LA CONTRACRÓNICA
Marcador de emergencia en el Di Stéfano
Mal empezó la eliminatoria para el Madrid cuando se estropeó el luminoso en el pequeño estadio blanco de Valdebebas
Sergi López-Egea
Periodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. Ha seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
Nadie, y menos los aficionados madridistas en la peor de las pesadillas, podía imaginar el 26 de febrero de 2020 que un año después el gran Madrid, el coleccionista de Copas de Europa, se jugaría el pase a la final en un pequeño estadio dedicado a la mejor leyenda blanca, un campo donde cuando llueve llueve de verdad, vacío, como el resto de escenarios de la Champions, pero que evoca cierta tristeza viendo que el conjunto madridista se jugará la vida para acceder a la final del campeonato en un recinto llamado Stamford Bridge con gradas desiertas pero destinadas en un futuro lejano a acoger a casi 41.000 personas.
El 26 de febrero de 2020 ya había una gran preocupación en Europa a consecuencia de la expansión del coronavirus que azotaba el norte de Italia y comenzaba a invadir al resto del continente.Esa noche, el Bernabéu, hoy en obras, acogió el último partido de Champions del Madrid. Y lo hizo con derrota ante el Manchester City de Pep Guardiola por 1-2.
Ese estadio Bernabéu, que siempre estaba levantado cuando el Barça era el invitado para disputar la final de la Copa del Rey, sigue en una reforma permanente que condena al Madrid a jugar en un pequeño estadio donde se pueden dar situaciones inimaginables antes del covid como la que se produjo este martes instantes antes del inicio del partido.
Se estropeó el marcador electrónico, el luminoso como se le llamaba en los tiempos pretéritos del Bernabéu. Claro está, los jugadores necesitaban tener una referencia para ver lo que había transcurrido y lo que faltaba de partido. Y viendo los empleados blancos que era imposible repararlo a tiempo tuvieron que ir a uno de los campos de entrenamiento de Valdebebas y arrancar literalmente el marcador para llevarlo al DiStéfano y colocarlo detrás de una de las porterías para que todos siguieran el minuto y resultado.
20 minutos de tormento
No empezaba bien el encuentro en el que los blancos debían intentar dejar la eliminatoria (casi) resuelta antes de viajar la semana que viene a Londres. 20 minutos de tormento con ese marcador de emergencia en contra. "Los primeros 20 minutos estuvimos muy mal pero la vuelta será diferente porque sabemos lo que tenemos que hacer. Ellos eran muy peligrosos a la contra", resumió Marcelo. "Ellos nos presionaban bien y al inicio fueron muy peligrosos pero en la segunda parte los controlamos mucho mejor", destacó Varanne. La vuelta se jugará en un estadio potente.
- Sumergir los pies en vinagre, la nueva tendencia que arrasa: estos son sus beneficios
- Rosalía disfruta de una cena familiar en un famoso restaurante del Born
- Illa replica a Aragonès y Puigdemont: "El uso del catalán ha retrocedido en una década de gobiernos de Junts y ERC
- Un final bochornoso en el Bernabéu
- El gran secreto para acabar con los pececillos de plata
- Olvídate de freír el huevo en la sartén: esta es la fórmula para hacer los mejores huevos fritos
- Álex ya está en casa: "Las Fuerzas Armadas nunca dejan a nadie atrás
- Este es el pueblo de Catalunya que participará en Grand Prix este verano