Cena al estilo 'retro' parisino

Cuando hasta unas simples patatas fritas de acompañamiento sorprenden al comensal por su intensidad de sabor, su perfecta cocción y corte, te están poniendo sobre aviso de lo que está por venir. El Avenida Palace (en la Gran Via de Barcelona, entre el paseo de Gràcia y la Rambla de Catalunya) no podía conformarse con menos, si quería mantener el elevadísimo nivel de servicio al que tiene acostumbrados desde hace más de 65 años.

Pero su nuevo restaurante –el Beluga Bar & Kitchen (abierto desde el pasado noviembre)– no se limita a dar servicio a los huéspedes del hotel. Todo lo contrario: el establecimiento mira directamente a la calle, invita a entrar sin miedo y a disfrutar de su cocina, tan informal como elaborada. Su propietaria, Mayka Torres, personaliza esta propuesta detallista y se entrega en cuerpo y alma para ofrecer el mejor servicio y un ambiente más que agradable.

Los papeles de las paredes, con motivos vegetales y geométricos; los tapizados de los sofás y las butacas; la combinación de colores, de los pasteles a los intensos verdes, rosas y anaranjados; la luz cálida de las grandes lámparas; el uso del mármol, el latón y los espejos… Todo contribuye a generar un ambiente retro inspirado en el glamur parisino de décadas pasadas.

Desde la hora del desayuno, pasando por el brunch, el almuerzo o la cena, el establecimiento garantiza un rincón discreto y relajado en medio del Eixample barcelonés, ideal tanto para una escapada en pareja, como para una reunión laboral (dispone de un reservado), una celebración con amigos o, simplemente, un rato para uno mismo. Por la noches, además, Beluga brilla con la música en directo de cantantes como Jane Jaume que, de miércoles a sábado, enamora con su delicada voz, su estilo personal y sus exquisitas versiones.

OFERTA GASTRONÓMICA

Tomando como base la gastronomía española y mediterránea, Beluga Bar & Kitchen juega con ingredientes frescos, de cercanía y máxima calidad. Una carta amplia que transita desde las opciones vegetarianas (no hay que dejar de probar el patacón venezolano, con base de plátano frito y cobertura de aguacate, lima, cilantro y mojo picón; o los tan demandados poké bowls), los platos de pescado (el tartar de atún, los calamares rebozados con mayonesa de soja o el ceviche de corvina con jugo de naranja) o las opciones más carnívoras (desde el stick tartar a la ternísima costilla de cerdo con salsa barbacoa). Todo hecho en la casa y presentado con sumo buen gusto. Un cóctel (tienen una sofisticada selección, con influencias del mundo) es la mejor forma de finalizar el ágape, con la chispa necesaria para sumergirnos de nuevo en el corazón de la ciudad o subir regresar a alguna de las habitaciones de este hotel, por donde han pasado desde Ernest Hemingway a Lizza Minnelli o los Beatles.