ATREVIDA APUESTA DE UN PEQUEÑO SELLO

Lectura, bebida y música, la 'trilogía canalla' de una nueva editorial

Bunker Books desafía a la crisis y a la pandemia con un lanzamiento para lectores que huyen de los 'best sellers'

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Eloy Carrasco / Barcelona

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¿Hay algún buen momento para crear una editorial en España? Seguramente, no. Nunca es buen momento para invertir en letras en un país con índices de lectura que, aunque van al alza, todavía presentan cifras como que un tercio largo de la población no lee ni un libro al año o que es uno de los cinco estados de la Unión Europea que menos gastan en el sagrado papel impreso. Y faltaba por venir -'outra vaca no millo', que se dice en la tierra de nuestro protagonista- la pandemia, esa siniestra aliada de las bancarrotas. Nada de eso arredró a Borja Caamaño para echarse al monte y alumbrar Bunker Books. Se entiende mejor la valentía si se explica que su nicho de mercado es el "lector canalla". Osados por naturaleza.

¿Y qué es un lector canalla? Responde el propio Borja Caamaño, coruñés / santiagués de 41 años, letraherido, escritor, guionista y con pasado como batería heavy.  "Un lector canalla es alguien que no se deja influenciar por las modas, alguien que huye del 'best seller'". Acotemos más los límites: "Hay una diferencia entre Dan Brown, que fabrica 'best sellers' utilizando una fórmula, del mismo modo que Hollywood fabrica taquillazos sobre seguro, y Paul Auster, cuyas obras se convierten en 'best sellers' sin que esa sea su intención. Claro que quiere vender mucho, pero no es eso lo primero que busca, sino la calidad literaria".

Así que el autor de 'El código Da Vinci' vendría a ser el prototipo de bestia negra de la literatura canalla, pero ni mucho menos es el único. A juicio de Caamaño, el difunto Carlos Ruiz Zafón encajaría en el perfil, lo mismo que Ildefonso Falcones. Y luego está Joel Dicker, el fenómeno superventas suizo, que se ha ganado muchos galones en poco tiempo. "La literatura es otra cosa".

Desastre sobre desastre

Bunker Books nació en noviembre pasado, con tres libros que quedaron sepultados por la maquinaria navideña  de promoción del temible 'best seller'. 'Química rosa', de la norteamericana Katie Arnoldi; 'Cocaína', del ruso afincado en Bélgica Aleksandr Skorobogatov, y 'Bastardo', del turco Hakan Günday, pasaron por la pila bautismal de la editorial sin apenas eco, y luego, en marzo, lanzaron 'Sin tocar', de la también turca Nermin Yildirim. "Fue justo antes de que se decretara el estado de alarma". Desastre sobre desastre, y a plegar velas. Pero Caamaño y su equipo decidieron seguir remando, no resignarse al naufragio. Cavilaron y se inventaron el 'pack canalla', un trío imbatible para cualquiera que se precie de tal condición: lectura, tragos y música.

El conjunto son tres libros ('Química rosa', 'Cocaína' y 'Bastardo') que están muy lejos de la prosa fofa de algunos ídolos de masas, tan poco estimada en esta nueva comunidad, más una botella de ginebra y una 'playlist' de canciones que no aparecen en las listas de 'hits'. Los autores no son personas muy corrientes. Katie Arnoldi, californiana de 61 años, excompetidora en surf y experta en asuntos de supervivencia, escarba en el ambiente del culturismo femenino en 'Química rosa'. Hakan Günday, turco aunque nacido en Rodas (Grecia), cultiva a sus 44 años un estatus de gamberro oficial de las letras en su país. Y Aleksandr Skorobogatov (ruso de 57 años nacido en Bielorrusia), con merecida fama de 'personaje', trabajó en un circo en su juventud y ahora acaba de escalar el Montblanc. En medio, se ha ganado ser "uno de los escritores rusos más originales de la era poscomunista".

Inéditos en España

Los tres cumplen un requisito que la editorial se impuso al nacer: son prácticamente inéditos en España y sus obras no son nada complacientes. "Están entre el realismo sucio, el bizarrismo y el absurdo. También se puede decir que es literatura experimental", define Caamaño, para quien, por situar, un título de cabecera es 'Monstruos invisibles',  de Chuck Palahniuk.

La bebida, otra pata del 'pack', es la ginebra de Bunker Distillery, creada por Enrique Lozano en Las Grañeras (León). "Alta calidad y el mismo nombre, la casualidad no podía quedar ahí y por eso le pedimos que se uniera a nosotros", afirma el editor. Por último, para saciar el sentido del oído el radar caamañista dio con El Genio Equivocado, sello discográfico barcelonés, de Gràcia, que aporta la banda sonora con una selección de sus grupos (Cómo Vivir en el Campo, Algora, Cosmen, Las Ruinas, entre otros) con canciones que cuentan historias que congenian con el espíritu del plan.

"Hay gente -concluye Borja Caamaño- a la que le parece caro pagar 18 euros por un libro, sin pensar que en una noche de copas te gastas mucho más. Aquí lo ofrecemos todo por el precio de un libro". Esa idea final podría constar perfectamente en el Decálogo del Lector / a Canalla que defiende la editorial. Un decálogo que, por abundar en la heterodoxia, consta de 11 puntos:

Decálogo del Lector / a Canalla

1. El / la lector / a canalla sabe disfrutar de la soledad y un viernes noche sin plan nunca es un problema, sobre todo si tiene el Pack Canalla.

2. El / la lector / a canalla es un reaccionario y un 'hater' por excelencia: su frase favorita es «quien no haya leído este libro merece morir».

3. El / la lector / a canalla encuentra siempre la banda sonora perfecta para su libro.

4. El / la lector / a canalla no se bebe cualquier cosa. Tiene una edad y su estómago (más bien su hígado) ya solo acepta «canelita fina».

5. El / la lector / a canalla se flipa con esos libros «de autores raros» que a otros se les hace bola.

6. El / la lector / a canalla es un apasionado de la música. Estuvo en el primer Doctor Music en 1996 (sí, el de la Vaca) y no para de contar batallitas: «Vi a Bowie, qué pasada».

7. El / la lector / a canalla se zampa la filmografía de Rohmer pero también ha visto 'Amor a la española' y cree que 'The Room' es una obra maestra.

8. El / la lector / a canalla se pone tierno con el olor que desprenden las bibliotecas antiguas y se coloca ojeando libros con la nariz pegada al lomo.

9. El / la lector / a canalla se pasa horas en las librerías mirando libros y como vayas con él no para de decirte: «Tienes que leerte este, y este, y este... ¿Cómo? ¿No te has leído este?»

10. El / la lector / a canalla elimina de sus redes a los que consideran la ciencia ficción como «un género menor». No merecen estar en su muro. Bueno, en realidad piensa que no merecen vivir y le encantaría marcarse un Patrick Bateman (pero eso no lo cuenta).

11. El / la lector / a canalla intenta cazar a sus presas con sus excelentes gustos literarios, pero también te suelta algún título que te descoloca. Y es que sabe que la sorpresa siempre ES BIEN.