Cocina asiática sin fronteras

El restaurante Nomm, en el Paral·lel, reúne recetas clásicas de Japón, Corea, China, Vietnam, Tailandia y Singapur

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ALBERTO GONZÁLEZ / Barcelona

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Por mucho que a los barceloneses se nos llene la boca hablando de la riqueza y la variedad de la oferta gastronómica de la ciudad, aún hay mucho encasillamiento. Por eso cuando conversamos sobre cocina asiática, casi siempre acabamos refiriéndonos al sushi, el pato Pekín o –con suerte– el ramen. Uno se da cuenta de estas limitaciones al visitar Nomm, el nuevo bistró de cocina asiática inaugurado hace pocos meses en el Paral·lel, que constituye un pedagógico recorrido por las cocinas de Japón, Corea, China, Vietnam, Tailandia y Singapur.

Pauline, la jefa de sala, da la bienvenida a este local en forma de U, con una pata ocupada por una barra de bar (se recomienda probar, antes o después del ágape, alguno de sus cócteles) y, la otra, por la sala, decorada con lámparas de papel rojo y un impresionante árbol central. Y como bisagra, la cocina vista, dirigida por el chef Peter Vivant, australiano de padre chino y residente durante muchos años en Hong Kong y Nueva York.

Bajo su batuta se desarrolla una propuesta basada en el producto fresco y saludable, con contrastes de sabores y texturas, protagonismo de las especias y, sobre todo, atención a las técnicas y sabores originales asiáticos. Aquí no se pregunta por el punto de picante deseado por el cliente, sino que se respeta la receta original (en cualquier caso, es más que soportable).

Una oportunidad para probar, por ejemplo, las ostras en tempura, que sorprenden por su textura (recuerda a un huevo escalfado) y su intenso sabor a mar; el ceviche de corvina con michelada; el pulpo con curry de coco; el kimchi (elaborado por ellos mismos); y, sobre todo, el pho (sopa vietnamita muy especiada y elaborada con 53 ingredientes) y la sopa de dumplings.

La carta es extensa. Para los que les cuesta decidirse, el establecimiento ofrece durante el mes de septiembre un menú degustación a un precio económico (20 euros). Abandonarse confiadamente en las manos de Peter es un acierto. Una buena ocasión –y no se presentan tantas– de introducirse en esta sabia y antigua tradición gastronómica.