El Girona se despierta tarde en Almería (3-2) y cae a los puestos de descenso

El Girona ha caído en Almeria (3-2) en un partido marcado una vez más por los errores defensivos, con protagonismo negativo del portero Juan Carlos, pero también por un polémico gol anulado a Yangel Herrera en la última jugada del añadido, por una falta al portero, que hubiera representado el 3-3. Ha sido el colofón a un partido loco, en el que el Girona se ha visto en el descanso con un 3-0 inapelable, después de naufragar durante 45 minutos en el Power Horse Stadium, y que en la segunda parte a punto estuvo de igualar.

La 'rauxa' de los últimos minutos y la desgracia de no haber acabado empatando no pueden esconder que la derrota se explica por el desastre de la primera parte. Sí, en la segunda, ya con 3-0, el equipo ha mejorado, e incluso, antes del 3-2 de Stuani, de penalti, el uruguayo había errado otra pena máxima, ambas decretadas por el VAR por faltas en Bueno y Valery, respectivamente. Ha sido el primer error del uruguayo desde los 11 metros en Primera con el Girona después de 17 aciertos. Podría haberse puntuado con creces, pero, en cambio, los de Míchel caen en descenso.

Equipo débil en defensa

Y aún más preocupante que esto son las sensaciones que desprende el Girona, de equipo abrumado, débil atrás, que siempre se despierta con retraso, que es capaz de marcar dos goles en Almería, pero que al final no le sirven para nada porque hace demasiadas concesiones. En el 1-0 Mendes ha centrado sin oposición desde la derecha y Baptistao ha rematado solo a gol. Antes del cuarto de hora ha llegado el 2-0, en un absurdo malentendido entre Bernardo y Juan Carlos tras un saque del meta Fernando, que dejó el balón franco a El Bilal Touré para marcar a placer. Sin poder de reacción más allá de un gol (bien) anulado a Stuani por fuera de juego, antes del descanso ha caído el tercero. Un obús de Embarba tras una falta de Santi Bueno ha supuesto el 3-0 aunque ha quedado la impresión de que el portero del Girona podría haber hecho algo más.

En la reanudación la sangría no solo no ha ido a más, sino que el Girona ha generado lo suficiente que para empatar. Con el rápido gol de Riquelme, se ha visto un Girona más despierto. Pudo llegar el 3-2 en un remate de cabeza de Santi Bueno demasiado picado que ha salido alto, o en un penalti fallado por Stuani en el 76 (gran parada de Fernando), pero también el Almería ha tenido las suyas, por ejemplo, en la acción en que Ramazani le ha ganado la espalda de Bernardo y su remate ha salido rozando el palo.

Otro penalti, esta vez sobre Valery, sí lo ha transformado Stuani en el minuto 82 (3-2), y a partir de ahí, el duelo ha enloquecido definitivamente. El equipo de Míchel ha buscado el empate a la desesperada y el Almería ha sufrido mucho. Y ha encontrado el 3-3 en el minuto 97 en una acción que el árbitro ha invalidado por falta de Yangel Herrera, sin que el VAR dijera lo contrario, ante la desesperación de Míchel y de los jugadores. El colegiado ha interpretado que el punterazo del jugador del Girona era falta porque el portero Fernando tocaba el balón con una mano. El Girona había logrado meter el miedo en el cuerpo a un Almería que en la primera parte ha jugado a placer, el problema es apelar a la épica en la última acción, como el día del Cádiz, no siempre funciona.