EL DESENLACE DEL CAMPEONATO

La Liga más extraña

Messi celebra su segundo gol frente al Alavés en la última jornada

Messi celebra su segundo gol frente al Alavés en la última jornada / periodico

Luis Mendiola

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Zinedine Zidane ha emergido como el actor principal de la Liga que acaba de bajar el telón. En un campeonato repleto de estrellas, escenario ideal para cualquier superproducción, el elegante y discreto técnico francés ha acabado triunfando con una obra de autor y el Barça entregando la corona lograda en los dos últimos años como si, de repente, hubiera  extraviado el guion y desaparecido del reparto.

Entre los dos puntos de ventaja con que se plantó en la reanudación de la Liga, a los siete finales atesorados por el Madrid para levantar el título, ha acabado gestándose una crisis de calado en Can Barça, que se abrió con Valverde y ha puesto en el disparadero a Quique Setién, su sucesor, aunque el relevo ha demostrado que los problemas estructurales van más allá del entrenador. El incendio parece haber menguado por la reunión propiciada por el técnico con Messi en Vitoria para buscar soluciones, Y la coincidencia de ambos de colaborar para un fin común: pelear por la Champions. Esa también parece la prediposición del vestuario por lo que desprenden  las palabras conciliadoras del argentino tras la manita ante el Alavés, casi una cuestión de honor, y por la actitud colectiva en Mendizorroza.    

El Espanyol se ha condenado al descenso, junto a Mallorca y Leganés, por méritos propios

  

El consuelo (escaso) para el barcelonismo, metido en tiempos  turbulentos, es el Pichichi conquistado por Messi, el séptimo de su carrera profesional, con el que desempata con Telmo Zarra, el mítico goleador del Athletic. E iguala los cuatro consecutivos de Di Stéfano y Hugo Sánchez. Incluso en una temporada en descomposición, en la que se cuestiona palco,  banquillo y vestuario, la estrella argentina ha lucido c excelencia con 25 goles y 20 asistencias.

Marcados por el covid

Ha sido una Liga extraña, que merece un asterisco que la distinga. No por los merecimientos del Madrid, que los ha tenido y de hecho ha completado un 'rush' final espectacular (11 victorias en los 11 partidos), inimaginable hace un año, en la pretemporada, cuando cayó con rotundidad ante el Atlético (7-3). El entrenador francés ha hecho las cosas bien, ha sabido gestionar sus recursos y apostar por una columna vertebral de garantías (Courtois-Ramos-Casemiro-Benzema) prescindiendo de los egos (Bale, James, Hazard...) para construir un esquema sólido y sin alardes (25 goles en contra, 13 menos que el Barça), un aspecto en el que ha tenido mucho que ver la solvencia de Courtois, el nuevo premio Zamora, un título del que el Madrid no disfrutaba desde el 2008 con Iker Casillas.

El asterisco que distinguirá la Liga del covid vendrá por la incertidumbre con la que nació, por el  impacto de la pandemia, que obligó a la suspensión durante tres meses de cualquier actividad. Por el éxito organizativo de materializarla, ante el empeño de Liga, clubs y Federación. También por el cuestionado VAR, una apuesta tecnológica que debía acabar con las polémicas pero que solo ha logrado avivar tensiones y abrir las decisiones arbitrales a cualquier interpretación ¿Por qué unas jugadas se revisan y otras no? Nadie ha sabido contestar, alimentando quejas y suspicacias.

Para el Espanyol también será un año extraño. El propietario Chen Yanseng habló en el 2016 de estar en la Champions en tres años. La realidad, en cambio, no puede ser más dolorosa: un descenso ganado a pulso después de llevar hasta cuatro entrenadores al banquillo. En ese viaje le acompañarán el Mallorca y un agónico Leganés, que peleó hasta el último segundo por su salvación. El sueño  al que aferrarse  ahora para los blanquiazules es pensar que hace 27 años, la última vez que cayó en el pozo de la Segunda, el equipo recuperó la categoría un año después.