Comer con espectáculo
Salvaje Barcelona: un japonés muy diferente
Salvaje demuestra que se puede comer más que bien en un restaurante al que va gente guapa para ser y ser vista y donde la oferta gastronómica se funde con los espectáculos ‘in situ’
Restaurante Salvaje
Por qué confiar en El Periódico [Este restaurante se muda al Hotel Me by Melià, en la calle de Casp, 1-13]
Ojito con los prejuicios gastronómicos. Como ese que dice que no se puede comer más que bien en un restaurante al que va gente guapa tipo futbolistas, actores, cantantes, modelos, al que se acude para ver y ser visto, y en el que la oferta se redondea con algún que otro 'show', sea con bailarinas, música en directo o de 'dj' o con 'performances' variadas. Porque llega Salvaje a Barcelona (Enric Granados, 86) y lo desmonta bocado a bocado y trago a trago con sus platos mayoritariamente japoneses y sus cócteles de autor con toques asiáticos y latinos.
Si hay lujo y exuberancia en la decoración selvática de este local de 1.000 metros cuadrados que en su día fue Bellavista Jardín del Norte (el que abrió Rodrigo Messi, el hermano del 'crack', con Grup Iglesias), también lo hay en el producto que trabajan: de primera.
El restaurante, que abrió en mayo del 2021, hace un alarde de materia prima en los 'nigiris', sean de atún, de pez limón o de 'wagyu'; en los carabineros a la 'robata' (la parrilla nipona); en los 'dumplings' de bogavante; incluso en el 'wasabi' fresco que tan pocos locales de la ciudad usan. Así de claro lo tiene el chef Fermín Azkue, uno de los fundadores de Salvaje.
Y también hay lujo en los detalles, materiales e inmateriales: las copas Riedel para los vinos, las copas que son más bien esculturas para los cócteles creados por el campeón de la World Class Competition del 2019 (título oficioso de mejor bartender de España), Borja Goikoetxea, los azafatos y azafatas que te reciben al llegar, el 'disc jockey' que pincha en los lavabos los viernes y sábados...
Detalles, en fin, que han convertido esta fórmula en ganadora desde que inició su andadura en Panamá, siguió en Bogotá, Madrid y Miami.
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