ALERTA NUCLEAR TRAS EL TERREMOTO

La eléctrica Tepco se plantea desmantelar los reactores de Fukushima

Vista aérea de la central de Fukushima en la que, de derecha a izquierda, se aprecian los reactores 1, 2 y 3 --del que sale humo.

Vista aérea de la central de Fukushima en la que, de derecha a izquierda, se aprecian los reactores 1, 2 y 3 --del que sale humo. / MY**TOK** NT**TOK**

AGENCIAS / Tokio

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La empresa eléctrica Tepco, encargada de la gestión de la central nuclear de Fukushima, afectada por el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo asoló la costa noreste del país, ha anunciado este miércoles que desmantelará los reactores 1, 2, 3 y 4 de la planta, que se encuentran muy dañados y que, después de tres semanas de intenso trabajo por parte de los operarios, no han podido ser reparados.

Asimismo, Tepco ha apuntado que consultará a las autoridades locales de la zona y a los vecinos la posibilidad de desguazar también los reactores 5 y 6, a pesar de que estas unidades han sido selladas de forma segura.

El anuncio de la empresa se produce el mismo día en que el Gobierno de Japón ha ordenado la revisión urgente de todos los reactores nucleares del país. Con esta medida, el Ejecutivo quiere asegurarse que estas unidades no sufren las mismas averías que los reactores de Fukushima. Japón cuenta actualmente con 55 reactores nucleares, todos situados en la línea de costa de un país que vive bajo la constante amenaza de movimientos sísmicos.

El ministro de Economía, Comercio e Industria, Banri Kaieda, ha dirigido una carta a los responsables de las nueve compañías regionales de electricidad que operan en el país así como a otras dos que explotan centrales nucleares en la que les exige que revisen inmediatamente todos los reactores y que tomen todas las medidas necesarias para reducir el riesgo de que se produzca un accidente similar al ocurrido en Fukushima.

Entre esas medidas, el ministro plantea adoptar sistemas alternativos de refrigeración y acciones para garantizar el suministro eléctrico en caso de accidentes. Asimismo, ha pedido a las empresas que formen a sus trabajadores para afrontar situaciones de emergencia. Kaieda ha advertido de que las centrales que están actualmente paralizadas o en construcción no podrán iniciar su actividad sin haber pasado estas revisiones.

Debate energético

También se ha pronunciado el titular de Economía sobre el debate que se vive en el país sobre una eventual renuncia a la energía nuclear. Al respecto, el ministro ha insistido en que difícilmente Japón puede renunciar a la energía de origen nuclear teniendo en cuenta sus necesidades y la falta de recursos alternativos. La electricidad de origen nuclear representa el 30% de la producción eléctrica en Japón, ha apuntado.

De hecho, la suspensión de una docena de reactores desde el seísmo obliga a la eléctrica Tepco, que suministra de electricidad a Tokio y sus alrededores, a programas cortes de suministro y a limitar el consumo eléctrico.

Yodo radiactivo

La situación en la central nuclear de Fukushima, muy dañada tras el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo, no tiene visos de solucionarse a corto plazo y cada día que pasa surge una nueva dificultad. La última; el hallazgo de niveles de yodo radiactivo en el agua del mar de la zona 3.355 veces superior a lo permitido por la ley. Así lo ha anunciado este miércoles la empresa Tepco, responsable de la gestión de la planta, que ha medido dichos niveles a 300 metros al sur de la central.

El pasado domingo, Tepco ya había detectado la presencia de yodo radiactivo en niveles 1.850 veces superiores a lo permitido a pocos cientos de metros de Fukushima. 

Según la empresa y la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón los niveles de yodo y cesio radiactivos en el agua de mar no son peligrosos para la salud ya que se diluyen con las mareas y el riesgo para las algas y los peces no es importante.

Sin embargo, otros expertos consideran que aunque los restos radiactivos en el océano Pacífico no tendrán consecuencias a escala planetaria, sí que podrían tener un impacto notable y duradero sobre la vida marina en la zona de la central nuclear.

Círculo vicioso

En la planta, donde los técnicos siguen con los intensos trabajos para enfriar los reactores, las tareas se han complicado debido al hallazgo de plutonio y a la presencia de agua radiactiva en algunas zonas de la planta. Los trabajadores se enfrentan a un círculo vicioso: es vital enfriar los reactores pero como estos necesitan agua, los niveles de radiactividad aumentan. Pero cuanto menos agua vierten, más aumenta la temperatura de los reactores.

Tepco está estudiano el mejor modo de drenar el agua que inunda la zona de turbinas de las unidades 1, 2 y 3 de la central, y que se cree podría provenir de la vasija de contención de los reactores. Según la empresa, el agua hallada en las cercanías del reactor 1 podría haber llegado hasta allí durante el tsunami y si los análisis muestran que el nivel de radiactividad es seguro, se estudia verterla directamente al mar.

Ayuda de EEUU y Francia

Mientras los responsables japoneses estudian cómo retirar el agua contaminada, Estados Unidos y Francia han anunciado su disposición a colaborar con Japón. El presidente de EEUU, Barack Obama, se ha entrevistado esta madrugada por teléfono con el primer ministro nipón, Naoto Kan, y ambos han acordado cooperar estrechamente para solucionar la crisis nuclear, según ha indicado la Casa Blanca.

"EEUU está determinado a apoyar al pueblo japonés en sus esfuerzos por combatir los efectos devastadores de esta catástrofe, tanto a corto como a largo plazo", señala el comunicado de Washington. Kan reconoció el martes que la situación en la central de Fukushima es "imprevisible" y que su Gobierno está "en alerta máxima".

Por lo que respecta a Francia, tres expertos de la empresa estatal Areva, uno de los mayores grupos de energía atómica del mundo, se sumarán a otros dos compatriotas que ya están en Japón. Además está previsto que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, haga este jueves una breve visita a Tokio durante la que se reunirá con el primer ministro nipón, Naoto Kan, para abordar la posibilidad de ampliar la ayuda gala en la actual crisis nuclear.