El inicio de la Liga F
Levante Las Planas, el sueño de un barrio en la élite del fútbol femenino
"Éramos un equipo de aficionadas y ahora jugaremos contra el Barça", recuerdan las jugadoras del ascendido club de Sant Joan Despí, que hace cuatro años estaba en Preferente
"Cuando llegué esto era todo trigo y cebada. Y la gente pasaba entre el trigo y la cebada para ir a las fábricas, a la Corberó y la Braun", asiente Domingo García, mientras vigila el campo de fútbol municipal de Les Planes. "Después hubo un campo de tierra. Nuestros padres pintaban las líneas con un carrito", continúa. Nació en Jaén en 1960 y llegó a Barcelona hace 53 años, hijo de la emigración andaluza. Sigue viviendo en el mismo bloque de pisos. También lleva más de media vida en el Levante Las Planas: es el socio número 3 y el encargado del material del equipo femenino. El club de Sant Joan Despí, inseparable de su barrio, redebutará este domingo en Primera División con una visita al Real Betis, una vez desconvocada la huelga de árbitras y después del histórico ascenso celebrado a finales de mayo tras batir al Espanyol en la última jornada. García vendió las entradas en la taquilla. "Había 1.600 personas", evoca con emoción.
El redebut es inminente. Y se nota: un miércoles por la mañana, un hombre repinta las puertas metálicas del campo. Dentro del estadio, uno de los más humildes de la nueva Liga F, todavía pervive una valla publicitaria de Caixa Penedès y las futbolistas trabajan sobre el césped artificial, a las órdenes de Ferran Cabello. Los nervios se notan en su rostro, pero se impone la ilusión. "Hemos conseguido tres ascensos en cuatro años. Ahora todo el mundo nos dice 'hostia, el Levante está en Primera', pero recuerdo que hace cuatro años estábamos en Preferente, con un equipo de aficionadas y de amigas que venían a jugar a las nueve de la noche sin cobrar un euro. Ponían dinero para pagarse las fichas, vaya. Ahora jugaremos contra el Barça, el Real Madrid o el Atlético", acentúa Cabello con una mezcla de sorpresa y alegría.
Puyol y Messi, ídolos
Será la tercera aventura del equipo en la élite, tras las temporadas 2012-2013 y 2013-2014. Para la defensa Laia Parera será la primera. Con 21 años recién cumplidos, es la más joven del primer equipo. "Estoy a punto de tocar lo que es mi sueño desde que era pequeña", admite. Rápidamente se corrige: cuando empezó, a los 10, no podía soñar con ser futbolista porque era una profesión que casi no existía. Jugaba para divertirse, sin fantasear con un futuro. Su ídolo era Carles Puyol. "Cuando encendía la tele no veía chicas, solo chicos. Y tú te fijas en lo que ves", rememora. "Se ha dado un paso muy importante. Ahora nos pueden ver y seguir y tomar como referentes", enfatiza.
A su lado está Elena Julve. Su ídolo era Leo Messi: "Me hubiera gustado tener un referente femenino al que mirar". Las dos se sonrojan cuando piensan que ellas pueden ser referentes de alguien. "Ojalá", suspiran al unísono. Julve, de 22 años, y Parera son dos de las nueve futbolistas que repiten del curso pasado, en una plantilla en la que destaca la juventud. De 25 jugadoras apenas cinco superan los 30 años. El club mira hacia abajo. Detrás de una portería, una pancarta dice: 'Campiones de lliga infantil C'. Y las canteranas son habituales en los entrenos. El miércoles anterior se estrenó una extremo de 17 años. Su padre la llevó al campo en coche, porque aún no tiene carné de conducir, y a la una del mediodía la dejó en el colegio: acaba de comenzar segundo de bachillerato. El padre observaba a su hija desde la terraza del bar.
"Avances impensables"
Parera tiene un consejo para las jóvenes: "Les diría que tengan ilusión y que en los momentos bajos o cuando les digan que el fútbol femenino está por debajo del masculino sigan luchando. Están a punto de llegar donde ellas quieren". "Aún queda un largo camino, pero es cierto que nosotras dos ya hemos visto avances que eran impensables, en el tema de los representantes o los patrocinadores, por ejemplo", dice Julve. En el equipo, cuenta el jefe de comunicación, hay jugadoras que aún se tienen que pagar las botas porque no tienen patrocinadores. "Todos los sueldos son profesionales y están por encima del convenio colectivo, basado en 16.000 euros brutos. Lógicamente nos gustaría que fuera más, pero, de momento, el club no pude llegar a más", confiesa Cabello.
A pocos metros, habla la centrocampista Laura Martínez, criada en La Masia y fichada del Santa Teresa extremeño. A las puertas de su bautizo en la élite, afirma que el equipo parte "desde abajo". Y que es un club "pequeño y familiar, más de barrio". Pero reivindica que atesoran "armas" para firmar un gran año. También ha firmado este verano la defensa danesa Sille Struck, tras dos cursos en el Rayo Vallecano. Cuando llegó la llamada de España no dudó: "Aquí el fútbol es mucho más profesional que en Dinamarca. Ahí es más pequeño. Si quieres ser parte de algo muy grande, tienes que jugar aquí".
Domingo García, mientras, guarda los sacos de balones. Se despide y sigue vigilando 'su 'campo: "Aquí, de niños, hacíamos porterías con piedras".
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