El Girona atrapa su cuarta final por el ascenso a Primera

El 3-0 que consiguió el Girona en Montilivi el miércoles ante el Almería era un botín demasiado valioso como para dejarlo escapar. Y el Girona, con un plan de partido perfecto en los Juegos del Mediterráneo, logró salir airoso del envite para volver por cuarta vez a la final de un playoff de ascenso a Primera División.

La promoción tiene una deuda con el equipo de Francisco, que siempre se ha llevado disgustos en las finales anteriores contra Almería (2013), Osasuna (2016) y Elche (2020). Visto cómo llega el Girona esta vez, quizás sea la buena. La afición seguirá este domingo desde la distancia el desenlace de la eliminatoria entre el Leganés y el Rayo, de donde saldrá el rival en la batalla definitiva por el ascenso.

La fórmula del éxito

Hace tiempo que Francisco ha encontrado la fórmula del éxito. Es por eso que el técnico mantuvo el once habitual. Mamadou Sylla fue el encargado de liderar el ataque y ocupar el vacío que dejaba el lesionado Cristhian Stuani. Le acompañaron Yoel Bárcenas; Cristóforo, Gumbau y Monchu en el centro del campo; Yan Couto, Santi Bueno, Juanpe, Arnau y Franquesa en defensa; y Juan Carlos en la portería. Por otra parte, más arriesgado fue Rubi haciendo hasta siete cambios respecto al equipo que perdió en Montilivi (3-0). Y no contento con el primer tiempo, en el descanso dispuso cuatro más, que tampoco le dieron resultado.

El Girona hizo toda una declaración de intenciones al inicio. Francisco prometió salir a marcar y a ganar, y lo cumplió. Sólo habían pasado cinco minutos y los catalanes ya habían puesto al portero Fernando en más de un compromiso. Primero tuvo que rechazar a córner un remate de Sylla y después un latigazo de Franquesa. A todo esto, Arnau se quedó a punto de atrapar con la cabeza un rechace en el segundo palo.

El Almería, sin embargo, también intentaba jugar su partido, aprovechando la mínima acción para generar peligro. Los gerundenses se llevaron un buen susto con un disparo sin ángulo de Juan Villar que salió fuera (m. 19) y Sylla respondió, exigiendo otra vez al portero local. El vallesano lo volvió a intentar con un trallazo desde la frontal que salió por encima del larguero (min. 29). El Girona tenía el partido donde quería. Sin pasar excesivos apuros, estando cerca del gol, y marchándose al descanso con un magnífico 0-0.

Más cambios de Rubi

Rubi se la jugó al todo o nada e introdujo más inventos en la segunda parte: cuatro cambios (Robertone, Akieme, Balliu y Corpas por Centelles, Aketxe, Villar y Buñuel). No empezó bien el segundo acto para el Girona, pero el apuro se superó. Juan Carlos se vistió de héroe con una parada en el límite de la línea de gol en un remate de cabeza de Samu Costa, revisada por el VAR (m. 50), que acabó anulando la acción inicialmente validada por el colegiado. Un 1-0 encajado en el inicio del segundo acto hubiese sido un grave peligro. Por fortuna, el empate se mantuvo y que el gol no subiera al marcador frenó las expectativas del Almería, que volvió a ser el equipo impotente y previsible que se ha visto durante toda la eliminatoria.

El Girona no pasó más apuros, más allá de un remate de Lazo a cinco minutos del final. Francisco acabó oxigenando el equipo, dio entrada a jugadores como Bustos, Kebé, Aday y Luna y dejó que pasaran los minutos para acabar celebrando la hazaña. El Girona vuelve a una final de play-off. Y no parece dispuesto a volver a dejar escapar la oportunidad.