Green Leka: esto sí es gastronomía sostenible

Qué mejor que celebrar el Día de la Gastronomía Sostenible, el 18 de junio, que practicándola. Y si no quieres hacerlo en casa, una muy buena alternativa es Green Leka Can Valldaura (carretera de Horta BV-1415, km. 7) porque pocos restaurantes hay en Barcelona y su área metropolitana tan comprometidos con la sostenibilidad como el que dirigen Iván Enríquez y Arleny Medina, artífices de Leka, en el Poblenou, que ha regresado esta semana tras meses cerrado por la pandemia.

Su nuevo negocio, que abre de jueves a domingo, lleva poquito tiempo en marcha y está en pleno bosque de Collserola, en un recodo de la carretera que une la capital catalana con Cerdanyola. Es muy fácil llegar, son solo cinco minutos de asfalto desde la ronda de Dalt. Si no lo encuentras con Google Maps llegarás hasta allí por el aroma que desprenden sus dos brasas enormes y su horno de leña, en las que cocinan de todo y más.

Su terraza es de lo más agradable y familiar, pero su sala es de las que dejan un recuerdo imborrable en la memoria por las vistas sobre el Vallès e incluso el Montseny. Esa panorámica resume muy bien lo que hacen en Green Leka: lo que ves por la ventana es lo que comes y lo que bebes, porque puedes zampar setas de aquella montaña y brindar con refrescos elaborados con botánicos del entorno: manzanilla, menta, diente de león...

Los ciclistas ya saben de su existencia porque reponen fuerzas con sus desayunos de 'forquilla' y los amantes del arroz deberían anotarlo en sus agendas para probar el de entrecot, una rareza que se elabora con carne ecológica. Tienen muchísimos platos: buñuelo de escarola con salsa romesco, 'tatin' de cebolla, 'burgers' de jabalí (dicen que los niños se pirran por ellas), y muchos tipos de carne: de ternera, de cabrito, de cerdo, de cordero de Collserola...

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Animales de los que no dejan ni un gramo por cocinar. Porque aquí no se tira nada, todo se reaprovecha; uno de los mandamientos de la gastronomía sostenible.

Y lo dicho, Green Leka es un buen lugar para celebrar esta jornada por su compromiso con el medio ambiente, como se demuestra en tantos y tantos ejemplos: han reciclado las estructuras de las mesas y las sillas, que tenían más de 60 años; la sala se ilumina con troncos recogidos del mar tras el temporal 'Gloria' y convertidos en lámparas; con los restos de la comida que sirven hacen 'snacks' para perros y gatos; reutilizan el aceite para hacer jabones; sirven platos veganos y vegetarianos; con el calor residual del horno de leña ahúman y cuecen durante la noche productos a baja temperatura; están preparando su propio huerto, y en unos meses reciclarán el agua de la lluvia.