ANÁLISIS DE UNA OBRA MAESTRA

Así torturó Guardiola al Madrid: relato táctico y emocional de la revancha perfecta

El City de Guardiola golea al Madrid (4-0) y escenifica el cambio de monarquía en Europa

"Hemos sacado el dolor que llevábamos un año dentro", dice el técnico citizen

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Guardiola celebra uno de los cuatro goles del City al Madrid ante la mirada de Ancelotti en el Etihad de Manchester.

Guardiola celebra uno de los cuatro goles del City al Madrid ante la mirada de Ancelotti en el Etihad de Manchester. / Afp

Marcos López

Marcos López

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Quedaban tres horas para empezar el City-Madrid en Manchester cuando Pep Guardiola cogió su móvil y le envió un mensaje de texto a Rio Ferdinand, excentral del Manchester United y actual comentarista televisivo en Inglaterra. "Pep me escribió un mensaje diciéndome: ‘Créeme, ¡los ganaremos!", leía el exjugador en la pantalla de su móvil, mientras el técnico citizen ultimaba la revancha perfecta para torturar y desnudar al Madrid con una goleada aplastante.

"¡Te lo dije, te lo dije!’ '¡Te dije que los ganaríamos!", le soltó Guardiola, aún en el césped, camino de los vestuarios tras firmar su pase a la final de la Champions – el 10 de junio le espera el Inter en Estambul - dejando una monumental obra de arte en Europa. Una obra que perdurará con el paso de los años y quien sabe si en un futuro inmediato significa el fin de Ancelotti, el técnico del Madrid.

Sintió Guardiola emprender en Inglaterra un viaje al pasado cuando dirigía al Barça evocando con su fútbol aquel 2-6 en el Bernabéu o el 5-0 al Madrid de Mourinho porque, además, Ancelotti fue el nuevo Ferguson. Ni uno (2023) ni otro (2011) entendieron a la máquina casi perfecta de jugar a fútbol que les pasó por encima.

 "Sacamos el dolor que llevábamos dentro desde hace un año"

El partido lo ganó el City desde todos los puntos de vista. Pero hay uno que no se percibía al inicio, oculto como estaba por Guardiola. Y por sus jugadores. Llevaban casi un año aguardando una noche así. Meses y meses de masticar en silencio "el dolor" que supuso verse engullidos por el volcán del Bernabéu la pasada temporada.

Consciente de la herida inacabable que supuraba día a día, el técnico encontró una fuerza interior para el City. Un motor emocional que aplastó al Madrid,<strong> quien, además, venía confundido por el 1-1 de la ida, pensando que domina siempre psicológicamente el escenario</strong>. Se equivocó. "Jugamos con el dolor de todo un año en la barriga, en el estómago. Y lo sacamos de dentro", sentenció Guardiola.

De Bruyne se escapa de Camavinga durante el City-Madrid de la Champions.

De Bruyne se escapa de Camavinga durante el City-Madrid de la Champions. / Reuters

"Allí puse un interior más atrás; aquí, más adelante", revela Pep

Mismo once que en el Bernabéu, donde ni tan siquiera hizo cambio alguno hace una semana. Idéntica estructura táctica, con Stones, central disfrazado de medio centro para acompañar a Rodri, mientras Bernardo Silva (extremo derecho) y Grealish (extremo izquierdo) ocupaban las alas y ensanchaban el campo. Mismo once, idéntica estructura, pero un City radicalmente distinto.

"¿Por qué tanta mejoría? Porque allí puse un interior más atrás y aquí más adelante", dijo con simplicidad el técnico. Al primer cuarto de hora, el City tenía un tirano 83% de posesión. Ancelotti no supo descodificar lo que había preparado Guardiola. El movimiento del interior desarmó al Madrid, que completó una desastrosa primera mitad. Tanto que las máquinas de estadísticas vomitaron al instante un dato desolador: solo 99 pases completados en 45 minutos, el peor registro blanco en una primera mitad desde la Champions 2003-04.

"Sí, he tenido la sensación de que ha sido uno de los mejores partidos del City en toda su historia”, confesó Guardiola, algo inquieto porque su equipo se despistó en la segunda mitad. “Con el 2-0 nos precipitamos muchísimo. Nada más salir del descanso, Gündogan perdió un balón y De Bruyne hizo dos transiciones no necesaria. ¡Debíamos hundirles y girarles mucho! ¡Hundirles y girarles! E hicimos lo contrario”, dijo en tono autocrítico el técnico.

Courtois despeja con el cuerpo el cabezazo de Haaland en la primera mitad del City-Madrid de la Champions.

Courtois despeja con el cuerpo el cabezazo de Haaland en la primera mitad del City-Madrid de la Champions. / Reuters

Haaland era el cebo; Bernardo Silva y Grealish, los puñales

Con el mismo dibujo que en el Bernabéu se vio una versión mucho más agresiva y coordinada, a la vez que hermosa, inteligente y creativa del City. Guardiola detectó el problema en Madrid y halló una solución. No solo adelantó al interior sino que conectó al instante con Haaland, convertido en el señuelo para hundir a la defensa blanca, al punto de que parecían vivir en el área pequeña, pegados a la nariz de un inmenso Courtois. 

El drama para Ancelotti llegó por las alas donde Bernardo Silva se ensañó con Camavinga. Y no solo por los dos goles sino porque encontró los espacios que no tuvo la semana pasada, mientras Grealish intimidaba a un superado Carvajal, al tiempo que proporcionaba calma y sosiego al juego de ataque citizen.

Tres disparos a puerta del portugués y dos goles (uno con la cabeza, tal si fuera un oportunista nueve de toda la vida), mientras Grealish aprovechaba su regate (cinco buenos de siete intentos) para hundir aún más al Madrid en su área. Cuatro goles marcó el City y ninguno llevó la firma del ‘nueve’, más señuelo que nunca para molestar y entretener a los tres centrales que usó Ancelotti: Militao y Alaba al inicio; después, Rüdiger.

El juego del City, aunque parezca mentira, se inclinó a la izquierda gracias a la sociedad ilimitada de pases que tejieron Akanji en la base, Rodri y Gündogan en el medio, con Grealish en la banda. Hasta 13 disparos recibió el Madrid en la primera mitad, igualando su peor registro desde la temporada 2003-04.

El disparo de Rodri en la primera mitad se marcha fuera de la portería de Courtois durante el City-Madrid de la Champions.

El disparo de Rodri en la primera mitad se marcha fuera de la portería de Courtois durante el City-Madrid de la Champions. / Dpa

 "Rodri lleva un año imperial"

El Madrid ni vio la pelota en los primeros 45 minutos. Apenas cruzó el centro del campo. Quede el disparo de Kroos, repelido por el larguero (m. 35) como única prueba de vida del inoperante equipo de Ancelotti, que no tuvo respuestas al tesoro que levantó Guardiola en el centro del campo, con Rodri convertido en el verdadero mariscal. “¡Qué año lleva!”, exclamó asombrado el técnico del City.

"Todo el mundo habla de Haaland, pero sin él esto no habría sido posible. Se ha convertido en el mejor medio centro que tenemos. Lleva un año imperial", confesó Guardiola. Dejó Rodri un partido para el recuerdo, minimizando a Kroos y Modric hasta hacerlos invisibles, al punto de que Ancelotti retiró a los dos con 2-0 en contra aún y cuando debía remontar. Al croata (m. 63, entró Rüdiger) antes que al alemán (m. 70, jugó Marco Asencio).

Pero quien jugó a lo grande fue Rodri, con una hiperactividad deslumbrante: 124 toques al balón, con 102 pases buenos (90,3% de acierto). Basta compararlo con Kroos (33 pases), Modric (29) o Valverde (30). Entre los tres (92) no alcanzaron los pases de Rodri.

Walker se adelanta a Vinicius en una jugada de ataque del Madrid ante el City.

Walker se adelanta a Vinicius en una jugada de ataque del Madrid ante el City. / Afp

Walker anuló a Vinicius sin cometer una sola falta

Nada más marcar Bernardo Silva el 1-0, el extremo brasileño se dirigió hacia el banquillo para pedirle explicaciones, y de forma bien ostensible, a Ancelotti. Quería Vinicius soluciones porque en la primera parte apenas tocó la pelota. En la segunda, un poco más. Pero sin trascendencia alguna, encarcelado como quedó por la velocidad de Walker, el lateral que ya puede decir, y con orgullo, como si fuera el azulgrana Araujo, que él sí fue la kriptonita del brasileño.

Jugó el partido completo. Y se volvió a Madrid sin tirar a puerta. No solo eso. Comprobó como el dominio escénico de Walker, unido a su rapidez y al excelente gobierno de su pesada carroceria, le privó de dos balones que podían ser peligrosos. Ni lo fueron porque el jugador del City dictó una lección defensiva, ayudado, en todo momento, por Ruben Dias y/o Stones que desempolvaron la imagen del Vinicius más terrenal y estéril.

Intentó dos regates el extremo madridista; los dos los perdió ante Walker, que fue quirúrgico y limpio. Ni una sola falta cometió.

"Algún día toca, algún día la ganaremos"

No hay ningún entrenador en el mundo que haya eliminado al Madrid más veces de la Liga de Campeones. Son ya tres caídas del equipo blanco ante Guardiola (una con el Barça y dos con el City), que supera al alemán Ottmar Hitzfeld y al italiano Marcelo Lippi.

"Lo mejor que ha conseguido este club es estar ahí cada año, llevarlo a estar allí. Y algún día toca jugar una final de Champions y si vamos a menudo, a menudo, algún día la ganaremos! ‘Seguro!", proclamó el entrenador del Manchester City, orgulloso no solo de la goleada sino del método empleado.

"Solo sé que el Madrid es un fantástico equipo, no soy yo quien lo va a juzgar. Hemos sido mucho mejores y ganar como les hemos ganado nos da una grandísima satisfacción", dijo Guardiola, quien se ubica en un selecto grupo de entrenadores que han jugado cuatro finales de Champions junto al alemán Jürgen Klopp, el italiano Marcelo Lippi y el escocés Álex Ferguson. Todos con cuatro. Y solo superados por Ancelotti, que lleva cinco.

"Es aprender la lección del año pasado, nos hemos comportado como un equipo grande. Yo soy culé. Soy del Barça", dijo Guardiola en catalán. "Tardó mucho, perdió tres o cuatro finales de la antigua Copa de Europa hasta poder ganarla", añadió el técnico.

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