VELADA CON EL CIRUJANO DEL MOMENTO

El doctor Ramón Vila-Rovira, que operó a Belén Esteban, explicó en 'petit comité' algunas anécdotas de la operación

FERRAN Imedio

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Nadie puede competir con la nueva nariz deBelén Esteban. Ni siquieraEstrella Salietti, la interiorista más expansiva de Catalunya, una mujer a un megáfono pegada, capaz de perforar el tímpano con solo apretar el botón que activa ese pitido de estado de alarma. Por mucho que gritara, con y sin altavoz, que era la hora de sentarse a la mesa para probar la cena que había preparado el jueves con tanto mimo y sabiduría, pocos le hicieron caso; los comensales solo tenían oídos (o lo que quedaba de ellos) para escuchar al invitado estrella de la velada: el doctorRamón Vila-Rovira.Su bisturí convirtió media costilla de la ex deJesulínen la napia y la noticia del año, que dio en exclusiva la revistaLecturas.Belén,convertida en labarbiedel extrarradio. De la voz del pueblo a la nariz del pueblo.

La diseñadora de moda nupcialRosa Clarà,la realizadoraLeo Solanes (ha dirigido los anuncios para El Corte Inglés conMeg Ryan yDiane Kruger), la doctoraMontse Folch (inventora de la dieta de la alcachofa y esposa deVila-Rovira), Bárbara Senillosa,hija deAntonio de Senillosa y experta en protocolo... Los invitados devoraban unas lentejas –Andreíta, la hija de laEsteban,habría cambiado aquel pollo que tanto le costaba comer por esas legumbres memorables– mientras atendían al doctor. Al fin y al cabo, más de uno acudió a la cita solo para conocer de primera mano algún secreto inconfesable sobre la operación más mediática de la década.

La cerda Amanda

Ni siquiera Amanda, que no estaba, habría robado protagonismo al cirujano. Amanda es la cerda queSalietti tenía como mascota, la que abría la nevera con el hocico haciendo ventosa para comer lo que tenía al alcance, a la que paseaba por el barrio del Putxet de Barcelona, a la que le decías «ven» y venía como si fuera un pastor alemán. Sí estaban el loro y los tres perros que comparten el espectacularloftconSalietti, una de las anfitrionas más divertidas y entrañables que puede haber en Barcelona, y una de las más aplaudidas del cicloMesas ajenas, en el que, cada mes, profesionales de varios ámbitos (empresarios, periodistas, artistas, abogados, escritores, actores...) se reúnen en cenas organizadas por algunos de ellos. La diseñadoraPurificación García, el chefCarles Abellan, el escultorJavier Corberó, el bailarínRafael Amargo, la actrizMireia Ros y el ilusionistaMàgic Andreuson algunos de los que han acudido a los anteriores ágapes.

Pero volvamos a la cena de narices del jueves. El doctorVila-Roviraes mucho doctor, y sabía hasta dónde podía explicar. Lo mismo había hecho enSálvame, adonde acudió tan temeroso como «entrenado mentalmente» para enfrentarse a ese juzgado de guardia mediático. Se le notaba aún en forma, así que fue soltando algún que otro secreto confesable mientras elciclón Salietti iba de arriba para abajo enseñando la casa, sirviendo los postres y gritando a pleno pulmón: «¡La vida es un despelote!».

A su lado,Vila-Rovira parecía susurrar. «Cuando me llamó laEstebanno me lo creía, me quedé de piedra, pensé que quería consejo profesional, pero tuvimos tan buenfeelingque me soltó: ‘Doctor, me va a operar usted’». «¿Miedo, presión? Pero si lo hago cada día. Sé que tengo que cortar cerca del ojo, pero me pego el codo al cuerpo para que no se me vaya la mano y voy a por ello. Más difícil es ser piloto de avión y aterrizar sin ver la pista». «Belénme dice: ‘Doctor, no haga caso a los que le critican. ¡Me ha dejado una nariz perfecta!». «Me han llegado a seguir los paparazis». «Desde que la operé, no paro de recibir peticiones de clientas». La noche del jueves, algún cuello y alguna bolsa de ojos comenzaron a tener los días contados.

«¿Sabéis qué? Es una tía co-jo-nu-da. Y tiene un tipazo», zanjóFolch, fan de laEsteban. Con y sin nariz.