EL ANÁLISIS

Guardiola: "Este título da sentido a todo"

"Hace 14 años que ganamos el triplete con el Barça. Y 14 es el numero de Johan Cruyff, muchas cosas iban a pasar”, explicó Pep de su intuición

Erling Haaland y Pep Guardiola celebrando su triunfo en la Champions

Erling Haaland y Pep Guardiola celebrando su triunfo en la Champions / EFE/EPA/MARTIN DIVISEK

Joan Domènech

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"Hace tanto tiempo que no recuerdo ni qué sabor tiene la Champions", decía Pep Guardiola, sereno ya, en un paréntesis de las infinitas celebraciones del Manchester City desde que el árbitro pitaba el final del encuentro. Pero el sabor de esa Champions no era el dulce sabor de las dos que conquistó antes. "El Barça es el Barça", dijo los micrófonos de Movistar. El Barça es el club de su vida y el City es el club que le ha tratado "como un hijo".

Y ese hijo ha dado a la institución, al jeque Mansour, al representante del fútbol inglés, el sexto club campeón de Europa (después del Liverpool, Aston Villa, Nottingham Forest, Manchester United y Chelsea), el único título que le faltaba. "El título que da sentido a las cinco ligas", verbalizaba Guardiola, que acababa de anudar el triplete de Liga, Copa y Champions. El segundo de su carrera después del logrado con el Barça en 2009. Es el único entrenador de la historia con tener esos dos tripletes. Antes de la final recibió una llamada de Sir Alex Ferguson, la víctima con el Manchester United en 2009 y 2011.

Ilkay Gündogan lleva la copa hacia el reencuentro con sus compañeros en el podio.

Ilkay Gündogan lleva la copa hacia el reencuentro con sus compañeros en el podio. / DPA

La comparación con el Barça

De Barcelona, previo paso por el Bayern de Múnich, aterrizó en Manchester, convencido por Txiki Begiristain, viejo compañero en el Barça de Johan Cruyff, director deportivo en el primer mandato de Joan Laporta y el primero que confió en él como entrenador, "Quiero acordarme de Txiki. Sé que hay muchos clubs que destruyen proyectos y ellos me han aguantado. Aquí la tenemos esta paciencia", proclamó con solemnidad, no sin acordarse también de Johan Cruyff, quien le avaló cuando era un veinteañero para el primer equipo del Barça. "Hace 14 años que ganamos el triplete con el Barça. Y 14 es el numero de Johan Cruyff, muchas cosas que iban a pasar”, confesó.

Se liberó Guardiola en Estambul, gozando de la sensación de que "el trabajo ya está hecho", de que "no queda nada por ganar". Pero sí queda: la Supercopa de Inglaterra (otra vez), la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubs y culminar así el sextete que también logró con el Barça. Pero esa sensación de haber llegado al final del camino, será breve. "EN dos o tres semanas nos volveremos a activar", anunció. Y, bromeando, retó al Madrid: "Que no se confíe el Madrid, que estamos a trece Champions de ellos". 

Era inevitable el recordatorio a la experiencia con el Barça. Pep la retrocedió hasta 1992, para contestar a un periodista que le preguntó si había sido más fácil conquistar la Champions con el Barça o con el City. A la final contra la Sampdoria, "un rival italiano, muy parecido al Inter de hoy, que ganamos tras perder tres o cuatro finales". "Sufrimos y sentimos la presión. Todos, excepto Ronald Koeman, que jugó increíblemente, como si estuviera en el jardín. Marcó y evitamos los penaltis", rememoró de aquella agonía.

Pep Guardiola y Rodrigo

Pep Guardiola y Rodrigo / Paul ELLIS / AFP

Aquel Barça que aguantó en el minuto 111 de partido, durante la prórroga, aguantó hasta el final. El City conservó el 1-0 durante 27 minutos (22 más los 5 de añadido). "Quizá en el futuro sea más fácil y nos sintamos más cómodos en el campo", concluyó su argumentación el técnico de Santpedor.

La charla con Rodrigo

Por eso Guardiola se mostró comprensivo con sus futbolistas, a quienes vio condicionados por "la presión" propia de una final. Uno de ellos era Rodrigo, el autor del gol. El mediocentro admitió que estaba perpetrando "un partido de mierda" y que Guardiola le dijo "a la cara" lo que pensaba. El técnico aclaró que no increpó al futbolista. "En los descansos de las finales no meto broncas, porque nadie más que los jugadores tienen tantas ganas de ganar", dijo Guardiola, precisando que le reclamó más serenidad: "Eres el mejor mediocentro de Europa, no te aceleres, lee bien el partido".

Bien lo leyó, al menos en el pasaje en el que intuyó el pase atrás de Bernardo Silva. El gol fue definitivo. "Esta competición es una moneda al aire, podía haber entrado una de las últimas y habríamos perdido", admitió Guardiola al analizar los instantes finales en los que el Inter dispuso de un par de ocasiones.