El Mirandés elimina al Villarreal y sigue con su idilio en Copa

Después de haber pasado tres rondas tras prórroga y haber eliminado al Celta y al Sevilla, Anduva ya era una fiesta plena de satisfacción en los cuartos de final de la Copa ante el Villarreal. Pero el Mirandés de Iraola dio una exhibición de intensidad, velocidad y concreción en el área rival para volver a ganar (3-2), dar continuidad al sueño y estar el viernes en el sorteo de semifinales por segunda vez en su historia. 

El equipo de Iraola parecía renqueante del esfuerzo de un mes con partido intersemanal, pero en un cuarto de hora consiguió ponerse por delante con dos zarpazos. Un saque largo del portero Limones, prolongado por Merquelanz, terminó en una jugada apoteósica de Matheus, que ganó el balón por intensidad, recortó y dejó en evidencia a los centrales antes de marcar ante Andrés Fernández. 

El Villarreal pasó por minutos de agobio, zarandeado por un Mirandés superior en disposición y despliegue. Aún así, una falta aislada sobre Cazorla permitió a Ontiveros un disparo que sorprendió a Limones e igualó el partido.

Locura de goles

El empate siguió siendo demasiado premio para el juego de los castellonenses y el Mirandés empató con justicia antes del descanso, aunque fuera con un penalti de VAR, revisado un minuto después de la jugada, por el roce en un codo colocado inoportunamente en el que nadie había reparado. El zurdo Merquelanz, cedido por la Real Sociedad, convirtió el penalti con la misma clase que venía demostrando por el carril izquierdo. 

Calleja quitó al descanso al desafortunado Chakla y su equipo salió en tromba a por el empate. El Villarreal no consiguió mucha fluidez ofensiva, pero volvió a empatar a balón parado, de penalti, tras una mano despegada de cuerpo de Odei en un centro lateral.

Como en el anterior empate, el Mirandés reaccionó atacando y, casi acto seguido, el propio Odei remató en el segundo palo una falta para hacer el tercero de su equipo. 

Mientras el Villarreal intentaba la remontada con Alcácer y Moi Gómez, el Mirandés tuvo opciones de sentenciar con el cuarto gol. Los de Calleja convirtieron el final del partido en un asedio dramático, con llegadas a trompicones y con tantas opciones de empatar como de terminar sentenciado, como sucendió en el descuento con el gol de Antonio Sánchez.