CRISTINA MORATÓ DESCUBRE LAS VIDAS DE COCO CHANEL, MARIA CALLAS, JACKIE ONASSIS Y AUDREY HEPBURN, ENTRE OTRAS

Mujeres que pisaron fuerte

Maria Callas y Aristóteles Onassis. En la silueta, Audrey Hepburn.

Maria Callas y Aristóteles Onassis. En la silueta, Audrey Hepburn.

CARMEN MUÑOZ / BARCELONA

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Coco Chanel, Maria Callas, Jackie Kennedy, Wallis Simpson, Barbara Hutton, Eva PerónyAudrey Hepburnfueron mujeres que pisaron fuerte y dejaron huella por su personalidad y su trabajo. La escritora y periodistaCristina Morató ha buceado en sus vidas para «desmitificarlas y mostrar su lado más humano» y el resultado ha sidoDivas rebeldes (Plaza y Janés), un interesante libro que descubre aspectos inéditos de las siete mujeres.

Las protagonistas del libro tienen muchas cosas en común. Ocuparon portadas de revistas y se convirtieron en leyendas. Eran famosas, ricas, atractivas, parecían perfectas a los ojos del mundo. Iconos de la moda y el glamur, crearon un estilo propio imitado hasta la saciedad y fueron admiradas por millones de mujeres que soñaban con parecerse a ellas. Sin embargo, mas allá del éxito, la fama y el poder, todas ellas fueron mujeres de carne y hueso, solitarias, inseguras, acomplejadas y celosas de su intimidad.

«Las siete compartieron dolorosas heridas que nunca llegaron a cicatrizar: la falta de cariño o el abandono de sus padres, las secuelas de la guerra, la muerte de sus hijos y los fracasos matrimoniales que las sumieron en profundas depresiones», explica la periodista.

ParaMorató, la diseñadoraCoco Chanel destacó por su capacidad de trabajo, su lucidez y visionaria personalidad. «Me resulta extraordinario que la creadora del glamur fuera en realidad una muchacha de origen humilde educada en un orfanato por unas monjas que le enseñaron a coser. Y sin embargo, Coco no habría sido la misma con una infancia distinta. Porque fue su rebeldía la que forjó su verdadera personalidad. No fue la mejor modista de su época pero si la creadora mas influyente del siglo XX», señala la autora.

LA DESTRUCTIVA PASIÓN DE CALLAS / La escritora se queda con el talento artístico de la sopranoMaria Callas.«Creo que su vida fue tan trágica como la de las heroínas a las que encarnó, por eso fue capaz de representar a personajes femeninos tan colosales porque su propia vida estuvo marcada por el sufrimiento y las frustraciones», comenta la periodista. Callas fue una joven solitaria y obesa afectada por trastornos alimentarios que la llevaron a pesar 90 kilos cuando tenía 14 años.Ona-ssis fue su gran amor, pero con él vivió una pasión «muy destructiva. Su gran secreto fue el hijo que tuvo con el armador muerto a las pocas horas de nacer», cuentaMorató.

Eva Perónle fascinó por su rápida ascensión, «fue una Cenicienta, una muchacha pobre, casi analfabeta e hija ilegítima que acabó ejerciendo de todopoderosa y fanática primera dama junto aJuan Domingo Perón. De la nada se convirtió en la mujer mas influyente de Argentina y una de las más poderosas de su tiempo».

Audrey Hepburn llamó la atención de la escritora por las dolorosas heridas que guardaba en su interior y que la convirtieron en una actriz insegura que sentía pánico escénico. «Nunca olvidaría el abandono de su padre, la frialdad de una madre exigente que jamás le demostró su afecto, las secuelas de la guerra (su admirada delgadez era fruto de la desnutrición que padeció), sus matrimonios fracasados y varios abortos que la hundieron en profundas depresiones», sostiene la periodista.

EL INFIERNO DE JACKIE /Jackie Kennedyocultaba mucho dolor tras su impecable fachada. «Su vida con

John Kennedy, pese a las apariencias, fue un infierno. Sufrió el desprecio de sus cuñadas, sucesivos abortos que la sumieron en profundas depresiones. Vivía con un hombre enfermo y adicto al sexo».

La vida deBarbara Hutton, una de las más ricas y extravagantes herederas del siglo XX, se vio marcada por la trágica muerte de su madre que se suicidó en la suite de un hotel de Nueva York.Divas rebeldesdesvela que «Barbaratenía 4 años cuando descubrió el cuerpo sin vida de su madre. Lapobre niña ricacomo la apodaba la prensa, murió sola, enferma y arruinada».

Puesta a elegir entre las siete, aCristina Moratóle hubiera gustado conocer aAudrey Hepburn.La razón: «porque más allá de ser una buena actriz, era un ser sensible, con un gran corazón y una personalidad fascinante. Siempre fue una mujer sencilla que nunca se creyó alguien especial», indicaMorató. La autora explica que para la estrella «lo más importante siempre fue su familia y aunque no tuvo suerte en sus dos matrimonios, consiguió que sus dos hijos crecieran lejos de Hollywood».

En sus últimos años,Audrey se entregó a auxiliar a los más necesitados. «Era su forma de saldar una vieja deuda con las organizaciones caritativas que la ayudaron a ella y a su madre tras la guerra. Las misiones que llevó a cabo con el Unicef, en calidad de embajadora de buena voluntad, la enfrentaron a una realidad para la que confesó no estar preparada». El compromiso e implicación fueron tan grandes que envejeció repentinamente tras la experiencia y su ya delicado estado de salud empeoró de manera irreversible.