ANIMALES EXTRAORDINARIOS
La tortuga que carga con un pequeño mundo a cuestas
Las redes alucinan con la foto de un ejemplar descubierto en Maryland
Una tortuga con un pequeño mundo a sus espaldas. No es una historia animal nada sencilla de explicar, pero la web de noticias Live Science, con la colaboración de la organicación Task Force Turtle, que observa el comportamiento y vela por la conservación de estos animales, describe la historia de su extraño aspecto. En él, y por increíble que parezca, juega un papel importante, la capacidad de las tortugas de contener la respiración durante meses, sus características herpetológicas (de reptil), el gas natural y hasta las drogas.
Vamos por partes.
La tortuga de la foto es de raza mordedora (Chelydra serpentina), muy común en Maryland (EEUU) y una de las especies que rastrea las 24 horas del día Task Force Turtle, especialmente cuando en verano comienzan a migrar hacia sus agujeros de lodo invernales. Este camino ha permitido a los investigadores observar el detalle de que las tortugas siguen el mismo camino año tras año para resguardarse del frío.
"Las tortugas vuelven cada año al mismo lugar exacto, y con exacto me refiero al mismo centímetro", explica Aaron R. Krochmal, profesor de Biología en el Washington College. Esta circunstancia facilita el trabajo de los investigadores para hacer un riguroso estudio de una migración anual, hasta el punto de poder colocar cámaras en los animales para observar sus movimientos.
Hibernando en tierra fangosa
En el caso de la tortuga con el mundo en su espalda, Krochmal ha señalado que acababa de salir de más de dos semanas de hibernación en tierra fangosa. Lo hacía en un lago que se había secado. El peso de la tortuga es de, apróximadamente, 6 kilogramos, mientras que el trozo de mundo que lleva en su espalda se estima que pesa unos 8 kilos, y mide 25 centímetros de grosor.
El secreto está en la mente
Para la supervivencia bajo tierra de la tortuga han sido clave las bolsas de aire subterranéas y sus propias características, ya que es capaz de disminuir su ritmo metabólico.
Sin embargo, lo que centra la atención de los investigadores es lo que permite a la mente de las tortugas repetir un viaje específico cada año.
Los científicos han administrado a las tortugas migratorias escopolamina (conocida como burundanga), una droga que bloquea la capacidad del cerebro para acceder a los recuerdos. Esta sustancia ha conseguido los resultados esperados, haciendo que las tortugas pierdan el rumbo. "Vagan en círculos durante cinco o seis horas hasta que la droga desaparece y luego simplemente salen de allí y continúan su camino", analiza Krochmal.
Los científicos continuarán investigando cómo procesa la información el cerebro de las tortugas y estas seguirán su camino, sin importar las sustancias que tengan en el cuerpo o el peso que tengan en su espalda.
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