La industria del deporte

FIFA, TV y el dilema dinero-visibilidad con el fútbol femenino

La RFEF y las jugadoras acuerdan un plan de conciliación familiar para Mundial 2023

Récord femenino

Récord femenino / FC BARCELONA

Marc Menchén

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Mundial de Fútbol femenino está a la vuelta de la esquina, pero hay una seria amenaza de que su retransmisión en Europa no se produzca. “Esto es una bofetada en la cara de todas las grandes jugadoras del Mundial y de todas las mujeres del mundo”, denunciaba FIFA. “Confiamos en la capacidad de la FIFA y de las emisoras independientes para encontrar los medios para una puesta en valor justa de la competición”, pedían los gobiernos de las cinco grandes potencias europeas del fútbol. Y, al final, una realidad: nadie puede obligar a las televisiones privadas a pagar un sobreprecio por unos derechos audiovisuales que saben que es imposible rentabilizar si alguno cede ante las presiones y paga lo que pide Gianni Infantino.

El presidente del regulador del fútbol mundial quiere demostrar que el negocio del fútbol femenino es una realidad gracias a él, pero se está encontrando con la realidad. Nadie paga lo que pide. Y no lo hacen porque reclamar más de 10 millones de euros en el caso de España es no entender la realidad del mercado y el punto en el que se encuentra la modalidad en términos de producto de gran consumo. Con el añadido de que, al disputarse en Nueva Zelanda, los horarios de los partidos aquí serían a las 9 de la mañana, con lo que eso implica en términos de potenciales audiencias.

Megan Rapinoe celebra el primero de sus dos goles a Francia en el Parque de los Príncipes.

Megan Rapinoe celebra el primero de sus dos goles a Francia en el Parque de los Príncipes. / BENOIT TESSIER

10 millones en España

Vayamos por partes. La FIFA está pidiendo en España más de 10 millones de euros por la retransmisión de este torneo, es decir, casi un 25% de lo que RTVE pagó por el Mundial de Qatar 2022 -con millonarias audiencias- y casi un 40% más respecto a los 7,2 millones de euros que DAZN y Mediapro pagan anualmente por toda una temporada de la Liga F. Son datos que, de por sí, ya evidencian que algo falla en la petición de Infantino, que ha dirigido su mensaje especialmente a las televisiones públicas, confiando en que la presión política fuerce a que sean estas las que paguen el sobre precio.

Aquí, de momento, las ofertas públicas y privadas no han superado los dos millones de euros. Y, aun así, me atrevo a decir que ya se da un sobresfuerzo respecto al retorno real que obtendrían en España. La cadena pública no puede recuperar nada vía publicidad porque lo tiene prohibido, por lo que de poco le sirve que partidos puntuales como la Copa de la Reina, con 827.000 telespectadores de media, puedan funcionar bien cuando se emiten en La 1. Porque eso son partidos puntuales y su réplica se daría, a lo sumo, con los partidos de La Roja, pero no con todo lo demás.

Y aquí el dilema: ¿las TV son las que deben pagar un sobreprecio o es FIFA quien debería redirigir recursos para que el business que quiere no sea un freno a la visibilidad del fútbol femenino? Porque que nadie se engañe: hoy aún estamos en fase de promover la visibilidad para atraer más marcas y generar demanda, no en intentar que los dueños de los derechos ya rentabilicen sus proyectos.

Copa América: llegan las primeras firmas para alcanzar los 25 millones de reto comercial

Semana de anuncios importantes para la Copa América. El comité organizador se impuso el reto de conseguir 25 millones de euros con la gestión comercial de la prueba náutica tras asegurarse cerca de 45 millones de la Administración, y a falta de unos meses ya se están produciendo los primeros acuerdos. Se trata de Estrella Damm y Puig, dos de las multinacionales made in Barcelona que aparecían en todas las quinielas como posibles patrocinadores y que así lo han confirmado ya. Además, y creo que es lo destacable en esta ocasión, con proyectos que buscan marcar la diferencia respecto a un patrocinio clásico de pagar por la mera presencia de marca.

Grant Dalton, CEO del Team New Zealand, bromeaba el otro día con que no puedes caminar 500 metros por la ciudad sin encontrarte el logo de la cervecera. Y ahí reside uno de los puntales de Damm, que ambiciona que la gran cita deportiva se convierta en un dinamizador de la restauración de la ciudad tras un periodo de tres años en los que la pandemia ha hecho fuerte estragos en este negocio. Puig, histórico apoyo de las pruebas de vela, dará nombre a la primera edición de la Copa América femenina, toda una declaración de intenciones.