Guardaespaldas para Vinicius Jr.

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Hagamos una cosa antes de entrar en materia y así los madridistas que nos lean entenderán mucho mejor de lo que hablamos. Digamos, pues, de entrada, que buena parte de las cosas que le pasan al bueno de Vini Jr., antes conocido como Vinicius, es porque se trata de un extraordinario futbolista, de un jugador desequilibrante como pocos, capaz de convertir cualquiera de sus jugadas, de sus galopadas y quiebros en la jugada del mes y, por supuesto, en la intervención que le dé el triunfo al Real Madrid.

En bajísima forma Benzema, en caída libre (o casi) Kroos y Modric, traspasado Casemiro y aún por convertirse en los nuevos dioses del platillo volante construido por Florentino Pérez jugadores como Valverde, Ceballos, Camavinga, Rodrigo o Tchouaméni, Vinicius es el joven por el que pasa todo el fútbol y peligro del actual Real Madrid, lo que significa que si tú sujetas a ‘Vini’, le marcas, le vigilas, le incomodas, le asustas, lo intimidas y, sobre todo, lo desquicias, puede que tengas medio empate en el bolsillo.

Administrar la gloria

Más. Muchos se olvidan de donde viene Vinicius. ‘Vini’ viene de uno de los mayores ridículos y burlas (ahora sabemos que injustas, pues él se encargó de abofetearnos a todos con su culminación futbolística la pasada temporada, en el resurgir de la Champions blanca) que ha sufrido joven alguno. Vinicius fue materia de ‘memes’ diario durante semanas y meses, cuando no le metía un gol al arco iris. Y de ahí, con confianza y los consejos, sin duda, de Carlo Ancelotti y algún que otro compañero veterano de la plantilla, acabó convirtiéndose en la estrella que es hoy, inmensa, tremenda, decisiva.

Vinicius abraza a Carlo Ancelotti, después de marcar un gol en el partido entre el Real Madrid y el Valencia CF en el Santiago Bernabéu.

 Carlo Ancelotti abraza, paternalmente, a Vinicius Júnior. / EFE/ Juanjo Martin

Pero, en ese camino, Vinicius no aprendió a administrar su fama, su popularidad, su fútbol, su explosión, su protagonismo, su éxito, su gloria y, sobre todo, a controlar ese punto de nuevo rico que, dicen, le intenta (sin éxito, por lo visto) frenar o hacer desaparecer ‘Carletto’ que, en este sentido, debería contar con la ayuda inestimable, por lo que son y representan (ausente Casemiro), de veteranos como Kroos y Modric.

Un problema real

Ellos son los que deberían convencer a Vinicius que la fuerza de su fútbol es suficiente para silenciar a los malos, a sus perseguidores. El fútbol de ‘Vini Jr.’ no hace prisioneros. Y con eso debería tener suficiente. Menos baile, menos recordarles a sus marcadores los ceros que tiene su cuenta bancaria y más fútbol.

Madrid ha decidido que el ‘caso Vinicius’ es un caso de racismo. Si fuese así, el Real Madrid, que tiene más jugadores negros que ningún otro equipo español, debería notarlo en más de sus figuras. Y no es así. También piden, ahora, que Vinicius juegue con guardaespaldas, tipo Ramos, Hierro, Redondo o Casemiro, que intimiden al árbitro cuando el rival patee a su compañero.

El Real Madrid dicen que no tiene un problema, que el problema es de España o del fútbol español. Y, no, no, el Real Madrid, quiera o no verlo, tiene un problema. Es más, Vinicius lleva ocho salidas consecutivas ¡ocho! (Wanda, Getafe, Elche, Vallecas, Valladolid, Villarreal, San Mamés y Mallorca) sin marcar un gol y sin dar una sola asistencia. ¿Tiene o no tiene el Real Madrid un problema?

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