LA UNIVERSITAT DE GIRONA DA SU MÁXIMA DISTINCIÓN AL HERMANO MAYOR DE EL CELLER DE CAN ROCA

Honor al doctor Joan Roca

La familia Roca, ayer, al completo: Josep, Jordi, Josep (el padre), Joan, Anna (su mujer), Montserrat (la madre), Encarna (la mujer de Josep) y los hijos de Josep (Martí) y Joan (Marc). Debajo, el cocinero recibe la medalla que le distingue como

La familia Roca, ayer, al completo: Josep, Jordi, Josep (el padre), Joan, Anna (su mujer), Montserrat (la madre), Encarna (la mujer de Josep) y los hijos de Josep (Martí) y Joan (Marc). Debajo, el cocinero recibe la medalla que le distingue como

FERRAN COSCULLUELA / GIRONA

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El Celler de Can Roca entró ayer por todo lo alto en el olimpo cultural. Y lo hizo de la mano de Joan, el mayor de los tres hermanos que dirigen el restaurante premiado con tres estrellas Michelin, representante de la cocina tecnoemocional. En una solemne y emotiva ceremonia, el chef fue nombrado doctor honoris causa por la Universitat de Girona. La rectora, Anna Maria Geli, ungió al doctor Joan Roca con esta proclama: «Habéis liderado, a partir del arraigo al país y de los vínculos con la cultura, un proyecto compartido y familiar que ha situado la cocina de la técnica y las emociones en un primer nivel mundial. Con un esfuerzo constante de renovación y excelencia, habéis sido embajadores privilegiados de las tierras gerundenses y habéis hecho posible la articulación del equipo de El Celler, un ejemplo de continuidad, fidelidad a los orígenes y proyección internacional».

Unas palabras aplaudidas por un auditorio entregado en el que se congregaron las principales autoridades de la ciudad y los familiares y amigos del cocinero (entre los que no faltó Ferran Adrià). El doctor Roca asumió «el orgullo y el honor» de la designación en nombre de sus hermanos, Josep y Jordi. «Este reconocimiento es el más grande posible al que puede aspirar un cocinero. Más allá de las estrellas, los soles o los números, pocos pueden sobrepasar este honor», afirmó el chef, que tuvo un especial recuerdo para su principal maestra. «Nadie ha influido tanto en mi cocina como la madre que me parió. Cerca de las ollas, arroces, butifarras, días de can maitanquis, vino de la cocina, y un deseo repetido: 'estudiad niños, estudiad'... Aún lo hacemos», afirmó.

Pero la mejor definición de lo que representan estos tres estrellas de Girona para el arte culinario la dio el profesor José Antonio Donaire, su padrino en la ceremonia. «La excelencia gastronómica es la suma de tres elementos: la formación, la innovación y el inconformismo. La capacidad de romper barreras que hasta ese momento la cocina no se había planteado. Es el concepto de genio, de aquel que es capaz de imaginar un nuevo mundo», destacó.