Rescate canino

La travesía de Nona: un galgo por las vías del tren de Barcelona

La perrita regresa a casa después de 8 días vagando por los túneles de circulación del ferrocarril y tras movilizar a varias protectoras de animales y a la Guardia Urbana

nona galgo historia perro emotiva

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Antonio Porras

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Nona es la protagonista de este rescate perruno con final feliz. La joven galgo a la fuga ya se ha reencontrado con sus propietarios tras más de una semana vagando por los túneles de circulación del tren de Barcelona.

Aunque han tenido que amputarle parte de un dedo para que no perdiera la pezuña, "eso no es nada, lo importante es que está viva", ha declarado Regina Maroto, delegada por Barcelona de la asociación Galgos 112, quien se encarga de la protección y adopción de estos animales. "Ha estado más de una semana vagando por túneles. Eso entraña muchos peligros y ella ha salido casi indemne. Es toda una superviviente", ha añadido.

Miedosos por los maltratos

Tradicionalmente los galgos han sido utilizados para la caza en zonas como Andalucía o Extremadura. Las asociaciones protectoras hablan de miles de galgos abandonados anualmente cuando pierden sus habilidades para la caza. La labor de estas casas de acogida es la de encontrarles un hogar a estos animales, que muchas veces se convierten en perros muy miedosos debido a los malos tratos que han recibido.

"Son animales que muchas veces vienen de un maltrato. Casi todos llegan con cicatrices físicas o emocionales. Mis dos perros son un ejemplo de ello, pues cuando llegaron a casa tenían cicatrices en la piel, pero eso también deja heridas en la psiquis del animal, un trauma", cuenta Pablo Panozzo, propietario de Nona y de Mateo, dos perritos adoptados.

Nona llegó a casa de Pablo y Julia -una pareja residente en Barcelona- en mayo. Apenas ocho meses después, la perra huiría de una canguro que la familia había contratado para que la cuidara.

"Hay mucha gente que se anuncia en plataformas que dicen ser cuidadores de perros, canguros... Gente profesional que conoce bien a los animales, pero algunos no lo son", denuncia Maroto, para evidenciar la peligrosidad de algunas 'apps'.

Preparación de los cuidadores

Por su lado, Pablo añade que su pareja y él necesitan servicios como estos "por temas de viaje y de trabajo", pero a la vez se pregunta qué clase de preparación tienen los cuidadores que se ofertan. "La cuidadora salió corriendo detrás del perro. Yo lo entiendo, quizás es la reacción más común cuando te enfrentas a una situación así, pero alguien conocedor del tema sabe que es lo último que debes hacer, porque el perro se asusta".

La delegada de Galgos 112 fue quien recibió la alerta después de que una excompañera avistara "un galgo corriendo por la zona de Maragall-Indústria con un collar rojo", un distintivo que las casas de acogida utilizan para detectar fácilmente a sus animales.

Nona huyó saltando las vallas del pipican. Pablo también denuncia la mala situación de estas instalaciones en la ciudad de Barcelona. "Muchas veces ni siquiera cumplen los requisitos de higiene y mantenimiento", ha afirmado. "Las vallas miden como mucho un metro, y eso las que no están rotas", ha recordado.

Los galgos pueden saltar hasta metro y medio, mucho más alto que lo que las diminutas vallas de los pipicanes barceloneses cubren. Durante la fuga, la perrita fue herida por un coche que la dejó con una pata lastimada.

Bajo los túneles de Barcelona

"Cuando se te pierde una mascota es como si perdieras a un ser querido. Lo buscas por casa y ya no está", nos cuenta Pablo. "Mi otro perro dejó de comer durante 48 horas debido a la angustia", ha explicado.

Tras ponerse en contacto con varias asociaciones protectoras, Maroto y Pablo comienzan la campaña a través de redes sociales para encontrar a Nona. Finalmente, tres días después sin nuevas pistas, un agente de seguridad de Renfe afirma haberla visto meterse por los túneles de circulación del tren de estación de França.

Es entonces cuando comienza la cascada de llamadas. "Comenzamos a hablar con la Guardia Urbana, con ADIF... Ninguno quiere hacer nada. No tienen protocolos", denuncia Maroto. "Al principio nos dicen que no vamos a conseguir ningún permiso para entrar a esos túneles y que ellos no pueden hacer nada".

Finalmente es el dueño de Nona quién, tras insistir durante días, consigue que la Guardia Urbana de Barcelona movilice a la Unidad de Rescate de Emergencias de Proximidad, una patrulla especial dentro del cuerpo policial de la ciudad. El hombre denuncia la falta de protocolos y conocimientos que las autoridades públicas le brindaron en un principio.

"Para muchos de ellos era solo un perro perdido. Llegamos a un punto de desesperación en que les amenacé con que iba a ser yo el que iba a entrar a las vías a buscarla. Por suerte, encontré a varios agentes de la Guardia Urbana que mostraron sensibilidad y se propusieron ayudarme", ha aclarado Pablo.

Ese lunes, durante horas, la cuadrilla especializada busca a Nona por todos los recovecos sin éxito.

Dos días después, sigue en los túneles

Dos días después vuelven a recibir un aviso. Unos trabajadores de ADIF han visto a Nona de nuevo vagando por los túneles del ferrocarril. Esta vez cerca del cruce entre Paseo de Gràcia y calle de Aragó.

Esa misma noche, 6 días después de la desaparición de Nona, la patrulla vuelve a registrar los túneles de acceso. "Con una vagoneta, recorrieron de Montcada i Reixac a estación de França, Sants... Fueron tres horas de búsqueda en las que no encontraron ni rastro de Nona", declara la portavoz de Galgos112.

Magullada pero a salvo: de vuelta a casa

Al día siguiente, Elena llama a Maroto. Es una mujer que ha encontrado a Nona entre unos matorrales en los aledaños del barrio de Sant Andreu. Junto a su perra Grini, que es quien hizo el descubrimiento, Elena lleva a Nona a la Clínica Veterinaria Sant Andreu para que le hagan las primeras curas.

"La perra estaba ya cansadísima. Se había hecho daño en una pata e iba coja. Gracias a eso pudieron recuperarla sin que huyera asustada", cree Maroto, quien se ha reafirmado en la fortaleza de estos animales y desea poder mostrársela a todos aquellos que durante la búsqueda dudaron de la supervivencia de Nona.

"La policía llegó a decirme que 'la perra esta ha muerto'", denuncia. "Pero si pensáis que un galgo va a morir por estar sin comer durante una semana los conocéis muy poco. Son perros muy fuertes, y Nona es una superviviente", concluye.

Aunque el veterinario ha tenido que amputarle un dedo al animal, Nona ya se encuentra en casa y ha logrado reencontrarse con sus propietarios, Pablo y Julia, así como su "hermano perruno" Mateo, quienes la han recibido con los brazos abiertos tras una semana llena de preocupación. Durante sus declaraciones a este diario, Pablo ha querido agradecer "a todos aquellos que han mostrado algo de sensibilidad con el caso".

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