COPA DEL REY

Pol Arnau, el héroe del Logroñés que hundió al Girona: un lateral izquierdo con genes de portero

Ni el Girona salva el honor en la Copa: cae en los penaltis ante un Logroñés sin portero

Pol Arnau, en la grada de Las Gaunas, tras el desenlace de la eliminatoria ante el Girona.

Pol Arnau, en la grada de Las Gaunas, tras el desenlace de la eliminatoria ante el Girona. / UD LOGROÑÉS

Joan Domènech

Joan Domènech

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Con un jugador menos, que era precisamente el portero titular, sin poder sustituirlo por otro, el Logroñés eliminó al Girona en la tanda de penaltis. En la suerte decisiva culminó el ridículo el cuadro de Míchel al desechar todas las ventajas que tuvo en el tramo final, hasta sucumbir (4-3) frente a un rival hundido en la cuarta categoría del fútbol español.

Ventajas claras, relevantes, desde mediada la primera parte de la prórroga, cuando el meta Enrique Royo quedó conmocionado en un choque con Stuani. Había agotado el Logroñés las sustituciones y se puso los guantes Pol Arnau, lateral izquierdo pero con sólidas nociones de portero. Nociones transferidas por la vía genética.

Pol Arnau Camacho, de 19 años (cumplirá 20 el próximo 23 de diciembre), es hijo de Francesc Arnau el exportero del Barça y el Málaga que perdió la vida al arrojarse a las vías del tren en Oviedo, en mayo de 2021. Marc Arnau, su hermano, también es portero: de 21 años (cumplirá 22 el 1 de enero), defiende los palos del CF Mollerusa.

"Tengo un ángel en el cielo que me ayuda"

Pol Arnau

— Portero del Logroñés

"Me he acordado de mi padre antes de ponerme en la portería. Tengo claro que esto ha sido gracias a él", ha dicho Pol Arnau a la Cadena SER tras su gran actuación. "Tengo un ángel en el cielo que me ayuda";, ha confesado el defensa que tuvo que vestirse de portero para llevar al club riojano a la siguiente ronda de la Copa.

"Sí se puede" y se pudo

Arnau sostuvo al equipo hasta los penaltis con dos fáciles paradas durante la prórroga. Inexplicablemente el Girona fue incapaz de colgar balones al área ni de bombardearle, y los dos únicos disparos más o menos decentes de los catalanes salieron desviados. "Sí se puede, sí se puede", cantaba Las Gaunas mientras corrían los minutos y el 0-0 no se movía. Se pudo.

Empezó la tanda y Arnau detuvo el segundo tiro, de Abel Ruiz, a su izquierda. Una parada propia de un guardameta nato. Nada había podido hacer ante el primer lanzamiento de Van de Beek. Su compañero Madrazo falló a continuación.

Acertaron Danjuma y Juanpe para el Girona y Agüero y Moreno para el Logroñés. En la quinta ronda, Cristhian Stuani chutó al larguero -no se apreció si el balón entró o no al botar en el césped, sin cámaras ni VAR en la Copa- y Yasin Iribarren anotaba el 4-3 que daba la clasificación al Logroñés. Sin portero titular o suplente y sin el entrenador, que había sido expulsado.

De la Damm a la gloria

No es el primer episodio glorioso de Arnau en el fútbol. Ni en el Logroñés, club al que llegó el pasado verano procedente del Club de Fútbol Damm, en el que militó dos temporadas de juvenil, después de que la familia, tras el trágico suceso, se marchara de Oviedo para reinstalarse en Catalunya.

Arnau marcó el gol que eliminó al Eibar en la anterior eliminatoria copera y que brindó a su equipo el emparejamiento con el Girona. El lunes, en el sorteo de Copa, conocerá el destino de su próxima heroicidad.