UN ASPECTO DESCONOCIDO

Aviñón: sin teatro y sin turistas

Sin su famoso festival de teatro, la ciudad acusa la falta de turistas

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"Solo menos tenido ocupadas un 20% de las habitaciones durante el mes de julio, Normalmente están todas reservadas un año antes". Grazia Scarcelli, que trabaja en el hotel del Palais en Avignon, la famosa localidad del sudeste de Francia, lamenta las dificultades de este verano sin turistas por el covid-19 y la anulación de su famoso festival de teatro. La cancelación del certamen privó a la llamada ciudad de los papas (fue el lugar de residencia de los obispos de Roma durante el siglo XIV) de más de 150.000 visitantes solo el mes pasado.

El Festival de Aviñón, uno de los más prestigiosos del mundo, atrae a los turistas a esta región, al igual que ocurre con el certamen de fotografía de Arles o el de arte lírico de Aix-en-Provence. Esta región de Provence-Alpes-Côte d'Azur, muy apreciada por sus playas y clima caluroso, es la segunda zona más turística de Francia después de París. En circunstancias normales, el 40% de sus visitantes son extranjeros. Pero la pandemia del nuevo coronavirus alteró los viajes internacionales y provocó una lluvia de cancelaciones de festivales.

En la plaza del Palacio de los Papas, en el corazón de Aviñón, sí se ven terrazas con turistas que buscan hidratarse ante el calor sofocante de este agosto. "Aún nos van bastante bien las cosas, pero nuestros compañeros de las pequeñas calles de detrás han sufrido. Algunos incluso tuvieron que cerrar", reconoce uno de los camareros que trabaja en uno de los cafés.

"En las calles donde solían ir los espectadores del festival, los restaurantes sufrieron una caída de la clientela del 80%", explica a la agencia AFP Patrice Mounier, presidente de la Unión de Oficios e Industrias de la Hostelería del Vaucluse. Algunos hoteles incluso "no volvieron a abrir, algo nunca visto en Aviñón". Según Carine Mériaux, directora de comunicación de la oficina de turismo de Aviñón, se ha registrado una media de 2.500 visitantes diarios en el Palacio de los Papas, patrimonio mundial de la Unesco. Para comparar, el 13 de agosto del año pasado se alcanzaron los 6.000.

Tras el inicio del confinamiento, se anularon también centenares de cruceros fluviales por el Ródano y esto provocó una caída del número de turistas alemanes y estadounidenses, así como una pérdida "alrededor de 1,5 millones de euros en las visitas de monumentos de Aviñón".

Los pueblos intentan resisitir

"Todos aquellos lugares con un turismo de festivales y cultural son los que más han sufrido por la ausencia de clientes extranjeros", explica Christian Mourisard, presidente de ADN tourisme, la federación de actores institucionales de este sector en Francia. Un poco más al sur de Aviñón, en Arles, donde también se anularon los Encuentros Internacionales de Fotografía, la caída del número de turistas extranjeros resulta "enorme", lamenta Mourisard.

Unas 145.000 personas visitaron este festival el año pasado, donde se expusieron grandes nombres de la fotografía como Martin Parr, Raymond Depardon o Annie Leibovitz.

En cambio, aquellos que mejor están resistiendo a la caída del turismo son "los pequeños pueblos pintorescos del Luberon, sobre todo los más lujosos" de esta zona montañosa entre la Provenza y los Alpes, según Mounier.

En la pequeña localidad de L'isle-sur-la-Sorgue, numerosos turistas se pasean por sus calles estrechas, entre los canales y las tiendas de antigüedades. En una tienda gourmet, Michelle Colomina presume que su cifra de negocios aumentó un 40% en julio gracias a los "alemanes, holandeses y suizos", cuyos países no restringieron sus viajes en Europa y no someten a cuarentena a los que llegan desde Francia, como sí hace Reino Unido.

También los turistas franceses, que "consumen igual" que los extranjeros, según Colomina, permitieron compensar "la ausencia de estadounidenses y asiáticos" que solían llenar las playas y bellos rincones de la Provenza.

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