vida política».

Además de deshacerse en elogios hacia su marido y desmentir su imagen de inestable -«tiene una gran sangre fría, no es nervioso, ha ganado en serenidad...»- Bruni habla de su función de primera dama. Admite que, al principio, cometió «multitud de errores» y que ha debido aprender «sobre la marcha». Como su papel como actriz a las órdenes de Woody Allen en Medianoche en París, que se estrenará el 13 de mayo. La esposa de Sarkozy confesó que no tiene «mucho talento», aunque la experiencia del rodaje fue «fantástica».

Su objetivo pasa por desarrollar su fundación contra el analfabetismo y «representar bien a Francia en el extrajero, ser simpática, sonriente, y hacer honor a la legendaria elegancia francesa». Su cuarto disco deberá esperar. La grabación se ha interrumpido y aplazado para después de las presidenciales, que se celebrarán dentro de un año. ¿Solo por razones políticas?