Fútbol

Premier League: Newcastle United, el último club-estado que vive en una burbuja

El Newcastle sobresale en la Premier League al mismo tiempo que su afición queda cada vez más dividida fuera del terreno de juego. La culpa de ambas realidades la tiene la propiedad saudí, con el príncipe heredero Mohammed bin Salman al frente, que adquirió el club en octubre de 2021

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A1-147773645.jpg / Afp / Oli Scarff

Albert Isern

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El Newcastle United ha pasado, en un corto lapso de tiempo, de ser un equipo que en muchas ocasiones ha estado en peligro de perder la categoría -de hecho lo hizo en 2016 antes de regresar a la élite un curso más tarde- a convertirse en la nueva fuerza de la Premier League y amenazar la hegemonía del ‘big six’ (City, Liverpool, United, Arsenal, Chelsea y Tottenham), los seis grandes del campeonato inglés. Para que se haya producido este cambio radical en las aspiraciones deportivas y financieras del club de St. James’ Park ha sido imprescindible la irrupción de un fondo saudí, concretada en octubre de 2021, la cual ha dado un vuelco considerable a la dimensión de la entidad.

Antes de llegar al ecuador de la pasada temporada, el equipo era colista con una sola victoria en 20 jornadas. La reacción de los pupilos de Eddie Howe en la segunda mitad de campaña permitió lograr la permanencia. Para ello, en el mercado de invierno llegaron refuerzos de altura como Kieran Trippier (Atlético de Madrid) o Bruno Guimarães (Olympique de Lyon). Alexander Isak también llegó este pasado verano procedente de la Real Sociedad a cambio de 70 millones de euros. En total, el club ha desembolsado más de 200 millones en las dos últimas ventanas de fichajes. Los resultados son ya una realidad. 

Eddie Howe, el técnico del Newcastle durante un partido ante el Crystal Palace.

Eddie Howe, el técnico del Newcastle durante un partido ante el Crystal Palace. / Reuters / Scott Heppell

Actualmente, los ‘magpies’ ocupan posiciones de Champions League, situados en la tercera plaza, por delante de gigantes como Tottenham, Manchester United, Chelsea o Liverpool. Una de las claves del éxito es el aspecto defensivo. El Newcastle es, junto al Arsenal (líder), el conjunto que menos goles ha encajado en la Premier League (11). Si bien es cierto que la propiedad que adquirió el club tuvo desde un primer momento el objetivo de situar al equipo entre las grandes potencias del continente, el proceso se ha acelerado y todo está yendo más rápido de lo previsto. 

El objetivo europeo

Alzarse con el título aún parece un objetivo demasiado ambicioso muy a corto plazo (todo parece indicar que la disputa será entre los 'gunners' y el Manchester City, un buen espejo al que verse reflejado por su condición de máximo exponente de los clubs-estado junto al PSG), aunque el buen arranque de curso invita a pensar que devolver al Newcastle a una competición europea es un propósito realista cara a la presente temporada. Los precedentes invitan al optimismo, ya que en las dos campañas en las que el equipo cosechó una sola derrota en las primeras 14 jornadas (1994-95 y 1995-96), terminaron clasificándose para Europa, con subcampeonato incluido en el segundo caso.

La llegada de la propiedad saudí, con el controvertido príncipe heredero Mohammed bin Salman al frente, a Newcastle provocó reacciones de todo tipo entre sus aficionados. Una parte de la masa social desprendía euforia, ilusionada ante la posibilidad de cosechar éxitos impensables sin una entrada de capital de tal magnitud. “No he visto tanta felicidad y esperanza en muchos años”, explicó John Hall, anterior dueño del club. 

Mohammed bin Salman, príncipe heredero y líder del consorcio que adquirió el Newcastle.

Mohammed bin Salman, príncipe heredero y líder del consorcio que adquirió el Newcastle. / Afp

Sin embargo, los nuevos propietarios también recibieron acusaciones, en la misma línea del aluvión de críticas dirigidas hacia el Mundial de Qatar, a raíz del concepto llamado ‘sportswashing’, es decir, el uso intencionado del deporte para lavar la imagen de un país. “Necesitamos un cambio de reglas para garantizar que los propietarios de clubs de la Premier League se ajustan a los derechos humanos, especialmente cuando los compradores son representantes de gobiernos”, afirmaba Peter Frankental, director del Programa de Asuntos Económicos de Amnistía Internacional en el Reino Unido, en julio de 2020.

"Terreno pantanoso" para Howe

El origen de los vigentes dueños de la entidad, provenientes de Arabia Saudí, un país denunciado por organismos internacionales por la violación de los derechos humanos, ya hacía prever que podía haber cierta división de opiniones entre la hinchada. “En el momento en el que no me siento calificado para tener una opinión sobre ello, entro en terreno pantanoso”, llegó a admitir Howe, entrenador del equipo, al ser preguntado en rueda de prensa el pasado marzo acerca del nuevo rumbo institucional al que se encaminaba el Newcastle. 

A pesar de que una encuesta realizada en abril de 2020 por ‘Newcastle United Supporters Trust’, una asociación sin ánimo de lucro de aficionados ‘magpies’, reveló que el 96,7% de la masa social de la entidad estaba a favor de la compra, la cual no se concretó hasta año y medio después, sigue habiendo un sector de la hinchada que no es partidaria de la propiedad saudí.

De hecho, 'NUFC Fans Against Sportswashing', un grupo de aficionados detractores de los dueños árabes y que defienden un modelo de gestión en el que los fans sean los propietarios de la entidad, ha organizado una protesta en St. James' Park para la previa del encuentro ante el Chelsea, que tendrá lugar el sábado 12 de noviembre.

El detonante habría sido la decisión del consorcio -financiado en un 80% por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí- de invertir más de 80 millones de euros en el club, algo que puede reforzar deportivamente al equipo, pero a su vez, dejar a la entidad en una situación de 'fair play' financiero delicada, ya que en total, la propiedad ya ha invertido más de 500 millones de euros. El principal motivo de la oposición de estos seguidores, sin embargo, sigue siendo la violación de los derechos humanos del país de origen de los dueños y el lavado de imagen que entienden que se lleva a cabo con sus prácticas en el fútbol.

Esta protesta programada demuestra la disparidad de opiniones al respecto entre la propia afición del club, cada vez más dividida, y al mismo tiempo, lo mucho que ha cambiado la percepción de los propietarios entre los hinchas desde que se realizó la encuesta anteriormente mencionada, en aquel entonces, con unos números acaparadoramente favorables. Son días de luces y sombras en Newcastle, ya que pese al evidente éxito deportivo, muchos aficionados sienten que la identidad de su club está siendo despojada.

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