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El tapón pegado a la botella sirve igual para cuidar el planeta y para detectar señores de derechas

El misterio de los tapones de plástico pegados a las botellas

Mariano Rajoy, indignado con los nuevos tapones de las botellas de plástico: "Me puse hecho un circo"

Tapón pegado a una botella

Tapón pegado a una botella / ShutterStock

Lola Gutiérrez

Barcelona
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El tapón pegado a la botella es una de aquellas medidas que, pese a no constituir un gran problema, trae de quicio a una gran parte de los usuarios. Con el objetivo de facilitar el reciclaje de estos envases, la Unión Europea aprobó hace ya cinco años una modificación que, como cabía esperar, no termina de convencer a toda la población.

Lo cierto es que el hecho de no poder retirar totalmente la tapa de la botella puede resultar incómodo e incluso dar pie a que el contenido se derrame de forma accidentada. Casualmente, este es un problema que afecta especialmente a aquellas personas con ideología de derechas, o así lo hacen notar algunas de sus caras más conocidas a través de reiteradas publicaciones denunciándolo en redes sociales.

En un patrón que no para de repetirse, figuras de la esfera política como Santiago Abascal o Xavier García Albiol han puesto el foco en el tapón pegado a la botella y la desesperación que este les provoca. También aparecen en la lista de personajes públicos indignados por esta medida nombres como el del escritor Arturo Pérez-Reverte.

El "taponcito de las narices"

El líder de Vox, Santiago Abascal, ya hizo notar su descontento con estos tapones tras una accidentada pausa para beber durante un discurso en un mitin de su partido. "Esto, que se te cae el agua, que lo quieres quitar, esto es la Unión Europea de los burócratas. Esto, el taponcito este de las narices, que a uno se le ha ocurrido que no se puede soltar, que a saber quién se lo ha inventado y quién se está enriqueciendo y que sirve para otra normativa más", dijo.

En redes sociales, Pérez-Reverte hizo lo propio el pasado mes de julio, a través de una publicación de X (antes Twitter) en la que dejó el siguiente mensaje: "Cada vez que tengo sed recuerdo que en Bruselas hay un hijo de puta que, cada mes, cobra un sueldo y unas dietas por complicarme los tapones de las botellas de agua".

Por último, más recientemente, ha sido el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, quien ha arremetido contra esta medida medioambiental: "El invento de los tapones pegados a la botella es una excelente manera de tener un 99% de probabilidades que te caiga encima unas cuantas gotas del líquido, cuando bebes directamente del envase. Y hasta ahora cada vez, me ha resultado inevitable".