ALLEGRA, QUE FUE ADOPTADA, CUENTA QUE APENAS VIO A SU PADRE

Una hija de John Huston escribe sus memorias

John Huston, con sus hijos Danny, Allegra (agachada) y Anjelica, y Zoe Sallis (madre de Danny), en 1987.

John Huston, con sus hijos Danny, Allegra (agachada) y Anjelica, y Zoe Sallis (madre de Danny), en 1987.

CARMEN MUÑOZ
BARCELONA

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Allegra Huston, la más joven del clan del cineasta John Huston, se ha lanzado a la arena literaria para contar los detalles de su infancia junto al director. En Hija del amor (Circe), Allegra relata que tenía solo 4 años cuando su madre, Ricky Soma, tercera esposa de Huston, falleció en un accidente de tráfico, suceso que marcó su vida. Fue entonces cuando conoció a Huston. Recuerda que le dijeron secamente: «Este es tu padre».

Allegra, editora de profesión, no es hija biológica del director norteamericano; nació durante un periodo en que Huston y su madre estaban separados, pero este le dio sus apellidos y se encargó de ella al morir su madre. Hasta los 12 años no conoció a su verdadero padre, el historiador británico John Julius Norwich.

En sus memorias, Allegra recuerda que su niñez estuvo marcada por los constantes cambios de domicilio, primero en Galway (Irlanda), en la mansión de los Huston, donde coincidió con sus hermanos Tony y Danny y, a veces, con su padre adoptivo. Después pasó a Estados Unidos, a Long Island (allí vivían sus abuelos maternos), y a Los Ángeles, donde convivió con su hermana Anjelica, cuando ella era pareja de Jack Nicholson o salía con Ryan O'Neal, al que prefiere olvidar. «Su humor era cambiante: unos días era maravilloso, otro diabólico», dice Allegra. De Nicholson tiene buenos recuerdos que le permitieron «saborear la vida familiar como nunca antes la había conocido», según relata.

CÓMODA JUNTO A JACK NICHOLSON / La joven conoció a Nicholson cuando este filmaba Chinatown. Anjelica la llevó al rodaje: «Ni siquiera conocía su nombre, pero me sentí muy cómoda a su lado», explica. La editora se sintió apartada del clan por su profesión. «Tony, Anjelica y Danny trabajaban con él, pero yo no pertenecía a ese mundillo. Solía describirme como la rebelde de la familia, la única que había terminado la universidad y tenía un trabajo de oficina».

La escritora se lamenta de no haber visto más a John Huston. «Me parecía mal ver a papá tan poco, y solo cuando estaba enfermo. Incluso esa última Navidad, que iba a ser una celebración, se vio mermada con el habitual ingreso en la unidad de cuidados intensivos del Cedars Sinai». También se pregunta: «¿Estaba abandonándolo por mi familia inglesa?». Y concluye: «Papá no me necesitaba. Anjelica estaba allí para asegurarse de que lo atendían bien, y para llevarle comida de los mejores restaurantes cuando la del hospital le deprimía. Era yo quien lo necesitaba a él: necesitaba ser una buena hija en pago a su grandeza de espíritu por acogerme y quererme».