Una vuelta de tuerca a la tradición

Una macabra decoración de Halloween moviliza a la policía de Dallas

El hiperrealista baño de sangre recreado por el artista Steven Novak en su jardín provoca numerosas denuncias de los vecinos

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zentauroepp55665167 extra201030132807 / STEVEN NOVAK

Rafael Tapounet

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Decorar el exterior de las casas con motivos terroríficos cuando llega Halloween es una tradición muy arraigada en algunas zonas suburbanas de Estados Unidos. Por lo general, la cosa no pasa de unos fantasmas, unas telarañas, un par de esqueletos, alguna bruja y, por supuesto, las indispensables calabazas iluminadas con velas. Hay quien va más allá y dispone unas escenografías verdaderamente de película, ya sea montando en el jardín un cementerio indio en el que los muertos salen de sus tumbas o convirtiendo la fachada en una pesadilla surrealista con efectos lumínicos incluidos. Pero nadie había llegado a los niveles de hiperrealismo sangriento que ha alcanzado este año un artista de Dallas llamado Steven Novak.

La decoración de Novak, fruto de casi cuatro años de trabajo, ha atraído la atención no solo de las redes sociales, donde la macabra 'mise-en-scène' ha sido rápidamente difundida, elogiada y vilipendiada, sino también de la policía local, que, alertada por los vecinos, se ha presentado numerosas veces en esa casa de la calle M, en el este de Dallas, en cuyo jardín se acumulan las víctimas de muertes violentas, acaecidas en circunstancias particularmente atroces. Como si un asesino en serie tan perturbado como imaginativo se hubiera paseado por el vecindario y hubiera dejado un rastro de sangre y cadáveres detrás de sí.

Un maniquí cuelga del tejadillo que cubre el umbral de la puerta con un machete clavado en la nuca; otro yace en las escaleras de acceso con la cabeza aplastada por una caja fuerte; más allá, un tercero ha sido atacado con una sierra mecánica, mientras que otro ha sido salvajemente empalado con la pata de un banco; también hay restos humanos en una carretilla y un cadáver mutilado en una bolsa de basura. Y todo ello se presenta generosamente regado con sangre, hecha con jarabe de maíz y colorante rojo.

"¡Limpiando los cadáveres!"

La sangre ha sido el mayor quebradero de cabeza para Steven Novak, que ha visto cómo las lluvias caídas en la zona en los últimos días daban una y otra vez al traste con su siniestra composición. "Cada mañana tenía que reponer la sangre y limpiar los maniquís", ha explicado el artista al diario 'Dallas Observer'. La escena ha sobrecogido a no pocos paseadores de perros matutinos, a los que Novak, según relata él mismo, saludaba afablemente al grito de "¡Buenos días! Aquí estoy, limpiando los cadáveres".

No todos los transeúntes han reaccionado con la misma benevolencia ante el despliegue granguiñolesco del artista tejano. Las llamadas a la centralita de la policía de Dallas han obligado a los agentes a visitar a Novak en varias ocasiones. "Solo los he podido atender dos veces, aunque los vecinos me dicen que han venido muchas más -señala-. Pero nunca ha habido problemas. De hecho, los policías me dijeron que les parecía muy chulo y que solo venían porque estaban obligados a hacerlo cada vez que había una denuncia".

Steven Novak se muestra razonablemente satisfecho con su obra, pero considera que podía haber sido aún más brutal. "Me he quedado un poco corto. Mis planes iniciales eran bastante peores. ¡Quizá el año que viene!".