Apunte de verano

Simpson, un clásico original

El restaurante de Begur, regentado por Félix Mozo, sobrevive a las modas con una carta innovadora

restaurant simpson llafranc

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Joan Tapia

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El Empordà es en verano una pequeña torre de Babel -este año fallan los ingleses y se han disparado los holandeses- donde aún dominan los catalanes. No todo el año es verano, pero las segundas residencias han ayudado al despegue de una notable oferta gastronómica. Un restaurante de última moda es el Dvisi de Palamós. Un amigo, conocido en el mundo gastronómico, me prometió que reservaría para la primera semana de agosto y sólo logró mesa para el miércoles 25.

Pero en el Empordà ya hay restaurantes clásicos que sobreviven a las temporadas y a las modas y que, fuera de temporada, abren muchos fines de semana. Uno de ellos es Simpson que regenta Félix Mozo, nieto de un segoviano que fue destinado a Puigcerdà al control de aduanas y que decidió casarse y quedarse en Catalunya. Félix, toda una personalidad, reconoce que, en la cocina, manda su mujer, Maribel Palet y, juntos, han logrado una carta original que atrae a una clientela diversa, muchas veces habitual. En Simpson he encontrado desde Salvador Alemany hasta Duran Lleida o Pere Fontana.

Félix empezó hace muchos años en Torre Valentina. Luego, ya como Simpson -nombre que eligió porque le gustó y es fácil de recordar- ofició y triunfó 22 años en el paseo de Llafranc. Se eclipsó un año -ensayo fallido en Platja d'Aro, donde extrañó a su clientela- y este es el cuarto verano en el que sus adictos le encuentran en Esclanyà, barriada de Begur. Es fácil de encontrar. Salga por la carretera de Palafrugell a Begur, deje a la derecha el cartel que dice “Nucli Antic d´Esclanyà” y unos 200 metros a la izquierda encontrará una desviación con tres carteles: Canapost, Mas Ses Vinyes y Simpson. A menos de cinco minutos hay un pequeño y encantador hotel, Mas Ses Vinyas, con vistas a la cercana bahía de Calella. Allí en el jardín, con espacio interior acristalado y una magnífica terraza, está Simpson, donde Félix es el amo y señor.

Una cocina poco común

Simpson es ya un clásico, pero un clásico nada convencional. Su cocina es original, caracterizada por ensaladas y primeros platos -nada escasos, tampoco excesivos- que son combinaciones de sabores, resultado de ensayos consagrados por la práctica y el veredicto del mercado. Félix dice: “Sí, es una cocina propia e innovadora, pero no pretendemos un premio de creatividad, solo satisfacer al comensal”. Y desde luego no es la típica cocina catalana, tampoco afrancesada o marinera. Tiende a la modernidad y es incluso atrevida, pero experimentada y sin ganas de epatar, o de cazar estrellas. Félix está satisfecho de lo que tiene y solo desearía que junio y septiembre fueran como julio y agosto. El año pasado el teletrabajo ayudó.

Una carta de verano debe ser corta. Entre los primeros apuntemos la ensalada de alcachofas con jamón ibérico y huevo a baja temperatura, la de berenjenas, tomate y gambas y la de humus con pulpo. Tendrá unas 17 opciones más. Entre los segundos, las carnes de Girona y los pescados que provienen de las lonjas de Palamós y Llansà. Félix mueve los ojos al hablar de los pescados del Cap de Creus. La estrella, los imbatibles 'peus de porc' a la brasa. La carta de vinos es amplia (unas 200 referencias) con una gran selección de vinos catalanes. “Mis clientes consumen cada año más vino catalán, no solo del Empordà sino también del Montsant, el Priorat, la Terra Alta…, licores cada día menos".

Precio, unos 80 euros por pareja. Un clásico nada convencional en el paisaje casi idílico de Esclanyà. 

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