Turismo

El pueblo más bonito de Bizkaia esconde una necrópolis con sarcófagos de la Edad Media

La comarca de Durangaldea, ubicada en el corazón de las montañas vascas, es el perfecto indicador del modo de vida y costumbres de Bizkaia

Un territorio con un fuerte carácter euskaldún en el que se suceden sorpresas como una curiosa necrópolis, pueblos con encanto, miradores de infarto y abruptos paisajes que te dejarán sin palabras.

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Unos curiosos sarcófagos que debes visitar en Bizkaia

Unos curiosos sarcófagos que debes visitar en Bizkaia / Gonzalo Azumendi

Marta Ortego

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Hay lugares en los que se respira la esencia del territorio, donde las tradiciones y la cultura van completamente arraigadas a sus habitantes y en el que las palabras se susurran en vasco. La comarca de Durangaldea es uno de ellos. Una porción de Euskadi que nos lleva hasta las raíces y la esencia de la Bizkaia más rural y apacible, en la que se vive a través de los paisajes.

Paisajes en Elorrio

Paisajes en Elorrio / Gonzalo Azumendi

Esta pequeña comarca, situada entre Gipuzkoa y el área metropolitana de Bilbao, destaca por espacios como el Parque Natural de Urkiola o la mítica cima de Anboto, que sobresale con sus 1.331 metros de altitud. Pero también por sus núcleos rurales y sus villas nobles como Elorrio o Durango, que han sabido conservar un notable patrimonio arquitectónico y pequeñas joyas del arte medieval como la peculiar necrópolis de Argiñeta, uno de los conjuntos funerarios más importantes del bajo Medievo en Euskadi.

Una necrópolis con historia

Esta peculiar agrupación de sarcófagos se encuentra en uno de los barrios periféricos de Elorrio, en un lugar presidido por las montañas y rodeado de caseríos y simpáticos animales. Y no es solo una sorpresa más de Bizkaia, es uno de los monumentos funerarios más importantes del País Vasco. Su origen procede de entre los siglos VII-IX hasta la Edad Media, y fueron construidos para ser utilizados por los distintos barrios del entorno. No sería hasta el siglo XIX cuando el párroco de la ciudad, el Sr. Retolaza, ordenó que se reagruparan en la ubicación en la que se encuentran en la actualidad.

Visitarlo es mucho más que ver sus más de 20 sepulcros y estelas a plena luz del día, es hacer un paseo por un precioso bosque con preciosos senderos y, también, descubrir la ermita de San Adrián ubicada a escasos pasos de estos sarcófagos. Una de las grandes peculiaridades que tienen, más allá de ser un monumento que merece la pena ser visitado por transportarnos a otra época, es que estos fueron construidos y erigidos con piedra arenisca procedente de las canteras del monte Oiz en un momento en el que hacerlos requería de una audaz habilidad con el cincel. Es, para nosotros, uno de los grandes imprescindibles de Elorrio, que es también una de las localidades más bonitas y arrolladoras de Bizkaia.

Todos los encantos de Elorrio

Elorrio es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de Bizkaia. Un encantador pueblo rodeado por un valle verde y al que divide el río Zumelegi, que pasa por su centro. Un municipio con innumerables rincones mágicos que visitar en el que destaca un patrimonio histórico muy valioso. 

Una de las cosas que más llama la atención es su patrimonio medieval, considerado único en la provincia. Tal es su importancia que fue declarado Conjunto Monumental en 1964. El resultado es claro: pasear por sus calles es una auténtica delicia en la que se suceden palacios, casas solariegas de piedra y sillería labrada de los siglos XVII y XVIII.

Este pueblo de Bizkaia esconde una necrópolis única en País Vasco

Este pueblo de Bizkaia esconde una necrópolis única en País Vasco / Gonzalo Azumendi

En el centro de su casco viejo es imprescindible pararse en la plaza Gernikako Arbola, que está repleta de terrazas en las que apetece quedarse y en las que es extraño no encontrarse a decenas de personas disfrutando de unos buenos pintxos. Allí divisaremos el Ayuntamiento y, sobre todo, la elegante basílica de la Purísima Concepción. De estilo gótico, pero con toques renacentistas debido a la lentitud de las obras. Observarás el gótico en las dos puertas de acceso, en el rosetón y en algunas columnas que sostienen el pórtico. Y el renacentista en la parte superior de la iglesia, en las ventanas y en el magnífico campanario. Sus interiores te sorprenderán por tener unos retablos que son el ejemplo perfecto del barroco en su fase rococó.

La visita al pueblo se completa con el palacio Arezpakotxaga donde se alza la puerta de Don Tello, la única que queda en pie en el pueblo de las seis que tenía la antigua muralla defensiva que rodeaba la villa. También merecen una visita el palacio barroco del Marqués de Tola, el Monasgterio de Santa Ana y la iglesia de San Agustín, monumentos que compaginan a la perfección con una tarde de zuritos y pintxos por la localidad. 

Un paseo por el hogar de Mari, la Diosa Madre de la cultura vasca

Para conocer a Mari (o Amari o Ama-Lur), hay que dirigirse hacia el Parque Natural de Urkiola. Un lugar que, más allá de su fascinante flora y fauna, se dice que es la casa de la Diosa Madre de la cultura vasca y la creadora de todo en su mitología. A ella se le atribuye lo que se ve y lo que no se ve, lo bueno y lo malo, lo conocido y lo desconocido. Es, además, la creadora del sol y de la tierra, y en su poder se encuentra el control de las fuerzas de la naturaleza. Y, con todo esto, su hogar no podía ser otro que Urkiola, donde nos encontramos con unos imponentes y abruptos paisajes que te dejarán con la boca abierta. 

Aquí están los terrenos de mayor altitud de la Sierra de Aramotz, constituyendo una gran barrera caliza que se extiende entre las comarcas de Arratia, Durangaldea y el valle alavés de Aramaio. Es, además, la que separa la cuenca cantábrica y la mediterránea. A la vista son unos preciosos paisajes que incluyen una serie de sierras y peñas calizas, barrancos, valles profundos y cumbres que son el sueño de todo amante del montañismo y el senderismo. Para ellos es imprescindible intentar alcanzar su cumbre más alta: Anboto, a 1.331 metros de altitud, en la que además se encuentra la cueva de Mari. 

Montañas del País Vasco en el Parque Natural de Urkiola.

Montañas del País Vasco en el Parque Natural de Urkiola. / ISTOCK

Los que quieran enamorarse también tienen un lugar en Urkiola: el Santuario de Urkiola edificado en honor a San Antonio Abad y San Antonio de Padua. Frente a él encontrarás una simbólica piedra que es el epicentro de peregrinación por excelencia. Se dice que quienes quieran encontrar pareja en breve tiempo deben darle la vuelta tres veces para conseguirlo. Aunque nosotros lo hemos hecho... y todavía estamos esperando a que Cupido nos lance la flecha del amor. 

Una gastronomía para chuparse los dedos

Esta comarca se ha convertido en los últimos años en un destino gastronómico de alto nivel. No es de extrañar pues entre sus fronteras se encuentran algunos restaurantes afamados a nivel mundial. Muchos de ellos se encuentran en sus baserris o caseríos, que le aportan el toque definitivo para empaparse de la cultura vasca. 

Entre los imprescindibles está el Asador Etxebarri, con una estrella Michelín y nombrado el tercer mejor restaurante del mundo en la lista The 50 Best. Este restaurante, que solo atiende a 30 comensales por servicio, está situado en un magnífico caserío que se ha considerado como uno de los más bonitos de la comarca. Aquí encontramos una técnica culinaria ancestral al más alto nivel que permite que los comensales conecten con las raíces de la provincia. 

También Boroa, otro restaurante con estrella Michelín, del que dicen que es un paraíso gastronómico rodeado de naturaleza. Su localización y su bodega, el trato con mimo al cliente y sus creaciones únicas y el lugar de ensueño en el que se ubica lo convierten en uno de los grandes imprescindibles de la comarca.