Lujo

Esto es lo que cuesta una habitación en los lujosos hoteles de ‘The White Lotus’

Llega la tercera temporada de 'The White Lotus', con Lisa de Blackpink y Sam Nivola: "Es una serie que habla de todo"

Uno de los hoteles de la serie.

Uno de los hoteles de la serie.

Alexandra Costa

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"The White Lotus", la aclamada serie de HBO, ha cautivado al público con su mordaz sátira social y sus impresionantes paisajes paradisíacos. Cada temporada nos transporta a un nuevo resort de lujo, donde personajes adinerados viven sus dramas y pesadillas. Pero, ¿qué tan realista es disfrutar de una estadía en estos hoteles de ensueño? La respuesta, como revela un análisis de los costos reales, es que el lujo mostrado en la serie es tan ficticio como el apartamento de Friends o el guardarropa de Carrie Bradshaw en Sex and the City.

Tailandia: un paraíso terrenal con un precio celestial (17.000€)

La tercera temporada de "The White Lotus" nos lleva a Tailandia, específicamente a la idílica isla de Koh Samui. En la ficción, el hotel forma parte de la cadena ficticia "The White Lotus", pero en la vida real se trata del Four Seasons Resort Koh Samui, un enclave de exclusividad y lujo.

Sin embargo, la realidad golpea con fuerza al conocer el precio de una noche en este paraíso: 2.441 dólares. Si se quisiera emular la experiencia de una semana de los personajes de la serie, habría que desembolsar la friolera de 17.087 euros solo en alojamiento. Un precio que sitúa este destino en el terreno de lo inalcanzable para la gran mayoría de los espectadores.

Sicilia: lujo mediterráneo "asequible" (casi 10.000€)

La segunda temporada trasladó la trama a la bella región italiana de Sicilia. Los huéspedes del White Lotus se alojaban en un impresionante resort con vistas al mar Mediterráneo, un escenario que parecía sacado de una postal.

En la vida real, este hotel es el Four Seasons San Domenico Palace, en Taormina, y se presenta como el más "accesible" de la serie, aunque sigue siendo prohibitivo para muchos. Una noche en este hotel cuesta 1.352 euros, lo que se traduce en una factura de 9.464 euros por una semana de hospedaje. Aunque "más barato" que otros destinos de la serie, sigue siendo un lujo reservado para unos pocos privilegiados.

Hawái: la joya de la corona (más de 19.000€)

Si hablamos de lujo extremo y precios estratosféricos, la primera temporada de "The White Lotus" se lleva la palma. La historia transcurría en un paraíso hawaiano, y el resort elegido fue el Four Seasons Resort Maui en Wailea, en Hawái.

Alojarse en este hotel tiene un precio de 2.735 dólares la noche, lo que supone una factura total de 19.145 euros por siete noches de estancia. Un precio que convierte a este destino en la joya de la corona del lujo mostrado en la serie, un paraíso prácticamente inaccesible para la gran mayoría del público.

Más allá del drama y el sarcasmo que caracterizan a "The White Lotus", la serie ofrece una visión de un lujo que está fuera del alcance de la mayoría de los espectadores. Como muchas otras producciones televisivas, plantea un estilo de vida que pocas personas podrían permitirse.

La serie, por tanto, debe ser vista como una obra de ficción, donde el lujo exacerbado es un elemento más de la trama, al igual que los superpoderes de Spiderman o la fuerza sobrehumana de Hulk. Soñar con alojarse en estos hoteles es legítimo, pero es importante recordar que la realidad económica para la mayoría de las personas es muy diferente. "The White Lotus" nos entretiene y nos permite escapar de la rutina, pero no debemos perder de vista que se trata de una fantasía televisiva.

Si bien el costo de alojarse en los hoteles de "The White Lotus" es prohibitivo para la mayoría, la serie nos invita a reflexionar sobre el significado del lujo y las experiencias que lo acompañan. ¿Vale la pena gastar fortunas en estadías en hoteles exclusivos? ¿Qué buscamos realmente cuando viajamos?

La serie nos muestra que el lujo no siempre garantiza la felicidad, y que incluso en los entornos más paradisíacos pueden surgir problemas y conflictos. Quizás la verdadera riqueza no se encuentra en el precio de una habitación de hotel, sino en las conexiones humanas, las experiencias significativas y la capacidad de disfrutar de los pequeños placeres de la vida, independientemente del presupuesto.