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La odisea de una mujer para denunciar una agresión machista en el Metro de Madrid

Metro Madrid

Metro Madrid / periodico

María Aragón

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Fueron testigos de una agresión machista en el Metro de Madrid, la seguridad ayudó poco y la policía menos aún. Mar Baena, Community Manager de @srarushmore, ha narrado en un hilo de Twitter su odisea para denunciar este tipo de violencia.

Tras ver cómo un hombre agarraba por el cuello a su pareja, ella se tuvo que ir a casa indignada ante lo que acababa de vivir tanto en la propia estación como en una comisaría de Madrid. 

Lo narró al día siguiente de la noche de San Valentín, cuando ya estaba más calmada. Estaba en la estación de Ópera, pleno centro de la capital, esperando el tren en dirección Cuatro Caminos. Le acompañaba su novio, y ambos vieron cómo en el andén de enfrente una pareja discutía. Él hacía aspavientos, así que permanecieron atentos por si iba a más. 

La reacción de Mar fue gritar al personal de seguridad, que no parecía hacer mucho caso. Mientras tanto, el hombre agarró a su pareja del cuello.

El agresor hizo un gesto chulesco desde el otro andén. Mar y su novio cruzaron para explicar lo ocurrido.  La chica estaba llorando y él muy seguro de sí mismo. 

La pareja explicó al vigilante de seguridad lo que había pasado. El agresor decía que tan solo era un juego. Mar pidió llamar a la policía. 

El de seguridad con el walkie se pone en contacto con su superior para contarle lo ocurrido y le dice que ellos le estamos pidiendo que venga la policia.

Mar trata de tranquilizar a la chica y preguntarle si quería denunciar, que había testigos y pruebas. Ella no hablaba, solo decía que estaba un poco borracho y que no pasaba nada, que cogerían un taxi para ir a casa. 

El vigilante parecía tener prisa por saber si la joven pondría denuncia. 

El agresor se puso chulo. "¡Que venga la policía! Yo no he hecho nada". La novia intentó que dejase de gritar y le dijo: "¿Tú eres tonto? ¿Con los antecedentes que tienes?" En todo momento la chica se negaba a querer poner denuncia. "No pasa nada de verdad", decía.

En esa discusión acabaron por irse en otra dirección. Aunque pidieron ir detrás de ellos, nadie hizo nada. Mar, cabreada, dice que va a esperar a la policía para poner la denuncia. Y piden saber qué cámara ha grabado todo.

Mar se sentía impotente. Metro le explica que ellos no pueden hacer nada y que tienen que ir a una comisaría, así que acuden a Leganitos. Ella se pone a llorar pero no podía irse a casa. "En mi conciencia no iba a quedar el haber visto esa agresión y quedarme de brazos cruzados. ¿Como iba a meterme en la cama sin más? ¿Y si a esta chica le pasa algo esta noche y nadie ha hecho nada por evitarlo?"

De camino a la comisaría vieron un coche de policía que ni se inmutó. Dijeron que como no tenía los datos del agresor no podría hacer nada. 

Nada más llegar, al contar a lo que iban, el policía se echó a reír. 

El policía sale con una libreta pequeña, un boli y en la puerta toma nota: hora, sitio, cámara, su nombre y teléfono. Dicen que no pueden hacer nada, pero que toman nota por si la chica denuncia saber que hay testigos. 

Sentía que todo el mundo se reía de ella.

Y la pregunta que le viene a la mente a Mar es clarificadora: