'Andá pallá bobo'

Laporta prefiere el homenaje a las explicaciones

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Así, a bote pronto, no fue la mejor idea del mundo, aunque tratándose de un Joan Laporta acorralado pudiera ser una artimaña más, eso de contar que tenía programada para hoy la conferencia de prensa para dar explicaciones del ‘caso Negreira’ (¿de verdad las tiene? ¿de verdad no fue un timo? ¿de verdad le dobló el sueldo por nada? ¿de verdad no siguieron pagándole para que no ocurriese nada o bajo el argumento de “si dejaba de pagar, pensé que perjudicaría al club?) pero, como mi asesor personal, Alejandro Echevarría, el ‘cuñadísimo’, me dijo que me querían en el Círculo Ecuestre, “he preferido venir aquí y suspender esa conferencia de prensa”.

Ojo al dato: el presidente del Barça, salpicado por uno de los escándalos más grandes de las últimas décadas y mandatos, prefiere acudir a celebrar sus dos años de mandato a un club elitista, presidido por un perico (eso es estupendo y lo digo porque el propio presidente de la entidad y hasta el invitado bromearon sobre la cuestión) que poner algo de luz, si es que tienen, si es que se atreven, si es que pueden, al ‘caso Negreira’ que, justo en ese instante, mientras Laporta decía que el Barça nunca ha comprado árbitros, se anunciaba que la Fiscalía tenía ya lista la denuncia contra el Barça “por corrupción en los negocios”. Negocios, vaya.

Madrid se rie

Y todo se supo en uno de los pisos donde se hacen y cierran, supongo, más negocios. Porque no deja de ser curioso que el 85% de los espectadores directos del acto de aniversario de Joan Laporta sufren en sus propias carnes la vergüenza de acercarse a Madrid y, justo a la hora del café o, peor aún, nada más sentarse en la mesa de cualquier restaurante Michelin, verse obligados a oír como su (provocador) interlocutor le dice con sorna “qué, ¿de tu Barça ni hablamos, no?”

Joan laporta

Joan laporta / Javi Ferrándiz

De la puesta en escena no hablaremos, pues ya se dedican otros a recomendarle a Laporta, con las peores artes, que se ponga a dieta, pero lo que sí es evidente es que el presidente azulgrana ha decidido utilizar, perdón, resucitar, como único argumento ante la que está cayendo y, posiblemente, la que se avecina, el viejo argumento de que nos persiguen, nos quieren mal, nos roban, nos ningunean, nos acorralan, nos temen porque ganamos y, sobre todo, quieren llevarnos, arrinconarnos, precipitarnos hacia la sociedad anónima deportiva.

No deja de ser curioso que buena parte de los sesudos y ricos empresarios, emprendedores o no, modernos o tradicionales, de la sociedad civil catalana presentes en el elitista Círculo Ecuestre piensen que lo que está conduciendo, llevando, precipitando al Barça hacia la sociedad anónima deportiva es la manera de dirigir y gestionar el club, no ya con la familia y los amigos, sino con decisiones que esos sesudos empresarios temen que propicien las condiciones idóneas para que los fondos buitres acaben apropiándose de la entidad.

Por descontado, ninguno de los presentes le dijo nada de todo eso al presidente azulgrana. No estaban allí para estropearle el cumpleaños. Si acaso, que se lo estropee la Fiscalía.

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