Apilar piedras, una moda nefasta para el medioambiente

Piedras apiladas en el Cap de Creus en 2017

Piedras apiladas en el Cap de Creus en 2017 / Iconna / Joan Castro

Lola Gutiérrez

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El apilar piedras de buen tamaño en forma ordenada y equilibrada para que formen un muro u otro tipo de construcción es una técnica antiquísima que lleva ya unos años de moda entre los turistas.

Se cree que todo empezó como una forma de relax, aunque también hay quienes sostienen que los amantes de la montaña y la naturaleza usan esta especie de pirámides para delimitar y señalar el camino correcto hacia la cima. Una especie de hitos que muestran al senderista que sigue la dirección correcta.

Sin embargo, también existen detractores de esta práctica que, como todas, cuando empieza a realizarse de forma masiva ponen en peligro las características del lugar y el entorno natural que lo rodea.

Según explican los expertos, hay muchas especies autóctonas, invisibles a la vista como pueden ser insertos o invertebrados endémicos, que viven en esas piedras. Por lo que si se mueven de lugar o se apilan unas sobre otras, se destruye su vivienda y se les puede estar exponiendo ante sus depredadores.

Además de que plantas y vegetación autóctona de cada zona también crecen al abrigo de las mismas, por lo que quitarlas o cambiarlas de lugar supone una amenaza hacia las mismas y, por ende, puede contribuir a acabar con las especies vegetales.