FAUNA SINGULAR

Conozca a Wally, el cocodrilo experto en terapia emocional

Joie Henney, de 65 años, ha registrado a su mascota como un animal de apoyo después de notar los efectos calmantes que tiene en las personas

Un cocodrilo.

Un cocodrilo. / periodico

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A priori, un animal con grandes fauces y colmillos afilados no parece el más idóneo para calmar la ansiedad y reconfortar a las personas. Pero a veces la naturaleza tiene ases escondidos en la manga. ¿Quién podría creer que un cocodrilo podría llegar a suavizar los nervios y superar los miedosWally, un caimán de tres años y 1,40 metros de largo, se ha convertido en la atracción de los centros de la tercera edad en Pensilvania (Estados Unidos)

Su propietario es Joie Henney, de 65 años, un amante de los animales que durante una década presentó un programa de televisión de caza y pesca -Joie Henney's Outdoors-, y que desde el 2015 convive en casa con Wally. Un amigo de Florida había rescatado a varios de estos animales y le preguntó si querría hacerse cargo de alguno.

Por su puesto, siempre le gustaron los caimanes. Cuando Wally llegó a casa solo tenía 14 meses y tan solo medía 45 centímetros. Cual cachorrillo de perro o gato le daba miedo de todo en su nuevo hogar.

Nunca ha mordido a su dueño

Al principio Henney alimentaba a Wally con pinzas, pues temía que le mordiera. Pero el cocodrilo nunca le ha dado un bocado. Jamás. Al contrario, le encanta que le acaricien, sobre todo en la cabeza.

En un mes, Wally estaba domesticado, asegura su criador. "Es territorial como un perro y le dan miedo los gatos", explica su dueño. "Tiene su cama en un armario vacío de la cocina y le gusta acostarse en el sofá y en la cama", asegura. 

Le gusta ver la televisión con la cabeza apoyada en el estanque que Henney ha puesto en medio de la sala de estar. Y su película favorita es El rey león: "Cuando esa película está puesta Wally la mira hasta el final".

Su dieta consiste en pollo y ratones congelados.

Trabajo en escuelas y residencias

Al poco de tener a Wally, Henney comenzó a llevar al animal a escuelas y centros para personas mayores, en el marco de programas de educación sobre estos animales y la presión que hay sobre sus hábitats debido al desarrollo de zonas urbanas y otras actividades humanas. Allí fue donde notó que los niños con problemas de desarrollo parecían calmarse en presencia de Wally. Así que el pasado diciembre se le ocurrió registrar al cocodrilo como "animal de apoyo emocional", una labor que normalmente desempeñan perros y caballos.

Con esta nueva chapa acreditativa (en la foto sobre estas líneas) Wally puede ir en compañía de su dueño casi a cualquier parte (excepto a algunos restaurantes que le han denegado la entrada). Su última visita terapéutica ha sido al centro de ancianos Glatfelter, y varios medios han recogido la experiencia. Cuenta USA TodayUSA Todaypor ejemplo, que Wally se acercó a una anciana que leía junto a un ventana, y que, tras levantar la vista sobre el libro y ver al cocodrilo, se encogió de hombros y siguió leyendo como si tal cosa. "Le gusta que le acaricien la cabeza, es como un perro", explica Henney, "Él quiere ser amado y acariciado".

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