ALBERT CARRERAS DE ODRIOZOLA. DIRECTOR DE ESCI-UPF

'Somos un centro muy apegado a las necesidades de las empresas y la sociedad'

Esta institución universitaria está especializada en los negocios y el márketing internacional

El centro ofrece el grado en Bioinformática, en el que confluyen la informática, la biomedicina y la química

ESCI-UPF

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Redacción

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ESCI-UPF nació en los 90 como un centro muy innovador, que se creó para llenar un gran vacío en la entonces limitada oferta universitaria: no existían estudios especializados en comercio internacional. Nacía así una escuela de negocios en la que su Grado de Negocios y Marketing Internacionales (GNMI) es su bandera. Con el tiempo, acabaron ofreciendo un segundo grado interuniversitario en un área muy nueva, pero con un enorme recorrido: la bioinformática. 

-¿Cuál es el valor diferencial de ESCI-UPF?

-Somos un centro pequeño y muy flexible, que siempre ha tenido claras dos cosas. La primera, que la universidad ha de ofrecer soluciones a las demandas de la sociedad, como en su día lo hicimos con las empresas que no sabían cómo internacionalizar sus productos y servicios y, la segunda, que la evolución es un proceso que hay que potenciar. Lo hemos demostrado creando un grado interuniversitario sobre un área con enorme potencial presente y futuro: la bioinformática. 

-En el ámbito de la internacionalización bien podría decirse que desbrozaron el camino…

-Primero de todo, escuchamos las necesidades de las empresas. En segundo lugar, hicimos uso de lo mejor del rigor académico para crear una titulación muy nueva y rompedora. El secreto del éxito fue simple: combinaba lo mejor del conocimiento científico universitario y la experiencia de profesionales que explicaban en el aula la realidad del día a día de las empresas. El sumun del conocimiento práctico. 

-¿Cuál fue la respuesta?

-Muy positiva. Tanto que lo que empezó siendo una apuesta arriesgada hoy está plenamente consolidada. Fuimos una bocanada de aire fresco. 

-¿A qué se refiere?

-Hoy todo el mundo habla de cuán importante es la innovación. Nosotros, sin decirlo, lo fuimos. Imagínese, ahora las prácticas de empresa forman parte de muchos currículums. Nosotros las implantamos, de manera obligatoria, desde un principio. Queríamos que los alumnos salieran ya de la universidad con un rodaje profesional. Hoy, muchos de ellos acaban la titulación ya trabajando. Y en un país en el que la tasa de desempleo juvenil es desorbitada, los graduados del GNMI tienen un grado de inserción laboral a los seis meses que ronda el 90%. 

-Pero algo habrá más allá de las prácticas…

-Dos ideas más. Por un lado, los idiomas: obligamos a los alumnos a escoger una segunda lengua extranjera, entre francés, alemán, ruso, árabe, chino o japonés. Es una manera de hacerles ver la multiculturalidad y diversidad de un mundo complejo que han de interiorizar y entender. Además de ese aprendizaje obligatorio de dos años como mínimo, prácticamente la mitad del grado se imparte en inglés, dependiendo de qué optatividad acaban seleccionando.Otro elemento determinante es que tres cuartas partes de cada promoción participan intercambios, con lo que el elemento internacional se vive en primera persona. Una experiencia que sirve tanto en el campo profesional como en el personal. Un enriquecimiento que va mucho más allá de cualquier conocimiento teórico. 

-Pero ustedes tienen un segundo grado, el de Bioinformática, ¿explíqueme qué es lo que hacen?

-Es una aventura mucho más reciente pero igual de apasionante. Contamos con dos primeras promociones que están ya todos sus miembros trabajando e investigando en centros en nuestro país y en el extranjero. Es un grado interuniversitario, íntegramente en inglés y que pretende aunar en una perfecta simbiosis el conocimiento de la biología con las soluciones informáticas que la ciencia necesita tras la ingente cantidad de datos que el estudio del genoma trajo consigo. 

-¿En qué consiste la titulación?

-Ese estudio y manejo de los datos biológicos tiene múltiples salidas profesionales: quizá la más conocida es la de la medicina preventiva. Pero para ello falta mucho estudio e investigación, pero no es ciencia ficción. Hablamos de un área de conocimiento que cada vez tiene más al alcance de la mano el ofrecer soluciones médicas personalizadas a males que se podrán prever gracias al estudio del genoma. El dicho de “más vale prevenir que curar” se ha convertido en el ámbito médico en una realidad. Sinceramente, pensar que tras tres intensos años tenemos a nuestros alumni trabajando e investigando en centros de referencia por todo el país es un orgullo como director de ESCI-UPF.

-Antes hablaba de que la universidad ha de responder a los retos del futuro, ¿por dónde pasa el futuro de ESCI-UPF?

-Recientemente, hemos actualizado el GNMI reforzando el área digital y ahora estamos actualizando la vertiente de Negocios, queriendo potenciar la emprendeduría y aspectos como la economía circular y la responsabilidad social. Más allá de la oferta complementaria en materia de masters, hemos de ser sensibles a la dinámica actual: ayudar a que la sociedad funcione en un mundo más cohesionado y descarbonizado, con nuevos valores que den respuesta a las nuevas generaciones.

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