LA INDUSTRIA DEL DEPORTE

Y el Madrid volvió a ganar

Florentino Pérez, en la gala de los premios The Best de la FIFA del 2018.

Florentino Pérez, en la gala de los premios The Best de la FIFA del 2018. / AFP / Adrian Dennis

Marc Menchén

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Si la semana pasada hablábamos de las cuentas del Barcelona que quedan por resolver, hoy nos toca poner el foco en el Real Madrid, eterno rival, campeón ya de LaLiga Santander y finalista de la Champions League. A Florentino Pérez si le salen las cuentas y, levante o no la Orejona, su evolución en los últimos meses anticipa que se habrá consolidado junto al Bayern de Múnich como el único gigante europeo que ha evitado los números rojos en pandemia. Todo un hito, teniendo en cuenta que la crisis sanitaria le enganchó con el relevo generacional de la plantilla y el arranque de las obras del Santiago Bernabéu. 

El club blanco se ha garantizado casi 40 millones de euros extras que no estaban presupuestados en las cuentas iniciales

Los blancos presupuestaron unos ingresos de 695,53 millones de euros para 2021-2022, eso sí, contemplando que sólo se alcanzarían los cuartos de final de la máxima competición continental. Dicho de otro modo, ya se ha garantizado 28 millones de euros que no estaban previstos, más la taquilla adicional que hayan generado esos dos partidos en el Santiago Bernabéu. Casi 40 millones extra, si se añaden las entradas de la final de París, que parcialmente se neutralizarán con los bonus que cobren los jugadores por conseguir determinados hitos. 

Números rojos del Paris SG

En cualquier caso, margen adicional para una entidad que ya esperaba ganar un millón de euros sin necesidad de hacer un Rodrygo en los despachos a última hora. No son los 33,6 millones de media que ganaba antes de la pandemia, pero tiene mucho mérito cuando se compara su realidad económica con la de los tres equipos que ha dejado por el camino.

Los franceses, con el poder ilimitado que le da ser propiedad de Qatar, han perdido 352 millones de euros entre 2019-2020 y 2020-2021

El PSG fue el primero en sucumbir a la mística que rodea cada eliminatoria en el Bernabéu. Los franceses, con el poder ilimitado que le da ser propiedad de Qatar, ha perdido 352 millones de euros entre 2019-2020 y 2020-2021, razón por la que el emirato decidió inyectar 171 millones de euros en un club cuya sostenibilidad depende de los patrocinios árabes dentro de una liga, la francesa, totalmente desestructurada. En los últimos cinco años, acumula pérdidas de 1.760 millones de euros.

La situación del Chelsea no es muy distinta. En pleno proceso de venta, el futuro dueño de los blues debe asumir una entidad que desde 2014-2015 acumula unos números rojos de más de 250 millones de euros. Y su problema no ha sido la pandemia, sino que sistemáticamente gasta más en plantilla de lo que ingresa. Es algo que técnicamente no sucede en el Manchester City, con más de 125 millones de agujero por la Covid, si bien también cuestionado por la realidad de sus patrocinios. Todos, con trucos para intentar abrirse hueco en la élite. Pero en el fútbol, no todo siempre es dinero.

Profesionalizar el deporte español

El fútbol femenino será probablemente un acelerador del profesionalismo del deporte practicado por mujeres en España, pero esto no puede quedar ahí. Así al menos lo ve el Consejo Superior de Deportes (CSD), que próximamente lanzará un nuevo programa de ayudas económicas dirigido a que los clubes desarrollen sus estructuras corporativas para avanzar hacia la profesionalización de distintas ligas. Un LaLiga Impulso a pequeña escala, pero en lugar de con CVC de por medio con parte del dinero que, de hecho, genera la competición futbolística con sus retransmisiones.

De momento, este proyecto se centrará en seis deportes: baloncesto y balonmano, en modalidad femenina, y waterpolo, hockey hierba, básquet en silla de ruedas y fútbol sala para ciegos, tanto masculino como femenino. El criterio aplicado es que tanto la selección masculina como la femenina hayan disputado los últimos Juegos Olímpicos o Paralímpicos de Tokio 2020. A clubes más fuertes, mayor capacidad de retener a los grandes talentos y autofinanciarse. Esa debe ser la gran ambición del deporte español, aún demasiado dependiente de lo público.