REACCIONES A LA FINAL DE COPA

"Estamos orgullosos de hacer historia"

Alguacil celebra el éxito con gritos propios de aficionado en la rueda de prensa

"Dijimos que queríamos hacer algo grande y seguramente lo hemos conseguido antes de lo pensado", señala

Un gol de penalti de Oyarzábal da a la Real Sociedad su primera Copa en 34 años

Alguacil, manteado por sus jugadores tras la final de Copa.

Alguacil, manteado por sus jugadores tras la final de Copa. / efe

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El entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, concluyó la rueda de prensa tras la conquista de la Copa después de 34 años en modo aficionado. "Llamadlo forofo, si queréis". El técnico se puso la camiseta realista y una bufanda y empezó a gritar como, ciertamente, un seguidor más. "Siento un orgullo enorme", había proclamado minutos antes después de derrotar al Athletic en la final (1-0).

Alguacil ofreció un discurso humanista en la victoria. "Me he acordado de los médicos y enfermeros que están trabajando en primera línea, dedicarles esta Copa", dijo en su primera respuesta en rueda de prensa, tras la final en el Estadio de La Cartuja. "Como entrenador, un orgullo enorme, muchas sensaciones, esta semana ha muerto un tío mío por covid, los mensajes de Gipuzkoa, los mensajes de mi familia, son tantas cosas, tantos sentimientos, muy contento, de ser entrenador de la Real y hacer historia", añadió.

Alguacil apuntó que su equipo fue merecedor de la victoria, que llegó con un tanto de penalti de Oyarzabal. "Estaba muy tranquilo, Mikel Oyarzabal aparece en las grandes ocasiones, como casi todo el partido. Veía bien a los jugadores, hemos hecho un gran partido y hemos sido justos merecedores de ganar la Copa", apuntó.

Personalidad

"Casi toda Gipuzkoa ha llorado cuando el árbitro ha pitado el final. Sabemos que el Athletic es un equipo que aprieta hasta el final. Tengo que dar las gracias por la plantilla que tengo, yo he ayudado un poco pero ellos son los artífices. La clave, la personalidad que hemos mostrado. Con casi la mitad de esta plantilla estaba yo hace cinco años peleando en Segunda B", añadió.

El técnico de la Real confesó que el "motor" del equipo fue la afición, aunque no estuviese en las gradas, y dedicó el título a su familia. "Nuestro motor aunque no hayan estado. A mi mujer y mis dos hijos. En seis meses he dado cuatro paseos con mi mujer, voy a casa y estoy con la mascarilla, intento no cenar con ellos", confesó.

"Esto exige mucho, es lo más difícil, entrenar al club que sientes, pero cuando ganas no hay nada más grande. Dijimos que queríamos hacer algo grande y seguramente lo hemos conseguido antes de lo pensado", añadió antes de enfundarse la camiseta de su equipo y liberarse con gritos sentidos.