EIBAR - GIRONA (0-2)

El Girona firma la proeza y se mete en la final del 'play-off' ante el Tenerife

EIBAR, 05/06/2022.- El futbolista del Girona Borja García (c) celebra con sus compañeros tras marcarle un gol al Eibar durante el partido de vuelta de la primera eliminatoria de los play offs de ascenso a LaLiga Santander entre el Eibar y el Girona, disputado este domingo en Eibar. EFE/ Juan Herrero

EIBAR, 05/06/2022.- El futbolista del Girona Borja García (c) celebra con sus compañeros tras marcarle un gol al Eibar durante el partido de vuelta de la primera eliminatoria de los play offs de ascenso a LaLiga Santander entre el Eibar y el Girona, disputado este domingo en Eibar. EFE/ Juan Herrero / EFE/ Juan Herrero

Marcos López

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Una proeza, No hay otra palabra. Un gol monumental de Borja para abrir el camino de la esperanza. Unas paradas milagrosas de Juan Carlos para sostener al Girona cuando estaba aturdido. Y en la prórroga llegó el gol de Stuani, ¡quién si no!, para llevar al equipo de Michel a jugar la final del play-off de ascenso a Primera División. Le aguarda el Tenerife, el último obstáculo para volver a la aristocracia del fútbol español. El sábado 11 en Montilivi y el domingo 19 en el Heliodoro Rodríguez López.

Pero en Ipurúa quedará para siempre el recuerdo de un equipo que jamás se abandonó, capaz de superar el 0-1 encajado en Montilivi el pasado jueves. El recuerdo de un equipo conmovedor, lleno de emoción. Al inicio del partido (apenas 49 segundos) marcó Borja con un derechazo maravilloso. Al inicio de la prórroga, y con un suspense inacabable hasta que el VAR lo autorizó, llegó ese salvador cabezazo de Stuani. "El gol no es mío, el gol es de mis compañeros, de toda la gente que vino hasta aquí y de la que gente que ha creído en nosotros", comentó el uruguayo.

Borja García celebra el gol al Eibar, que fue el 0-1 a los 49 segundos de iniciarse el encuentro.

Borja García celebra el gol al Eibar, que fue el 0-1 a los 49 segundos de iniciarse el encuentro. / Efe / Julio Herrera

Empezó bien la segunda mitad el Girona, asomándose con peligro al área del Eibar. Conectando incluso los dos laterales (Valery, el zurdo, con un soberbio centro cabeceado por Arnau, el diestro, frustrado por una gran parada de Cantero) de tal manera que parecía tener gobernado el encuentro.

El sufrimiento de la segunda mitad

En Ipurúa, por muy bien que juegues, y el equipo de Michel lo hizo así, nunca puedes estar tranquilo. Si no que se lo pregunten a Juan Carlos, el guardameta del Girona. Se encadenaron hasta cuatro saques de esquina prácticamente consecutivos para el conjunto de Gaizka Garitano. Cuatro córners en apenas tres minutos. Y cada uno de ellos era una fuente de angustia. A donde no llegaba el fútbol con la pelota en movimiento aparecía el peligro en esas envenenadas acciones a balón parado.

Y el dominio catalán se esfumó en ese diminuto estadio transformado en un potro de tortura para cualquier equipo visitante. Las piernas de Nahuel, decisivas para sostener la presión del Girona en la primera hora del duelo, ya no daban ni para correr cinco metros seguidos. El Eibar, entretanto, a lo suyo. Al viejo fútbol, como se vio en la prórroga acumulando delanteros y más delanteros. Sin gol alguno.

Santi Bueno despeja el balón ante Gustavo Blanco en Ipurúa.

Santi Bueno despeja el balón ante Gustavo Blanco en Ipurúa. / Efe / Julio Herrera

Balón colgado y un ejército de jugadores vestido de azulgrana peleando para lograr el gol que le permitiera seguir luchando por estar el próximo curso en Primera División. Y en medio de una manifestación de futbolistas en el área de Juan Carlos, entre defensas del Girona y casi todo el Eibar, siempre emergía la cabeza de Bernardo, un central que parecía un verdadero coloso. Y lo era.

Las manos milagrosas de Juan Carlos

Ni los cambios de Michel (Stuani por Nahuel y Jairo por Iván Martín) reanimaron a su equipo, que se iba aculando cada vez más. Intervino también Gaizka Garitano para darle más recursos al Eibar. Más de los tradicionales (córners y faltas laterales) para no dejar ni un segundo tranquilo a Juan Carlos. Y el portero tuvo dos acciones tan soberbias y espectaculares como el gol de Aketxe en Montilivi o el de Borja García en Ipurúa. Le atacaban de todos lados.

Cuando no era un exquisito cabezazo de Gustavo Blanco, repelido felinamente con la mano derecha, aparecía la traicionera espalda de Valery, su compañero, para obligarle a demostrar que sus reflejos eran tan inacabables como valiosos. Dos paradas de play-off. Dos paradas tan decisivas como ese larguero providencial para el Girona, que escupió el poderoso derechazo de Stoichkov.

No solo tuvo la ayuda de la madera sino que la pelota caía violentamente sobre la misma línea de gol, como demostró la posterior revisión del VAR aumentando, aún más, el drama que se cernía sobre la portería catalana. Tembló la portería, tembló todo Girona, hasta la Catedral.

La bendita cabeza de Stuani

Cuando el cuarto árbitro indicó que había cinco minutos más de tiempo añadido los nervios, toneladas de nervios consumían a los dos equipos. Un gol metía al Eibar en Primera. Un gol colocaba al Girona en Primera. Y como no marcó nadie llegó la prórroga. Nada más iniciarse llegó el gol de Stuani, que necesitó de más de tres minutos para ser chequeado por la tecnología. El silencio inundó Ipurúa, alterado por los gritos de los aficionados del Girona, hasta que las líneas determinadas desde una pequeña sala de la ciudad deportiva de Las Rozas devolvían la esperanza.

Esa bendita cabeza del uruguayo. No se entendería nunca a este Girona sin esa cabeza que supo meterse en un laberinto de defensas del Eibar, quienes, de repente, abandonaron su posición pensando que estaba en fuera de juego. Pues, no. No lo estaba porque el pie de Sergio Álvarez habilitó a Stuani, el más listo para aprovechar otro cabezazo, en este caso previo de Juanpe. De nuevo, a balón parado. La fórmula del Eibar trasladada, sin embargo, a la llave del tesoro del Girona. Caprichoso fútbol. Caprichoso y bendito porque el heroico ejercicio del equipo de Michel halló la recompensa con una proeza inolvidable.

La ficha del Eibar - Girona (0-2)

Eibar: Cantero, Correa, Venancio, Chema, Arbilla, Sergio Álvarez, Edu Expósito, Corpas, Aketxe, Stoichkov y Blanco.

Cambios: Javier Muñoz por Aketxe (m. 77); Rahmani por Corpas (m. 77); Sol por Arbilla (m. 100); Toño por Arbilla (m. 100); Quique por Stoichkov (m. 106); F. Llorente por Blanco (m. 106)

Entrenador: Gaizka Garitano.

Girona: Juan Carlos, Bueno, Bernardo, Juanpe, Arnau, Valery, Pol Lozano, Iván Martín, Borja García, Baena y Nahuel Bustos.

Cambios: Aleix García por Borja García (m. 46); Jairo por Iván Martín (m. 73); Stuani por Nahuel Bustos (m. 73); Víctor Sánchez por Pol Lozano (m. 87): Samu Saiz por Baena (m. 90); Terrats por Valery (m. 107).

Entrenador: Michel

Goles: 0-1, Borja García (m. 1); 0-2, Stuani (m. 91)

Árbitro: Pulido Santana (canario)

Tarjetas amarillas: Sergio Alvárez (m. 27); Juanpe (m. 29); Corpas (m. 48); Arnau (m. 90); Juan Carlos (m. 102); Stuani (m. 119).

Estadio: Ipurúa