Tragos únicos
El Bestiari, el bar que convierte animales fabulosos en cócteles artesanos
El local del Born sorprende con una propuesta original inspirada en el imaginario de las fiestas populares
¿Por qué Barcelona es la capital mundial de la coctelería?
Esencia: así es un menú degustación... de cócteles

El 'bartender' y artesano Luca Corradini, entre sus socias en El Bestiari, Mar Galopa y Teresa Sáez. / Adrián Quiroga


Ferran Imedio
Ferran ImedioPeriodista. Redactor del canal Cata Mayor
Periodista barcelonés apasionado por su trabajo que lleva casi tres décadas escribiendo en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, donde ha pasado por las secciones de El Día por Delante, Sociedad, Gran Barcelona, Deportes, Exit e Icult. Ha sido coordinador de las páginas de Motor, responsable de Gente y de las páginas de gastronomía Gourmet's.
Cuando vieron aquellas bestias animando las fiestas populares del Born, el barrio en el que viven, el humo que salía de las cabezas del italiano Luca Corradini y la toledana Teresa Sáez era más denso que el de cualquier 'correfoc'. "No lo comprendíamos muy bien hasta el punto que nos preguntábamos, 'pero, ¿qué es esto?'. Nos llamaba mucho la atención", recuerda Sáez, pareja de Corradini, que llevaba desde 2020 en la capital catalana tras unos años en Londres, donde él había trabajado como 'bartender' en el Savoy.
El Bestiari
Rec, 49
elbestiari.com
Precio medio de los cócteles: 12 €
Aquella perplejidad se transformó pronto en motivo de inspiración. Y junto con el alicantino José Carlos Infante y su mujer, la barcelonesa Mar Galopa, con quienes ya saboreaban el éxito en el barrio con la coctelería Mariposa Negra, decidieron que sería buena idea convertir ese imaginario de bichos fabulosos en un bar que se llamaría El Bestiari.

Dos cócteles y una figura de cerámica creados en El Bestiari. / Adrián Quiroga
"Encajaba por muchas razones. Primera, porque somos artesanos ya que todo lo que ves aquí, desde los cócteles hasta la vajilla de cobre o los grafitis, los cuadritos y las figuras de cerámica que decoran el local está hecho a mano por Luca. Y el Born es un barrio con muchos artesanos", señala Sáez.
"No soy persona de ordenador. Me gusta otorgar un alma al bar haciendo las cosas que ves con mis manos y para ofrecer un producto único", añade el italiano, "mente creativa y pensante, además de coctelero profesional", en palabras de Sáez, su pareja y encargada del 'marketing'.
Un minitaller tras la barra
"La segunda razón -prosigue ella, que bromea con su función de "catadora oficial"- es que el Born es un barrio de la edad media, como lo demuestran los nombres de oficios antiguos de las calles, y el bestiario popular nace en aquella época". Así que, una vez decidido el concepto, se pusieron manos a la obra, y nunca mejor dicho porque Corradini es un manitas que ha montado un minitaller tras la barra en el que crea y decora los vasos de cobre, "el material que imaginábamos que usaban en las cantinas medievales".

La coctelería El Bestiari, en el Born, decorada por uno de sus dueños, Luca Corradini. / Adrián Quiroga
En ellos sirve estos tragos tan originales y divertidos que llevan licores y macerados y zumos elaborados por él mismo y con los que tanto triunfa. Porque triunfar es lo que ha hecho en los pocos meses que lleva abierto El Bestiari. El estupendo, afrutado y forestal El Estarrufadet, con 'limoncello' con sal del Himalaya casero y artesanal, mermelada de fresa, limón, sirope de boldo casero, zumo de naranja fresco y esencia de pino., ha ganado fama entre los expertos como uno de los mejores de la ciudad.
Decoraciones comestibles
Pero lo cierto es que cualquier cóctel de la carta podría aspirar a cualquier galardón porque son realmente únicos, porque están elaborados con ingredientes propios, porque llevan decoraciones comestibles y porque casi todos pueden convertirse en tragos sin alcohol.
El floral y delicado La Mulassa (ginebra, licor de lichi, limón, infusión casera de orégano aromático y leche de almendra); el afrutado, fresco y vegetal El Drac Volador (vodka menta poleo de elaboración casera y artesanal, zumo de limón, sirope de sauco, leche de coco, jengibre y rosa canina); el especiado, cítrico y afrutado El Fènix (tequila, maceración de tomillo, limón, zumo de manzana y corteza de 'cassia'); el tropical, afrutado y dulce Tolc del Clot (whisky, moscatel, licor de 'yuzu', zumo de limón fresco y 'butterscotch')...
Los dueños de El Bestiari son tan inquietos que no solo se conforman con crear y servir las bebidas. También ofrecen apertivos como alcachofas asadas y marinadas, y banderillas de dados de atún curado y ahumado con queso de cabra, montan clases de coctelería y venden las copas de cobre y los objetos que decoran el local. Bestial.
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