Al Espanyol no le llega para sumar en el Bernabéu (2-0)

Ni el sol que lucía sobre el Bernabéu, impropio para el mes de diciembre, iluminó ante la portería rival a un Espanyol que hizo un partido tan digno como poco dañino para un Madrid que suma una nueva victoria de carrerilla, más por inercia que por juego, que le mantiene en lo alto de la clasificación liguera. El equipo de Machín empezó defendiendo con solvencia, recibió el primer gol cuando empezó a atacar y, pese a que mantuvo opciones hasta casi el final, nunca inquietó demasiado y terminó con otra semana sin puntuar y con los problemas para hacer gol perpetuados.

A los tres segundos de partido, Machín se abrió de brazos tras el pelotazo de su defensa. Fue el inicio de la frustración con el desempeño ofensivo de sus jugadores, con los esfuerzos focalizados en defender sus dominios. La acumulación de espanyolistas en la frontal de su área protegió a Diego López de ataques furibundos, aunque el dominio del Madrid fue absoluto hasta casi la media hora, cuando el Espanyol empezó a disfrutar de más minutos de dominio del balón, subió el nivel y la altura de la presión, adelantó la línea defensiva y, con poco, generó un cabezazo de Granero que detuvo de forma acrobática Courtois. 

El Espanyol consiguió que no pasaran muchas cosas en el partido camino al descanso y redujo la incidencia ofensiva del Madrid a disparos desde fuera del área, el más peligroso uno de Valverde en la jugada precedente al primer gol del Madrid. 

Sin el recuperado Isco, y sin Modric, Zidane retornó al 4-3-3 con el centro del campo de su confianza y le dio la oportunidad a Vinicius, como había augurado, en el puesto ausente de Hazard.  El brasileño es un portento para correr al espacio y, en la resolución de la jugada, se atisbó un progreso y una frescura inicial que tornaron en frustración. 

Un “ohhh”, seguido de un “bahh” fue la secuencia sonora que provocó Vinicius en la grada con una insistencia exasperante junto a su compañero de banda Mendy, que terminó expulsado. En el otro costado, Rodrygo es un dechado de buenas decisiones, sin estridencias, que se fue diluyendo en el partido. 

Varane aprovecha el desorden

El resto del equipo empezó como una máquina bien engrasada, con Valverde omnipresente en la medular, con Kroos liberado para distribuir juego y con un Casemiro con ayuda para guardar la posición; pero las ocasiones no llegaron con fluidez y el gol de Varane se produjo en una situación atípica: con Casemiro y el central en busca de un desmarque de tiralíneas al borde del área, con todos descolocados y David López hundido en la línea defensiva del Espanyol. 

La reacción del Espanyol se consolidó en el segundo tiempo, tras protestar un penalti antes del descanso, con una ambiciosa defensa adelantada que le permitió sumar tímidas llegadas, resueltas con poca diligencia por los atacantes, y que provocó los contragolpes de un Madrid que renunció a seguir fabricando juego. 

Un Espanyol sin ocasiones claras

Benzema, en su partido menos preciso en mucho tiempo, estrelló en Diego López una ocasión a la carrera y mandó fuera un centro de Vinicius, era el aviso de que el partido estaba a punto de perder el complicado equilibrio que mantenía al Espanyol con opciones, aunque sin ocasiones manifiestas de gol.

Machín lo intentó con Campuzano y con Pol Lozano, su equipo respondió y mantuvo opciones de puntuar hasta el tramo final, pero Benzema acertó a rematar a gol un centro lateral y sentenció a un digno Espanyol, víctima de sus carencias y sus errores.