Perfil
Isidre Sierra, el alcalde-bombero del área de Barcelona: "Esto es lo más guapo que me ha pasado en la vida"
El máximo responsable político de Sant Climent de Llobregat explica a EL PERIÓDICO durante una guardia su vocación como bombero voluntario
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Isidre Sierra, alcalde de Sant Climent de Llobregat, durante una guardia como bombero voluntario. / Elisenda Pons


Manuel Arenas
Manuel ArenasRedactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona
Periodista de información y audiencias locales del área metropolitana de Barcelona. Antes trabajé en la productora audiovisual Clack, donde investigué y desarrollé guiones de documentales, y colaboré con EL PERIÓDICO firmando la contraportada del diario y publicando reportajes en las secciones Gran Barcelona, Sociedad y Entre Todos. Empecé en la prensa local de mi ciudad, Santa Coloma de Gramenet, concretamente en el Diari de Santa Coloma.
Hay alcaldes que tienen ideas de bombero y luego está Isidre Sierra (Sant Climent de Llobregat, 1971), que tiene ideas de alcalde y, al mismo tiempo, ideas de bombero. El máximo responsable político de Sant Climent de Llobregat (Baix Llobregat), pequeña población de unos 4.000 habitantes del área metropolitana de Barcelona, compatibiliza la alcaldía con la vocación de bombero voluntario, la cual ejerce desde hace 32 años (1992), mucho antes de empuñar el bastón de mando en 2010. El singular perfil del político es único en la conurbación barcelonesa.
Sierra recibe a EL PERIÓDICO durante una guardia en el parque de bomberos voluntarios de Sant Climent. Inquieto por si surge alguna emergencia que le obligue a salir pitando, avisa a sus compañeros de que empieza la entrevista. Y abre la conversación con la pasión que va a derrochar de principio a fin: "Ser bombero voluntario es lo más guapo que me ha pasado en la vida, en serio".
Los orígenes de Sierra como bombero voluntario están anclados a su preocupación por dos grandes incendios que asolaron el Garraf y que impactaron en Sant Climent, en 1982 y 1994. Su frustración por los destrozos del fuego y el hecho de que su padre y su hermano se alistaran como bomberos voluntarios le empujaron a implicarse. "Yo entré en el cuerpo para ayudar a nuestro territorio. En la mili me había sacado todos los carnets y necesitaban a gente con carnet de camión", cuenta Sierra.

El alcalde Isidre Sierra, durante una guardia como bombero voluntario en Sant Climent de Llobregat. / Elisenda Pons
Economista de formación, de primeras pensó: "¿Bombero yo? ¡Si trabajo en un banco!". Ahora, tres décadas después, sostiene: "Una vez entras, ya no quieres salir: me veo siendo un bombero voluntario más hasta que me jubile a los 65. Y desde ahí hasta los 70, que es el límite que nos ponen en el cuerpo, me gustaría dedicarme únicamente a servicios de apicultura", cuenta este dirigente local de Junts, que ha revalidado la alcaldía de Sant Climent hasta en cuatro ocasiones desde las municipales de 2011 y que también lideró como vicepresidente las políticas agroforestales del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Sant Climent, rodeado de zona montañosa, es de hecho uno de los pocos municipios del área metropolitana de Barcelona que tienen el privilegio de respirar un aire sin elevados niveles de contaminación. Lo concluye en estos términos un reciente estudio del AMB, el cual arroja que esta localidad del Baix Llobregat, a diferencia de otras urbes de la comarca más próximas a la capital como Esplugues o Cornellà, no tiene población expuesta a aire contaminado por encima del nuevo umbral europeo que aplicará desde 2030.

El alcalde de Sant Climent, Isidre Sierra, muestra a EL PERIÓDICO el vestuario de los bomberos voluntarios. / Elisenda Pons
"¿Pero qué haces aquí apagando un fuego?"
El interés de Sierra por la apicultura no es baladí. Algunos parques de bomberos voluntarios se especializan en determinados ámbitos, y el de Sant Climent lo ha hecho en emergencias apícolas. La Conselleria de Interior incluso les ha comprado una furgoneta específica para esta labor. Y eso que, asegura, es alérgico: "Una vez me picaron abejas durante muchas horas en una iglesia de Badalona y me generaron alergia".
La misma mañana de esta entrevista hay previsto un servicio apícola. "De aquí a un rato vamos a una residencia de ancianos que tiene un enjambre. Parece que es estable, pero valoraremos si es posible quitarlo y taparlo para que las personas puedan hacer vida normal", precisa el edil. Ha actuado en emergencias apícolas en bodas, escuelas o cementerios. "Una petición muy habitual es: 'Oye, que he dejado el coche aquí hace veinte minutos y ahora tengo un enjambre en el retrovisor'. Claro, ¡es que los enjambres se forman en treinta segundos!".
Otra de las casuísticas con las que el político se ha encontrado ejerciendo de bombero es la de alcaldes que no saben de su vocación y que le preguntan sorprendidos qué hace allí. Recuerda experiencias así en Canyelles o Molins de Rei. "Una vez, el alcalde Xavi Paz me dijo: 'Isidre, ¿pero qué haces aquí apagando un fuego?'. Y yo: '¡Mira, es que soy bombero voluntario'", narra jocosamente Sierra.
La pregunta del millón es: ¿cómo compagina en el día a día la alcaldía de Sant Climent con el voluntariado bomberil? "Trato de invertir algún sábado que tengo libre o quitarme tiempo de mis vacaciones e incluso de estar con mi familia, que son espectaculares y siempre me han ayudado con mi vocación. Eso sí, la prioridad siempre es el municipio: si pasa algo en Sant Climent, no puedo actuar de bombero, claro, y debo estar en el centro de control del Ayuntamiento". En la actualidad, los bomberos voluntarios deben cumplir con un mínimo de 600 horas de dedicación al año, bien sea en servicios específicos, sobre todo por el Baix Llobregat en el caso de Sierra —Gavà o Viladecans, además de Sant Climent— o en guardias repartidas durante cada mes.

El alcalde de Sant Climent, Isidre Sierra, durante una guardia como bombero voluntario. / Elisenda Pons
Sierra tampoco rehuye las críticas: "Hay gente que me dice que soy bombero voluntario porque me da votos. Y yo no digo que no, pero es que ya era bombero voluntario mucho antes de ser alcalde. Yo creo que debemos acercar la política a la gente". El polifacético edil independentista, que cuenta con el apoyo de ERC y que es un convencido de la realidad metropolitana en el área de Barcelona, también trabaja en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), donde ocupa el cargo de gerente del consorcio universitario en la provincia de Barcelona.
"¿Que cómo me da la vida? Currando mucho y teniendo una familia espectacular", concluye. A sus 54 años, se ve siendo bombero voluntario ni más ni menos que una década y media más. "El agradecimiento de la gente es espectacular. Sólo por el contacto humano y las anécdotas personales ya merece la pena", rubrica el alcalde de Sant Climent.
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