ENTREVISTA AL COMENTARISTA DE MOVISTAR+

Álvaro Benito: "Presión es jugar en el Bernabéu con 18 años"

El exfutbolista, que se ha incorporado con éxito al equipo de retransmisiones de Movistar+, asegura no sentirse afectado por los comentarios que buscan condicionarle

"Intento explicar el fútbol de la forma que contaría a mis amigos lo que ocurre en el campo en tiempo real"

"En la intimidad soy del Real Madrid, claro que sí, pero no antepongo uno a lo otro. Sería una irresponsabilidad y no estaría haciendo bien mi trabajo"

Tras unos años apartado de la música, ha relanzado Pignoise e intensificado su pulsión creativa: "En casa tengo 174 canciones nuevas"

Álvaro Benito, en un hotel de Barcelona.

Álvaro Benito, en un hotel de Barcelona. / MARTÍ FRADERA

Albert Guasch

Albert Guasch

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En unos pocos meses Álvaro Benito se ha ganado el respeto de la siempre susceptible y a menudo irracional opinión pública futbolera. Con comentarios precisos sobre los entresijos del juego y alejado de los lugares comunes, Benito se ha revelado como un efectivo comunicador. Y no lo tenía fácil. Le tocaba ocupar el hueco inmenso de Michael Robinson.

El exjugador del Madrid, de 44 años, lleva una vida sobreponiéndose a retos complejos desde que una terrible lesión de rodilla amputara una carrera más que prometedora. Se reinventó como estrella de rock con Pignoise, después como entrenador y ahora como comentarista de televisión. Quien le conoce destaca de él su tesón y su capacidad inmensa de trabajo. Atiende a EL PERIÓDICO en un hotel de Barcelona para una entrevista en la que se hablará también algo sobre música.

Parece haber consenso en que Movistar ha acertado con usted en el difícil reemplazo de Michael Robinson. ¿Le pesó en algún momento? Lo primero es que no me considero sustituto de Michael porque es insustituible. Él se inventó una manera de contar esto y junto a Carlos (Martínez) han formado parte de las vidas de muchas generaciones de amantes del fútbol. Así que si yo me plantease ser su sustituto saldría perdiendo. Yo intento explicar el fútbol como se lo contaría a mis amigos y que pudieran entender lo que ocurre en un campo en tiempo real.  

¿En qué momento se dio cuenta que se le podía dar bien analizar el juego y explicarlo? Buena pregunta. Yo me alejé del fútbol después de mi retirada. Encontré en la música una bendición porque es algo que me encanta y pude convertirla en una profesión. Me permitió alejarme del fútbol y que aquello cicatrizara de una forma natural. Luego pasó el tiempo y fue como acercarme a mi exnovia (se ríe), a la que echaba de menos, y esa llamada fue cada vez más fuerte. Me di cuenta de que me interesaban mucho los porqués del juego y decidí sacarme el título de entrenador. Tuve unos años en que cada día indagaba en lo que hacían otros entrenadores, en cómo trabajaban, leía sobre los liderazgos de grupo, sobre coaching, me interesaba mucho todo lo que implicaba ser entrenador. Estuve formándome muchos años a la par que entrenando y cuando ha llegado el momento de comunicarlo me ha salido de forma natural; nunca me planteé ser determinado tipo de comentarista.

Piqué valoró hace poco muy positivamente cómo lo hace pero, en cambio, consideró que no puede comentar contra el Madrid. Defiéndase. A mí no me condicionan las camisetas que veo al comentar un partido. De hecho, si algún reproche recibo es de algún aficionado del Madrid que espera a un seguidor blanco comentando el fútbol, pero nunca voy a ejercer ese papel. Yo soy un profesional. Luego en mi intimidad soy del Real Madrid, claro que sí. Pero no antepongo uno a lo otro. Sería una irresponsabilidad y no estaría haciendo bien mi trabajo.   

¿Ha hablado con Piqué de ello? Tuvimos una conversación muy amistosa y cariñosa. Ya no me lo había tomado a mal. Le tengo mucho respeto y ahí se quedó la cosa.

¿Pero ha notado, ahora que está en primera fila, muchas presiones? ¿Yo? A mí este trabajo no me presiona. En absoluto. Presión es jugar en el Bernabéu con 18 años. Yo vengo a comentar partidos y nada más. Además, yo no soy el importante. Los importantes son los que están en el césped. Alguna vez te equivocarás, pero no me siento condicionado. El fútbol genera este tipo de comentarios irracionales, para lo bueno y para lo malo. Yo lo he vivido como jugador. Ahí la montaña rusa era mayor. Cuando ganas eres el rey del mundo y cuando pierdes eres un mercenario. Tienes que seguir tu camino y ser honesto. Es imposible gustar a todo el mundo y lo peor que puedes hacer es intentarlo, porque te vas a quedar en una zona tibia y al final no van a valorar tu opinión.

Álvaro Benito, en un hotel de Barcelona, esta semana.

Álvaro Benito, en un hotel de Barcelona, esta semana. / Martí Fradera

Una pausa para garabatear la historia de Álvaro Benito. En 1995, debutó en el Madrid con 18 años y Jorge Valdano de entrenador. Enseguida se hizo titular en un once en el que figuraban la quinta del Buitre, Laudrup, Luis Enrique, Hierro o Redondo… En su segundo partido marcó su primer gol. Le llovían los elogios. Hasta que en un partido con la selección sub-21 se lesionó en la rodilla. La primera operación, en lugar de sanarle, le arruinó la carrera. Pasó por un vía crucis de hasta nueve operaciones y horas infinitas de sufrida rehabilitación. A los 25 años tiró la toalla.  

Usted arrastra una historia desgraciada, pero una de las mejores cosas del fútbol es esa capacidad de generar anécdotas y leyendas de vestuario. Es el gran desconocido. De puertas hacia afuera la gente ve el fútbol como si fuera Hollywood y en realidad los jugadores son tíos normales, la mayor parte chicos muy jóvenes. Mucho.

"Yo intento tener empatía con el que está ahí abajo. Que no todo es de color de rosa. Todo tiene sus servidumbres y en el caso del fútbol a nivel emocional es bastante grande"

¿Eso lo tiene en cuenta a la hora de enjuiciar? Claro. Lo veo en retrospectiva ahora. Me veo a mi mismo con 18 años jugando en el Madrid y me doy cuenta de que ser jugador del Madrid y del Barça no es una responsabilidad que debas soportar a esa edad. Su única preocupación debería ser qué carrera va a estudiar, con qué chica va a quedar el fin de semana y tomar una cerveza con los amigos. Ese debe ser tu pensamiento vital a esa edad. En cambio, debes soportar una presión que, si no puedes, no vales para esa profesión, porque es un privilegio también. Yo intento tener empatía con el que está ahí abajo. Que no todo es de color de rosa. Claro que te pagan mucho dinero y por hacer algo que te gusta, pero todo tiene sus servidumbres y en el caso del fútbol a nivel emocional es bastante grande.

El valor de la cabeza fuerte. Y hay gente que no la tiene. Hay futbolistas que cuando no atraviesan un buen momento futbolístico tampoco lo atraviesa a nivel vital. Te lo llevas a casa, duermes mal, estás triste, tienes problemas con tu núcleo cercano porque no te va bien en el fútbol... No es fácil de disociar una cosa de la otra.

¿Hasta dónde habría llegado usted como futbolista? Eso nunca se sabe. Mi espinita que pueda tener yo sobre lo que me pasó es no haberme visto en mi plenitud. Nunca lo sabremos. A ver, tenía buena pinta. Reunía muchas cosas: físicamente era bueno, tenía personalidad, entendía el juego, tenía buen disparo, buen uno contra uno. La cabeza bien amueblada. Soy trabajador. Creo que habría tenido una buena carrera, aunque el techo nunca se sabe…

¿Y volverá a ser entrenador? Pues estoy en una situación donde si me sale algo irrechazable lo cogeré. Si no es irrechazable, no puedo permitirme el lujo de dejar lo que tengo, que me gusta mucho y que creo que puede durar muchos años. Pero si sale, lo tengo que probar. Difícil que salga, también.

¿Por qué? Si un director deportivo contrata a un entrenador experimentado y va mal, la culpa es del entrenador que no ha dado con la tecla; si en cambio elige a alguien sin experiencia y no funciona la culpa es de ese director deportivo por su elección de contratar para Primera a un chico por probar. Aunque yo eso de la experiencia no lo comparto. Hay muchos ejemplos. Al final hay entrenadores buenos y otros que no tanto.

¿Qué le parece Koeman? Ha tardado en encajar las piezas. Creo que poco a poco ha ido encontrando la posición a varios futbolistas y el equipo ha mejorado bastante a nivel defensivo. Veo el equipo muy comprometido, y eso me ha sorprendido mucho sobre todo ante los momentos de dificultad. Ha conseguido, además, que Messi esté motivado y se le ve que disfruta en el campo. Y con los tres centrales ha encontrado mucho equilibrio. Ha favorecido sobre todo a Busquets y De Jong. Al final, creo que es de entrenador inteligente ir buscando como tu equipo puede rendir más. Tú puedes tener una idea en la cabeza y el campo te pone en otro sitio.

Y se ha ganado al vestuario. Hablaba antes de liderazgo de grupo. Eso es importante. En un equipo como el Madrid o el Barça es lo más importante. De hecho, es lo más difícil de entrenar. Todo el mundo tiene un conocimiento del juego, un estilo, a este nivel no hay malos entrenadores. Lo difícil es que un colectivo te crea, y sobre todo cuando las cosas no van bien. En los momentos bajos Koeman se ha mantenido muy tranquilo, ha mantenido su discurso, y creo que el vestuario está con él.

Álvaro Benito, futbolista, músico, entrenador y comentarista.

Álvaro Benito, futbolista, músico, entrenador y comentarista. / Martí Fradera

En una de sus canciones con Pignoise, Álvaro canta: “Y ahora que los sueños mueren en la realidad / Sentir el suelo, al pisar / Y ahora que los huesos se acomodan con la edad / Sentir el suelo, al pisar”. Quizá no están estos versos inspirados en su desdicha futbolística, pero lo puede parecer.

Con Pignoise, banda de guitarras trepidantes y percusión vigorosa nacida en el 2002, construyó una carrera que se propulsó al sonar una de sus piezas en la serie ‘Los hombres de Paco’. De un pasatiempo para tarimas de bares pasó a profesionalizarse y actuar ante miles de espectadores. Llegó a enlazar 140 conciertos. “Una locura”. Tras casi cinco años de parón, Pignoise afina nuevo material. Si no fuera por la pandemia, le aguardaba un verano repleto de bolos.

¿Relanza su carrera musical justo ahora cuando está en la cresta de la ola como comentarista? ¿Por qué? En el 2015, con un disco recién salido, me llamaron para entrenar en la cantera del Real Madrid y dejé la música. Pero a raíz de que me despidieron del club [por criticar a Casemiro desde un micrófono de la SER] me entró otra vez el gusanillo de tocar y en verano del 2019 dimos unos cuantos conciertos que salieron de maravilla. Por lo que sea el grupo ha envejecido bien, hemos dado un salto generacional y chicos que era muy jóvenes cuando triunfábamos, se saben las canciones y vinieron a los conciertos. Así que nos planteamos volver. Porque nos apetece y sin ninguna expectativa.

"Por lo que sea el grupo ha envejecido bien. Ha habido un salto generacional. Chicos que eran muy jóvenes cuando triunfamos se conocen las canciones"

Tengo entendido que es una máquina de componer canciones. Hago muchas. Mi único talento para la música es mi imaginación. Ni tengo buena voz ni soy un gran guitarrista, a pesar de que trabajo mucho para mejorar ambas facetas, pero sí que tengo mucha imaginación para crear.

Al parecer aprovecha el AVE, cuando viene a Barcelona por un partido o el programa de la Champions, para escribir canciones. En el AVE hago las letras. Hay que aprovechar el tiempo. Me dejo las bases rítmicas ya hechas, toda la canción tarareada con la melodía que quiero, me las grabo en las notas de voz del móvil, y con los cascos puestos voy escribiendo la letra. Así cuando vuelvo tengo faena avanzada.

¿Cuántas canciones tiene? Nuevas tengo 174, lo miré el otro día. Compongo mucho.

¿Qué proporciona más adrenalina, jugar o tocar? El fútbol es un nivel distinto de pasión, mucho más sacrificado que la música, pero mucho más. El fútbol te da muchas patadas al lomo, pero en cuanto a adrenalina no hay color. El día que te vas a casa después de un buen partido, de haber ganado algo, vas flotando.

Recomiéndeme un par de discos. Lo último de Biffy Cliro, que es mi banda favorita, y de Billy Talent también.