CITY - LIVERPOOL (1-1)

El City y el Liverpool empatan en un duelo intenso

De Bruyne falló un penalti que pudo dar la victoria a los de Guardiola

Salah pelea un balón ante Dias y Rodri.

Salah pelea un balón ante Dias y Rodri. / periodico

Dani Terra

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En la previa, el partido tenía los aires de grandeza que se les presupone a los Manchester City-Liverpool. A falta de público en el Etihad, los 22 protagonistas eran cabeza de cartel de la Premier LeaguePep Guardiola Jurgen Klopp se volvían a ver las caras en un choque de estilos precioso. El fútbol control contra la verticalidad, resuelto con un empate a uno. De Bruyne falló un penalti que pudo desequilibrar el marcador.

A Guardiola le preguntaron en la previa quién creía que era el gran favorito para ganar la Premier League. Pese a que añadió en la lucha al Tottenham, al Manchester United, al Arsenal o al Chelsea, el de Santpedor lo dejó claro: "El Liverpool es el gran favorito". Klopp tampoco titubeó al hablar de los citizens: "Jugar contra el Manchester City es el partido más duro del mundo".

Tras los protocolarios y merecidos elogios entre ambos, llegaba el momento de enseñar las cartas. Pep dejaba fuera del once a Mahrez y apostaba por Ferran Torres en banda derecha. Gabriel Jesus, pese a salir de lesión, era titular como referente en punta. Por su parte, Klopp sorprendía y añadía Diogo Jota a su tridente Mané-Firmino-Salah. Fútbol de vértigo.

Ventaja de los 'reds'

El encuentro, en la primera mitad, estuvo a la altura de las expectativas generadas. Intensidad sin freno y calidad a raudales. Buscaba mandar el City a través de la posesión. Respondía el Liverpool con la velocidad de Salah y Mané, más velocista que nunca por banda izquierda. En una de las muchas incursiones del senegalés, Walker le desestabilizó y cometió un penalti claro. Salah no perdonó en el minuto 11. 0 a 1. Mucho castigo para un City al que le tocaba remar.

El City quedó algo tocado por el tanto y le costó unos minutos reaccionar. Sin embargo, a través de largas posesiones se reencontró consigo mismo. En el minuto 30, tras una inmensa jugada coral, Gabriel Jesus recibió de espaldas un muy buen balón dentro del área. Como si de un pívot de fútbol sala se tratara, se zafó de Alexander-Arnold con un control orientado maravilloso y definió con la punta de la bota.

Después del empate a 1, el partido se volvió loco. Vendaval de ocasiones en las dos porterías, pero con la sensación de que era el City el que más perdonaba la vida a los reds. En el 40, una mano clara de Joe Gómez dentro del área no era aprovechada por De Bruyne. Desde el punto de penalti, el belga mandó el balón directamente fuera.

Calma en la segunda parte

Si la primera parte fue un frenesí, en la segunda reinó la calma. Alexander-Arnold tuvo la única clara para el Liverpool en los últimos 45 minutos. Con más paciencia, los de Guardiola buscaron la portería de Alisson, pero ni Gabriel Jesus ni De Bruyne culminaron la remontada. Decayó el ritmo del partido, quizás por la resaca del gran número de partidos disputados por los dos equipos en las últimas semanas, quizás porque igualar la intensidad de los primeros minutos era imposible.

Reparto de puntos entre los dos grandes favoritos en una Premier League más abierta y atractiva que nunca. El Liverpool es ahora tercero con 17 puntos, mientras que el Manchester City es undécimo con 12 puntos y un partido menos. El líder es el Leicester. Cada encuentro de esta edición de la Premier es una batalla en la que poco valen los favoritismos. En una temporada tan atípica parece que, como casi siempre, Guardiola tenía razón al ampliar el abanico de candidatos a ganar la competición.