EL CHEF, CON UNA ESTRELLA, RECONVERTIRÁ EL RACÓ D'EN FREIXA EN UNA CASA DE COMIDA POPULAR

Ramon Freixa deja BCN para cocinar en Madrid

Ramon Freixa.

Ramon Freixa.

PAU ARENÓS
BARCELONA

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Durante dos años y medio, Ramon Freixa ha buscado en Barcelona un espacio que lo acogiese para crecer como chef. El Racó d'en Freixa, el restaurante que había descorchado con sus padres en 1986, con una estrella Michelin desde 1988, era insuficiente para sus ambiciones y para acoger a los clientes de una forma óptima. El peregrinaje inmobiliario ha sido el chisme de la comunidad gastronómica barcelonesa. Que si iba al Hotel Juan Carlos I, que si se instalaba en el futuro Mandarín al pie del paseo de Gràcia. Al fin ha encontrado albergue a 600 kilómetros: en mayo inaugurará Ramon Freixa Madrid. Más rotundo, imposible.

"No voy a estar un año y después regresar. Si me jubilo allí, mejor", explicaba ayer ante una liebre 'à la royale' empaquetada con lascas de trufa, desenlace esplendoroso de una de las últimas comidas de El Racó d'en Freixa (Sant Elies, 22). Cierra El Racó original y vanguardista y reabre en el mismo sitio --el 8 de marzo-- Freixa Tradició, donde el padre, Josep Maria, se hará cargo de una carta involucionista.

VOLVER A EMPEZAR

Del consomé de faisana que se transforma en gelatina a los 'peus de porc'. De la piña al estragón al 'botifarró de sang'. Será un triunfo porque enlaza con el fenómeno viejo-nuevo de esa cocina neopopular que inflama Barcelona. Entre el ahora y el después, Dori Riera, directora de todos los Freixas, madre de Ramon, que no sigue a su hijo en el lance madrileño sino que se queda al frente de Tradició: "Es un volver a empezar".

El otro 'volver a empezar' sucederá en el número 67 de la calle Claudio Coello, Ramon Freixa Madrid, un desenfreno en oro y mármol ("maximalismo, exceso en la decoración, sobriedad en la mesa") en los bajos de un hotel, afinando las obras, propiedad del Grupo Rayet. "Pero no es el restaurante del hotel. Es un restaurante con vida propia. Pasaré cinco días en Madrid y dos en Barcelona. Cierro una historia de 14 años. Hay un punto de nostalgia, pero Madrid me gusta. Allí hay más pastel a repartir. Creo que la oferta gastronómica de nivel es menor".

Trabajará para 35 clientes con el ideario del Racó: técnica, producto, sentimiento. "Cuando lo comuniqué al equipo dijeron que venían conmigo. Es mi mayor alegría", cuenta a punto de sentarse en el AVE, en uno de los miles de traslados que lo convertirán en un viajante a la catalana.

Ay, la estrella del Racó. Lo seguro es que Barcelona perderá la calificación. ¿La ganará Madrid? ¿Le pasará como a Sergi Arola, que los inspectores le permitieron trasladarla al nuevo restaurante, Sergi Arola Gastro, como si fuera una bombilla? Por si acaso, Freixa informará de la mudanza a la dirección de la guía.

En el 'annus gastronimicus horribilis' del 2009, Freixa se atreve con ¡cuatro aperturas! Las citadas de Madrid y ese Tradició de los padres y dos más en Australia: un bar de tapas, con el asfixiante nombre de Sótano, y el restaurante Nuevo 37, ambos en el Hotel Hilton South Wharf de Melbourne. Será el 12 de abril. Mantiene en Barcelona la dirección creativa del Ávalon, en el Grand Hotel Central. Y rumía cuál será la oferta comestible del nuevo casino de Lloret, tal vez bocadillos y bacarrá.

En el equipaje, como única concesión a la nostalgia tras 14 años, la colección de 50 cuchillos. Un chef nunca se aparta de su mejor amigo.